Mohammad “Pintu” Samsuzzaman heredó la pasión por la Selecció n de su abuelo y de su padre. Creó un grupo de Facebook de hinchas bangladeshíes que superó los 300 mil integrantes y planea regalar 100 camisetas argentinas a los hinchas de bajos recursos de su país
El fanatismo por la Selección Argentina en Bangladesh también puede ser una cuestión hereditaria. Cuesta creerlo, pero esta pasión ubicada a más de 16.000 kilómetros no es una moda pasajera, sino que lleva todo un respaldo de tradiciones, amor por el fútbol y devoción por los colores celeste y blanco. Y así como ocurre en la propia Argentina, el fanatismo por la Selección en el lejano país asiático puede llevar a algunos hinchas a tomar decisiones de las más insólitas, como ponerle de nombre a una hija “Albiceleste”.
Mohammad Samsuzzaman tiene 37 años. Nadie lo llama por su nombre. Para el barrio y sus amigos es “Pintu”. Toda su vida residió en una modesta casa del barrio de Purana Paltan, en Dhaka, la capital bangladeshí y la Selección Argentina se transformó en su rama familiar como una suerte de religión.
“El primer fanático de Argentina de mi familia fue mi abuelo paterno, que se llamaba Abdul Hakim, casi al mismo tiempo se hizo hincha mi padre, Mohammed Moyes Uddin, y yo heredé el amor por el fútbol y por esos colores”, afirmó “Pintu”.
La tradición se expandió a través de las futuras generaciones y, por lo que el propio “Pintu” vaticina, será un vínculo que se mantendrá consolidado durante las futuras décadas.
“Mi hija tiene cuatro años. Cuando nació, sabía que de alguna manera tenía que rendir un homenaje a mi amor por la Selección Argentina. Por eso, después de hablarlo con mi esposa Tuly, decidimos ponerle de tercer nombre ‘Albiceleste’. Su nombre completo es Ayzaa Awbi Albiceleste”, aseguró.
“Mi esposa no dudó en apoyarme con el nombre. Un nombre puede cambiar una vida y la gente puede cambiar su vida luchando. El nombre ‘Albiceleste’ fue para demostrar el nivel de amor que tengo por mi equipo. Y no cambiará la vida de nuestra hija”, reflexionó.
Tal como parece dictarlo la tradición familiar, la pequeña Awbi se convirtió en la última gran fanática de la Selección Argentina en el árbol genealógico. En sus redes sociales, Pintu suele publicar videos con su niña, en los que la pequeña viste la camiseta de la Selección, se besa el escudo de la AFA, grita los goles del equipo dirigido por Lionel Scaloni y hasta intenta aprender las estrofas del “Vamos, vamos, Argentina…”.
Desde que empezó el Mundial y a raíz del fervor desatado en Bangladesh con los partidos de la Selección, aparecieron numerosas teorías para intentar explicar la devoción de los hinchas bangladeshíes por un equipo de fútbol ubicado a más de 16.000 km de distancia. La hipótesis que pareció instalarse con mayor fuerza encuentra como protagonista a Maradona. La denominada hambruna de Bengala, en 1943, antes de la independencia de Bangladesh como nación, estuvo directamente ligadas a muy perjudiciales políticas comerciales de la Corona Británica en el territorio que todavía pertenecía a la India. Se estima que durante esa hambruna murieron entre 1,5 y 3 millones de personas por desnutrición o enfermedades derivadas.
Por eso, la teoría relata que los dos goles marcados por Diego en los cuartos de final a Inglaterra en el Mundial 1986 fueron asumidos en Bangladesh como un acto heroico en contra del imperio que tanto daño causó en la región y significó un sello de amor inquebrantable con el celeste y blanco.
Sin embargo, en la vida de la familia Samsuzzaman, el amor por la Selección Argentina pareció estar vinculado a la economía propia y al acceso al fútbol internacional.
Mabkhout es una celebridad en su país que durante los últimos días tomó notoriedad en Argentina por abrir las puertas de su mansión para brindarle un agasajo a un reducido grupo de hinchas que conoció en su país. “Los argentinos son buena gente. Y a nosotros nos cae bien la buena gente, la gente que respeta”, afirma
“En mi país y en mi familia hubo muchísima pobreza durante la década del 70. Mi padre y mi abuelo tuvieron su primera televisión a principios de los 80 y el Mundial ‘86 fue el primero que vieron. Ahí nació el amor eterno por Diego y por Argentina”, explicó “Pintu”.
