Adriana Lerman, autora del libro “El dolor de estar vivo”, conversó con Optimism en el marco del Día del Holocausto y nos contó sus raíces, y la vida de su abuelo Salomón que la inspiró para volcar esa historia en palabras.
– ¿Qué es lo que te motivó a escribir?
Para contestarte esta pregunta tengo que explicar primero que esto no nació como un libro. Nació como una investigación personal acerca de la historia de mi abuelo Salomón Lerman y de mis raíces. Te voy a contar qué me motivó “a investigar la vida de mi abuelo”.
Para explicarte esto me tengo que remontar al año 2002, cuando – tras el fallecimiento de mi Zeide (abuelo)-, mi padre Natalio Lerman, descubrió una carpeta en el departamento donde vivía mi abuelo, repleta de documentos, credenciales, cartas y tarjetas de su juventud, que estaban escritos en diferentes idiomas: polaco, francés, idish y hebreo.
A mi padre este descubrimiento le produjo consternación y asombro, porque nunca su padre (mi Zeide) le había hablado de su pasado, y de repente todo ese pasado se encontraba frente a él.
Mi padre siempre sintió cierto vacío, algo le faltaba, como un libro al cual le faltaban muchas páginas que él deseaba completar. Con los años mi padre intentó indagar, y en su desesperación por conocer la familia que habia perdido en el Holocausto, empezó a armar árboles genealogicos de su familia. Además logró obtener algunos datos sueltos que no llevaban a ningún lado.
Gracias a mi curiosidad, determinación y el ansia de desentrañar tanto misterio, yo misma hace unos años me puse a investigar, con la ayuda de mi padre, con quien me encontraba cada semana para interpretar cada nuevo descubrimiento. Pasábamos horas enteras dilucidando y sacando conclusiones.
Conforme iba investigando, la información que obtenía se volvió tan grande, que fue en ese momento que tuve la necesidad de escribirlo, para hilvanar toda la historia.
Espontáneamente empecé a redactarlo en primera persona, poniéndome en la piel de mi abuelo. De esta manera pude entender cada uno de sus movimientos y decisiones. Cada paso de su vida cobró sentido y así pude desentrañar de a poco y con gran esfuerzo y dedicación toda su vida, basada en los documentos históricos que nos dejó.
Por lo tanto, sin proponérmelo, de manera espontánea fue que surgió este libro. Podemos decir que lo escribí “por necesidad”. “Sentí que debía escribirlo”.
Una vez que lo terminé lo llamé “El dolor de estar vivo” -Una historia real de coraje en tiempos de nazismo”. Y hoy, gracias a la editorial “El Ateneo” que se interesó en mi libro, se encuentra en todas las librerías del país y también online en tematika.com, al alcance de todos.
– ¿Cuánto pesó en vos el silencio y los secretos guardados del dolor de tu abuelo?
Mientras vivía mi abuelo yo no tenia conciencia realmente de que él se había salvado del Holocausto. Sabía que había nacido en Polonia y que había llegado a Argentina escapando del nazismo europeo, pero no sabía nada más. Nunca supe las circunstancias que lo obligaron a dejar su ciudad natal, quiénes eran sus padres, si tenía hermanos, de qué trabajaban, ¡no sabía nada!. Tampoco era un “tema sobre la mesa”, es decir, no era un tema de conversación.
Por lo tanto, de chica, tampoco me lo cuestionaba. Era tal el muro de silencio autoimpuesto, que mi abuelo nunca habló, ni dejó saber nada. Es decir, había cierto misterio que lo rodeaba, incluso en su forma de hablar “en un español con acento polaco” y la presencia de un hermano y un sobrino sobrevivientes, pero, repito, no se hablaba de eso.
Se puede decir que crecí entre datos sueltos y descolgados, pero el desconocimiento era casi total.
Cuando yo me puse a investigar, fue realmente cuando surgieron todas las emociones, porque fue en ese momento que la historia de mi abuelo salió a la luz. La primera sensación fue de sorpresa, ¡un asombro total! Imagínate lo siguiente, ponete en mi lugar, de repente descubro toda una historia oculta, de la juventud de mi abuelo. Era abrumador.
Las emociones fueron muy fuertes, porque de repente conocí a mi abuelo en una faceta que desconocía totalmente. Fue descubrir a mi Zeide. Para mi papá fue aún “más fuerte” porque él descubrió ¡a su padre!, una faceta que no conocía en absoluto.
