El síndrome de down es una condición congénita en la que la persona tiene un cromosoma extra. Esto puede provocar problemas en el desarrollo tanto intelectual como físico, pudiendo traer complicaciones a la hora de desenvolverse en sociedad.
Sin embargo, hay personas que demuestran que no hay límites cuando se trata de intentarlo y de superarse a uno mismo, sin importan cuántos cromosomas tenemos.
Alejandro no solo rompió con sus temores y preconceptos al aprender a manejar un trastorno de tartamudez, graduarse de secundaria y realizar estudios terciarios, si no que además demostró tener grandes habilidades para la magia, convirtiendose asi en el primer mago profesional con síndrome de Down de Argentina.
En diálogo con la BBC, MagoAle -su nombre artístico- contó que llegó a esta inusual profesión gracias a su amor por la actuación, que nació cuando era pequeño, cuando hacía obras en su colegio, y sigue siendo su principal pasión. “Yo hago teatro con la compañía de la directora Nina Ávila y en 2014 me presentó a Omi”, explicó. “Omi” -o MagOmi- es Omar Sauchuk, el hombre que le enseñó a Alejandro a hacer magia y que desde hace siete años es su compañero de escena en el proyecto “Magia Inclusiva”.
“Para mi es importante darles un mensaje a los chicos y a los grandes de que todos podemos hacer magia”, señala, haciendo alusión a las dos palabras -“todos podemos”- que por mucho tiempo fueron los emblemas de su show. Pero lo cierto es que muchos de sus espectadores ven en ese mensaje de inclusión una inspiración que va mucho más allá de la magia.
“Nos ha pasado de familias con lágrimas en los ojos que nos dicen: ‘Gracias, ahora me voy a animar a tocar la guitarra, que nunca lo hice’, o gente que viene con sus hijos con discapacidad diciendo: ‘Gracias por estimularlo, gracias por mostrarnos que puede”, cuenta Omi, conmovido.