“Mi amor por la Argentina nació en el Mundial de 1998. Mis primeros ídolos fueron Ortega y Batistuta, después vinieron Aimar y Riquelme. Pero igual, ninguno se acerca a lo que fueron Maradona o Messi aquí. Son realmente amados por nosotros”, agregó.
A lo largo del tiempo y con su pasión por la Selección Argentina cada vez más fuerte, “Pintu” consideró la opción de empezar a unir a los cientos de miles de hinchas de la albiceleste residentes en Bangladesh.
Así, creó la llamada Argentina Football Supporters of Bangladesh (Hinchas de la Selección Argentina en Bangladesh) en Facebook, grupo que en su momento llegó a tener casi 400 mil integrantes.
“El 70 por ciento de los fanáticos del fútbol de este país son hinchas de la Selección Argentina. En segundo lugar están los hinchas de la selección brasileña, pero hay una gran diferencia en la cantidad”, describió.
“Estuve varios años, pero en un momento lo abandoné. Había muchos integrantes que se creían dueños del grupo y ese espacio empezó a convertirse más en gente que buscaba hacer negocios que en un grupo de amor por el fútbol”, analizó. Así y todo, “Pintu” mantuvo su actividad ligada al fanatismo con la camiseta albiceleste en sus redes sociales personales.
El bangladeshí de 37 años afirma que su vínculo con la Selección Argentina es diario y que le alegra la vida. Incluso, cada año celebra con una torta y con una fiesta los cumpleaños de la Asociación del Fútbol Argentino, de Diego Maradona y de Lionel Messi. Sus festejos quedan reflejados con fotos y videos en las redes.
Además, la Selección Argentina se convirtió en una fuente de ingresos económicos.
“Pintu” reparte su tiempo como administrativo de un Showroom de autos de colección en Dhaka, mientras también compra y vende camisetas e indumentaria de la Selección Argentina a otros fanáticos de la albiceleste en su país.
El furor por el fanatismo en Bangladesh por la selección se reforzó con el transcurso del Mundial de Qatar. Mientras las imágenes de multitudes celebrando los goles de Messi en cines se amplificaban entre likes y retweets, los propios argentinos optaron por un acto de reciprocidad.
Así, el creativo Dan Lande (Rulo de Viaje) decidió crear un grupo de Facebook en el que se intentó devolver desde Argentina todo el cariño al pueblo de Bangladesh e intercambiar experiencias entre ambas culturas.
El grupo, denominado “Fans argentinos de la selección de Cricket de Bangladesh”, ya acumulaba más de 144 mil miembros al momento de la publicación de la historia. Además, se generó una serie de intercambios entre ciudadanos de ambos países donde se intercambiaron fotos de paisajes, historias personales, y hasta tours virtuales por una universidad de Dhaka.
Para algunos fanáticos bangladeshíes este acercamiento les permitió recordar un suceso histórico con el equipo albiceleste ocurrido en el 2011. En septiembre de ese año, la Selección entonces dirigida por Alejandro Sabella derrotó a Nigeria por 3-1 en un amistoso disputado nada menos que en el Estadio Bangabandhu, en Dhaka.
Al entrenamiento del día previo a ese encuentro acudieron 20 mil fanáticos locales. Las entradas para el encuentro estaban tan caras que en muchos casos un ticket valía más que el sueldo mensual de un trabajador promedio. Aún así, el estadio se llenó de hinchas de todos los rincones de Bangladesh. Algunos hasta tuvieron que realizar viajes de casi 10 horas en micro para poder llegar al encuentro.
Aún falta para terminar de conocer el destino y la suerte del equipo conducido por Lionel Scaloni en Qatar 2022. Sin embargo, el propio “Pintu” ya tiene preparado todo un acto solidario en caso de que se alcance la tan ansiada tercera copa del Mundo.
“En el caso de que Argentina salga campeón, regalaré a 100 hinchas de Argentina de bajos recursos de aquí, en Dhaka, la camiseta de la Selección con tres estrellas arriba de su escudo. Será un momento para que todos podamos festejar con estos colores”, afirmó.
FUENTE: INFOBAE