Imaginate que mi papá ni siquiera conocía algo tan primordial como que mi abuelo tenía 3 hermanas…
Gracias a esta investigación descubrí todo un mundo familiar, incluso aparecieron familiares que ni siquiera había registro de ellos en Yad Vashem porque no quedó nadie vivo para dar testimonio por ellos. Por eso yo misma escribí varias hojas testimoniales sobre ellos…
– Dicen que la Shoá es inabarcable, porque es inagotable lo que de ella debemos aún saber, ¿coincidís?
Sí, por supuesto, es inabarcable e inagotable, porque hay tantas historias como personas que hayan pasado por este tipo de situaciones, o situaciones similares. Yo creo que hay otras miles y miles de historias que se asemejan a la historia de mi abuelo, por eso la gente se siente tan identificada.
No dejo de recibir mensajes de lectores que me dicen cuánto se vieron reflejados, o vieron reflejada la historia de su propia familia, que tiene que ver con el dolor, el desarraigo, y la pérdida de aquellos que han llegado a Argentina escapando del nazismo.
Lamentablemente muy pocas son las historias que se conocen porque en general ninguno hablaba de ello. Creo que callaban porque les producía mucha angustia contarlo y tampoco querían transmitir a sus hijos el sufrimiento que habían vivido, por eso lamentablemente es muy poca la gente que conoce las historias de sus abuelos.
– ¿Qué te motivó a querer hacer pública la historia de tu abuelo?
El primer objetivo fue honrar la memoria de toda mi familia asesinada en el Holocausto, víctima inocente del genicidio nazi; mi bisabuela, las hermanas de mi abuelo, sus tíos, sobrinos y primos.
Con este libro logré rescatarlos del olvido y llevarlos nuevamente a la vida. Yo puedo finalmente decir: “Acá están”. Tenían un nombre y apellido, eran hombres, mujeres y niños que tenían una vida plena, que iban al colegio, o trabajaban, tenían negocios, reían, y festejaban fiestas y cumpleaños, hasta que sus vidas les fue arrebatada injusta y cruelmente. ¡No fueron un número!
Con mi libro logré rescatar fragmentos de vidas destruidas para traerlas nuevamente a la vida para que sean recordadas y honradas por siempre.
Además me interesa que esta historia se conozca para mantener la memoria viva de lo que ocurrió en el Holocausto, para que no caigan en el olvido.
En el caso de mi abuelo es una historia poco conocida porque tiene que ver con el sufrimiento del antisemistismo tanto en la preguerra, durante y aún después de finalizada la guerra.
La ignorancia viene del desconocimiento por eso es importante conocer lo que ocurrió. “Para no olvidar, y no repetir”.
En el caso de mi libro, está basado totalmente en los documentos originales de mi abuelo. Todas las imágenes están incluidas en el libro, de ahí también su enorme valor, al apoyarse en documentos históricos.
– ¿Cómo ves el mundo actual, y su respuesta frente a la Shoá?
Creo que la tarea de educar es nuestra. Como dije antes, debemos mostrar este tipo de historias, porque hay mucha ignorancia, y falta de educación y conocimiento. Por eso, justamente es que es tan importante seguir contando historias como ésta, para que el mundo entero no olvide.
Debemos seguir investigando y seguir escribiendo este tipo de historias y testimonios.
– Sos farmacéutica y ahora te conocemos como escritora, ¿seguirás por este camino y con esta temática?
Sí, voy a seguir por este camino porque es una pasión nueva que descubrí a raíz de esta investigación.
Descubrí que tengo una facilidad natural para la escritura. Las personas que leyeron mi libro me dicen que lo leen de un tirón, porque no sólo les resultó muy interesante, además les resultó de lectura fácil y dinámica. El que empieza a leer mi libro a lo sumo le lleva 2 o 3 días. La mayoría empieza y termina de leerlo el mismo día.
Respecto a la temática seguiré por este camino, ya que estoy muy comprometida con el tema del Holocausto, un tema que me interesa muchísimo, porque me toca muy de cerca, lo cual hace que mi inetrés sea cada vez más fuerte y me impulsa a querer seguir descubriendo más cosas.
De hecho ya estoy en proceso de escritura de otra historia…
– Hoy en el mundo se conmemora la liberación de Auschwitz, ¿qué reflexión te despierta?
Espero que la conmemoración de este día traiga conciencia, para que no se vuelva a repetir jamás un acto de semejante barbarie, masacre y brutalidad.
Si tengo que dejar una reflexión diría que no hay que subestimar ninguna forma de antisemitismo y hay que combatirla de inmediato. Instar al mundo entero a que se involucre y no sea indiferente.
Porque el que calla otorga, el que no actúa cede, quien no delata aprueba, y aquel que no interviene es cómplice.
Es nuestro deber educar intensivamente, seguir dando testimonios y mantener la memoria viva de nuestros muertos.
No olvidar para no repetir.