Conocé a “Chicle”, el rey de las golosinas

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Claudio Mañas comenzó a coleccionarlas cuando tenía 10 años y lleva más de 35 acumulando paquetes y productos. “En algún momento lo cerraré y volará: se irá con un libro”, dijo.

A Claudio Mañas lo define su inquietud. Su ansiedad por saber y descubrir. Su desesperación por encontrar y señalar aquello que está ubicado en la pared, convertida en mural, espacio en el que atesora los envoltorios y las golosinas que lleva coleccionando desde hace 35 años.

Su santuario de dulces es un museo de recuerdos. O viceversa. El hombre nacido en Lanús, papá de Olivia y apasionado por las golosinas que marcaron su vida, no quiere ser señalado como el mejor ni el mayor coleccionista. Quizá si como la persona que siguió el instinto que lo trajo hasta acá.

Todo transcurre en el barrio porteño de Once, en el piso superior de su taller, ante la atenta mirada de su futura esposa Erika, en un sitio en el que para el diseñador gráfico e industrial los recuerdos se transforman. Es un espacio pequeño, con un televisor de pocas pulgadas encendido pero sin volumen, en donde habita la sensación de que todo puede desmoronarse.

Con uno de sus sacos especiales, diseñado con envoltorios de golosinas antiguas (Foto: Instagram @dulceochentas).

La vida de colección del hombre que masticaba mucho chicle

“Me llaman ‘el Loco Mañas’, porque efectivamente estoy loco. También me dicen ‘Chicle’, porque masticaba mucho chicle en los años 80. La primera golosina que guardé fue el New Choc. Hoy debo ser el único en Argentina que lo tiene. La gente no se acuerda mucho de eso y me da una magia distinta”, dijo.

Entre su casa y su escondite guarda más de 17 mil envoltorios de golosinas. En sus heladeras conserva otras 1000 que aún no fueron abiertas. “Las tengo ahí porque si no se echan a perder. Si veo que están feas las tiro y guardo el envoltorio”, avisó.

Aseguró que llegó a tener esa cantidad luego de transitar “un camino duro, con mucho sentimiento y mucha pasión. Un trabajo de día a día. Cuando me quise dar cuenta tenía papelitos por todos lados”.

 “Tener casi todo lo que salió en los kioscos cuando era chico es una locura. Si hoy lo querés hacer, te doy tres o cuatro vidas y es imposible”, agregó.

Mañas indicó que si vende toda su colección se compra un departamento (Foto: TN).

“El Tubby, el New Choc, el alfajor Suchard -que me parece uno de los mejores que hubo y ya no se hace- son mis golosinas preferidas. Además, nunca comí un chicle igual que el Bubblicious. Y las gomitas Yummy, un clásico que me encanta”, explicó.

Su método de colección es múltiple. La mayoría de las golosinas que ya no se comercializan las consumió. Otro tanto las compró en “ferias cirujas”, Mercado Libre, Marketplace y redes sociales. Sus amigos también alimentan su locura con datos y recomendaciones. Su colección la exhibe, por partes, en su Instagram (@dulcesochentas).

Su otro pilar de búsqueda es su hija de 13 años. Con ella revisan contenedores cuando advierten que alguien vació el baúl de los recuerdos sin el mínimo apego por etiquetas o productos que para Claudio valen más que algunos miles de pesos.

“Ella tiene pasión, pero es una chica de ahora, y tampoco quiero dejarle un karma a nadie. Es energía que uno deja, una carga que llevará para siempre. No quiero transferirle un problema, porque si se queda con esta colección va a tener que tener una casa grande para guardarla. Prefiero dejarle un departamento y listo”, indicó.

Mañas atesora la mayoría de los envoltorios en varias carpetas con folios (Foto: TN).

 “El que más me costó conseguir fue un envoltorio de las Tortugas Ninjas que me faltaba. Vi que lo vendía un hombre, le ofrecí una plata y me lo vendió. Yo no me hubiese desprendido del paquete por nada en el mundo, pero se ve que tan coleccionista no era”, recordó Claudio.

Admitió que alguna que otra vez sintió la necesidad de abrir una vieja golosinas e incluso probarla. “No tienen el mismo gusto lógicamente, así que pocas veces lo hice. El que me generaba ansiedad era el chocolatín Jack; quería ver qué juguete tenía adentro. Abrí caramelos también, pero hace años. Ahora me gustaría hacerlo con un Tubby. No lo comería porque me podría ir para el otro lado”, sostuvo.

La mayoría de las figuras y personajes las tiene en su taller de diseño gráfico ubicado en Once (Foto: TN).

Claudio, que trabaja de manera independiente y también con reconocidas marcas de golosinas, persigue el sueño de hacer un libro en donde pueda inmortalizar toda su colección. “Soltar todo esto. Así como nació que trascienda”, dijo.

El reconocimiento hacia su trabajo nació en 2020 luego de que publicara en sus redes el envoltorio de un chocolate antiguo. “Fue una foto simple la que originó que hasta hoy no me paren de llegar mensajes”, relató.

“Hace un tiempo me escribió un chico para comprarme el chupetín Bola Loca. Le dije que no lo vendía, peor si quería le mostraba una foto. Me contestó que era para un familiar que estaba muy enfermo y que soñaba con tener la golosina que le recordaba su infancia. Me emocioné completamente y se lo regalé”, contó.

Su fin, el cual reiteró en varios pasajes de esta entrevista, es que todo su trabajo tenga un fin y no quede en la nada. Es por eso que rara vez permite que alguien ingrese a su museo como un simple aficionado: “Vienen a ver y no terminan viendo nada. Me doy cuenta al toque quién quiere ver algo y quién no”. Sobre la posibilidad de venderlo, contestó: “¿Qué hago si alguno me lo quiere comprar? Bueno, no sé. Lo que pasa es que no me van a pagar lo que yo quiero”.

Lo que Claudio quiere (o mejor dicho: lo que Claudio sabe que vale) es que toda su colección se transforme en algo útil. “Si vendo todo en Argentina me compro un departamento. Y si lo vendo afuera te digo que lo paso”, remarcó.

Junto a Olivia, su hija de 13 años (Foto: Instagram @dulcesochentas).

“El ciclo del coleccionista no se termina nunca. Por ejemplo, a mí me gustan los muebles clásicos, los afiches de películas y los objetos de decoración, pero tampoco es que colecciono todo. Esto en algún momento lo cerraré y volará: se irá con un libro”, completó.

FUENTE: TN

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