Es el alumno más longevo del país. Quiere seguir estudiando y piensa en algo relacionado con la agronomía. Un ejemplo de vida.
Ignacio Cervin tiene 95 años y es el alumno más longevo del sistema educativo argentino. El próximo 9 de diciembre recibirá su diploma en el Colegio Secundario Colonia Carolina, en el departamento correntino de Goya, tres años después de terminar la escuela primaria. Pero su historia no se detiene ahí: piensa seguir estudiando alguna carrera relacionada con la agronomía. “Como me crié en el campo conozco como manejar a los animales”, dijo en una entrevista.
Su historia
Ignacio Cervin, o Don Ignacio como lo conocen en su pueblo, nació el 31 de julio de 1926. Pasó su infancia en el campo y solo pudo ir unos pocos años a la escuela. A lo largo de su vida además fue tabacalero, albañil, herrero y carpintero. Tiene una familia numerosa, aunque sufrió la muerte de dos de sus hijos. “Quedó uno adoptado. Pero están todavía mis hijas mujeres: Adela Teresita; Lucía Cristina y Catalina. Nietos tengo como 12 y cinco bisnietos. Tengo que hacer una nota y poner el nombre de todos mis familiares”, dijo hace poco al Canal 2 de Goya Visión.
Más de ocho décadas después de abandonar la primaria, Don Ignacio se decidió en 2018 a anotarse para terminar sus estudios básicos. Lo hizo después de que se aprobara una reorganización institucional en las tres escuelas para adultos de Colonia Carolina. Entonces no lo dudó: se anotó y se convirtió en el estudiante más longevo de la Argentina.
Cuando cumplió 92 años recibió su diploma de primaria. Entonces, el Ministerio de Educación de la Nación le hizo un reconocimiento especial en sus redes sociales. Pero Don Ignacio no se conformó y siguió estudiando. Se anotó en la escuela secundaria, en el turno noche, y este 9 de diciembre recibirá su diploma junto a otros 15 alumnos de la zona.
Don Ignacio se convirtió en una celebridad en Corrientes. En una entrevista con Carolina TV, Cervín contó: “Se me dio por estudiar porque de chico no había terminado la primaria, nadie me alentaba en esos tiempos”. Y afirmó: “Antes pensaba que la escuela daba lo mismo, pero después me di cuenta de que era muy importante”.
“Este tema de estudiar me gusta y creo que acá no habrá de quedar mi educación. Seguramente seguiré algo más”, confió. Cervin, además de estudiar, le dedica mucho tiempo a sus cultivos. ”Un día típico cuido la huerta nomas por la edad y hago algunos trabajos”, contó. Y agregó: “Soy albañil, herrero, carpintero. Hago los trabajos para mi, aunque no salgan muy bien. No importa porque es para mi”, bromeó.
Sobre el secreto de su larga vida, Don Ignacio dejó un consejo para la salud: “Como bien pero comida sencilla, no muy condimentada”, dijo. Ahora solo piensa en celebrar con su familia y sus compañeros y compañeros de la escuela nocturna este 9 de diciembre cuando reciba su diploma. Pero no se relaja. Va por más: quiere que su centenario lo reciba con otro título bajo el brazo.