El ex presidente de la Federación Argentina de Colectividades y director de Relaciones Interinstitucionales de la comunidad Armenia, habló en exclusiva con Optimism sobre la importancia del desarrollo de las colectividades en el país.
POR ALEXANDRA BARRETO
Argentina tiene una de las comunidades armenias más importantes del mundo, viven 150.000 integrantes y descendientes de esta nacionalidad, los cuales están distribuidos, en su mayoría, en Buenos Aires, Córdoba, Rosario y Mar del Plata.
Juan Sarrafián (62) es argentino, casado hace 38 años, padre de dos hijos y abuelo una nieta. Sus abuelos paternos y maternos fueron migrantes. Es un gran conocedor del tema colectividades y demostró un desempeño extraordinario en su cargo que duró seis años (concluyó hace 2) en un ente que pronto cumplirá medio siglo de vida.
“Nosotros pusimos a la Federación en un sitial brillante; dejé de dirigir las colectividades porque tenía que haber una renovación, el estatuto dice que puede ser presidente reelecto una sola vez, modificaron por este periodo para darme tres periodos consecutivos más, eso demostró un voto de confianza en mi gestión”, expresa complacido.
En su labor se encarga de las relaciones políticas tanto afuera como dentro de la comunidad en relación al Gobierno Nacional, al Gobierno Armenio y los vínculos entre ambos. “Tenemos la responsabilidad de llevar adelante la Iglesia Apostólica Armenia, donde concurren los fieles cristianos”, explica y cuenta que también pueden asistir quienes profesan la fe cristiana. “Si les interesa apreciar la misa de rito ortodoxo, no se prohíbe el paso, ni se les pide que compartan la visión de la cristiandad, si después están interesados en adherirse, son bienvenidos”.
Como amplio conocedor del mundo de las colectividades en el país explicó que con el paso del tiempo han ido en aumento en Argentina, sobre todo de Centroamérica.
– ¿Cómo ve el desarrollo de las colectividades en Argentina?
La primera expresión a nivel nacional en Argentina de la intensión que se poblara con migrantes se da en 1813 donde se expresó que todos aquellos que quieran venir a este suelo, son bienvenidos, a partir de ahí, se dan miradas migratorias, a fin del siglo XIX y principio del XX, donde mayormente grupos de italianos, españoles, sirios libaneses, armenios, griego, árabes, poblaron el país. Buenos Aires es un pedacito de países europeos, sus habitantes, partieron de la carencia y se han desarrollado, respetando el trabajo y las leyes.
– Los que llegaron de Armenia y otros lugares no dominaban el idioma español, esto fue un doble mérito para poder establecerse.
Los primeros trabajos, eran como zapatero remendón, barrenderos, fotógrafos de plazas, no necesitaban saber castellano. Luego fueron aprendiendo el idioma a la fuerza, pasaron a ser comerciantes, industriales y hoy son profesionales o gente que forjaron núcleos de trabajo retribuyendo al país, dando trabajo a los argentinos.
– La comunidad Armenia es muy conocida por el acerbo cultural.
Nuestro Centro Armenio ofrece mucha cultura y somos conocidos por la gastronomía de Medio Oriente. Además por las costumbres religiosas ya que Armenia fue el primer país en aceptar el cristianismo como religión de Estado en el año 301. Tenemos siete escuelas entre Ciudad de Buenos Aires, Gran Buenos Aires y Córdoba; el desafío ha sido difundir su cultura, literatura y aquello que tiene que ver con el desarrollo laboral. Los armenios se lucen en lo que tiene que ver con lo textil e indumentaria.
– El conflicto entre Armenia y Azeirbaiyán, sin duda un tema muy delicado, ¿Cómo se han manifestado las diversas colectividades?
La solidaridad de las comunidades fue óptima, casi todas nos enviaron cartas de pedido de paz, nuestros hermanos se hicieron eco de la tragedia. Hubo dos manifestaciones y una marcha siempre con las mismas características: con respeto y de forma pacífica, no hay que hacer desmanes en contra del país que nos dio cobijo, no olvidarnos que la Argentina permitió desarrollarnos.
– Dentro de las comunidades está la turca, ¿Cómo es la relación?
Es mínima porque permitimos que ingresaran y ellos no han tenido ninguna palabra al respecto pidiendo la paz y no agresión, dan a entender que piensan igual que su Estado. Nosotros hicimos que estuviesen dentro de la Federación pero nos damos cuenta y nos causa desilusión. Lo hice como un gesto para que las colectividades extendieran lazos de hermandad.
“Esperemos que pronto se pueda trabajar de manera presencial y volver a estar unidos en un crisol de razas y culturas”
Juan Sarrafián
– Hoy por hoy, ¿siguen viniendo migrantes armenios a establecerse?
Algunos sí, otros van a Alemania o Italia. Ahora se da un flujo menor porque Armenia había solucionado su tema económico.
– ¿Qué huella le deja el conocer tantas colectividades?
Aprendí algo enriquecedor, empecé a tener una visión cosmopolita que el mundo está armado de pedacitos chiquitos, tomo la frase de un gran amigo, Claudio Avruj, ex secretario de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural de la Nación, quien dijo: ‘Argentina es la bendición de ser un mosaico de identidades’. Argentina es el país que mejor acoge a los migrantes, a veces es demasiado permisivo, un inmigrante termina siendo utilizado por una fuerza política y es ahí cuando no estoy de acuerdo con esos grupos que se prestan a esa situación.
– ¿Cuáles son los proyectos que tienen la comunidad Armenia y la Federación de Colectividades?
Por ahora los proyectos están condicionados a la situación de salud que se vaya desarrollando, no se pueden hacer reuniones, almuerzos, celebraciones, esperemos que pronto se pueda trabajar de manera presencial y volver a estar unidos en un crisol de razas y culturas.
