Nicolás Brandana es uno de los cuatro jóvenes elegidos para representar a la exposición.
Se puso un traje alquilado porque no tenía uno propio. Parado frente al espejo, se miró vestido de gala por primera vez, se acomodó el moño y allí fue, camino a la elección de los nuevos embajadores de la Fiesta Nacional de la Flor. Desde este domingo, Nicolás Brandana es uno de ellos y con total orgullo dice que desde hacía años soñaba con el momento que se hizo realidad y bajo la mirada atenta de su familia, amigos y el público que le puso la emoción a la tarde soleada y aromatizada por las miles de flores que sedujeron a cada espectador.
Desde 2021, en Escobar ya no se elije a la Reina Nacional de la Flor. El tradicional y clásico espectáculo que lleva 59 años dio lugar a la coronación de cuatro representantes (dos mujeres y dos varones) que tienen el objetivo de dejar de lado los estereotipos de género y promover así la inclusión.
“Como escobarense, la Fiesta Nacional de la Flor es un evento que me llena de orgullo. Si bien el año pasado se eligió al primer embajador, sentí que era todo muy reciente como para postularme y que dejé pasar un año. Por eso, cuando se abrió la convocatoria 2022 no lo dudé. Me presenté y presenté el proyecto que debía llevar conmigo y acá estoy, muy orgulloso y muy feliz de poder representar a todos los viveristas y floricultores de nuestro partido y de otras provincias, que también vienen a exhibir sus trabajos en nuestros predios”, dijo conmovido el joven de 26 años.
Por doce meses, junto a Trinidad Van Rijswijk (19); Rocío Salinas Graizzaro (18) y Walter Dylan (24) tendrá la tarea de promocionar la festividad de los floricultores. Además, será capacitado en comunicación y cuidado del ambiente y viajará por la región y el país representando a la organización del evento.
La historia
De niño, Nicolás iba con su familia a la Fiesta de la Flor en la ciudad de Belén de Escobar, al nordeste de la provincia de Buenos Aires, ciudad en la que nació y creció. Ver el paso de las carrozas que protagonizaban los desfiles de la fiesta máxima del lugar siempre le llamaron la atención.
“Semejante estructura llena de flores es algo único y que solo pasa acá, quien no lo conoce, lo tiene que venir a conocer porque es increíble.No puedo describir todo lo que sentía de niño al verlas ni lo que es estar allí. Hay que verlo de cerca y estar para entenderlo”, asegura el joven que hace pocos días cumplió el sueño de desfilar sobre una de esas enormes carrozas. “El sábado 8 de octubre quedará en la historia de esta fiesta como el día en que por primera vez en la carroza hubo varones”.
Aunque su familia nunca estuvo en el rubro, uno de los más característicos de la localidad que, asegura, “sigue tendiendo todo ese sabor y alma de pueblo: mucho verde, aire limpio, el río Paraná y el río Luján que lo cruza”, las flores y las plantas le gustaron desde que tiene memoria.
Emocionado y con las vivencias aún a flor de piel, continúa: “La previa a la elección fue muy emocionante porque, más allá de que es un concurso, pudimos formar un lindo grupo y amistad entre los aspirantes a embajador y embajadora. Compartimos charlas, risas, llantos, y eso fue muy gratificante”, revela el agente de tránsito de la localidad de Belén de Escobar.
El rol que tendrá como uno de los embajadores electos es representar a la Fiesta Nacional de la Flor en todas las fiestas que los convoquen. “Pero también vamos a representar el trabajo de todos los viveristas y floricultores del país a nivel nacional y en todo lo que es América Latina”, señala.
“Esta tarea, para mí representa mucha responsabilidad, mucho compromiso y, sobre todo, la oportunidad de disfrutarlo al máximo porque es algo único. Te repito: es algo con lo cual soñaba desde que parecía algo imposible, así que de mi parte estará toda la voluntad y disposición para poder llevar a cabo este trabajo”, asegura.
Antes del fin de semana soñado, los cuatro varones postulados estuvieron en contacto con el embajador saliente, Alan, y con la ya exembajadora Cristal. “Nos dieron muchos consejos, nos contaron sus experiencias y cómo tenemos que desenvolvernos en los próximos doce meses que nos esperan. También recibimos las visitas de las reinas de otras fiestas regionales”.
Recordar cada paso dado en este corto tiempo lo lleva a imaginar el camino a recorrer que tiene por delante. Eso lo emociona, casi hasta las lágrimas: “Me siento muy afortunado, muy feliz de poder representar esta gran fiesta a nivel nacional, porque es la más grande que tenemos en lo que es la floricultura y para mí significa una responsabilidad enorme porque en este camino voy a seguir adquiriendo conocimientos para poder estar cada día un poco más en el tema”.
El entusiasmo lo sobrepasa y admite que tiene “muchas ganas de conocer y aprender otras culturas como también así hacer conocer el trabajo de todos los quienes realizan este hermoso trabajo con las flores”.
Con total admiración y agradecimiento por la organización que se puso al hombro el desafío de incluir a varones en este tipo de eventos, por décadas propios de las mujeres, destaca: ”Desde el inicio me sentí muy bien, muy cómodo por el trato tanto desde la organización como con los coordinadores. Nunca hubo diferencia entre los varones y las mujeres. Este año tenemos un gran trabajo para que el año que viene sean más varones los que se postulen. Siento que tengo un gran trabajo durante este año para demostrar que no importa el género, sino las ganas de trabajar en conjunto y poder representar a la Fiesta, así que tomaré el rol de atraer a los jóvenes para que se postulen en la edición 60, para que la competencia sea mucho más linda todavía”, dice.
En ese tono, a ellos les habla: “No tengan miedo, no tengan vergüenza de postularse. Deben dejar de lado esas sensaciones porque lo que más importa es tener ganas de participar y representar la Fiesta Nacional de la Flor como corresponde y, sobre todo, dar a conocer el trabajo de tantísima gente que trabaje en la floricultura”.
Entre lo que más disfrutó previo a la ceremonia de elección que lo nombró embajador fue la semana de capacitaciones que tuvieron. “Nos llevaron a recorrer todos los viveros y comenzamos a estudiar sobre el tema, así que más allá del resultado, creo que que todos somos ganadores porque esta experiencia es imposible de olvidar. Se lo pasa muy bien”.
Para él, lo más destacable de la organización del evento fue la atención con cada postulante y la posibilidad de darles también un momento único desde los detalles pequeños y no tanto… “Yo era el único que no tenía traje y nos alquilaron uno para cada uno de los varones para que podamos estar todos iguales y también a las aspirantes mujeres, que les mandaron a hacer un vestido a cada una”.
Este año, la propuesta de comunicación implica que cada nuevo representante hagan un proyecto en pos de los 60 años de la Fiesta y para mantener su vigencia. Sobre el suyo, detalló: “Se basa en hacer la propaganda a los 60 años de la Fiesta, mostrando cómo crecimiento en este tiempo y apunta a que también los embajadores podamos ir a las escuelas para contar la gran historia de la Fiesta Nacional de la Flor y, sobre todo, implementar y alentarlas a hacer puertas orgánicas como también reciclado en los institutos para fomentar el cuidado del medio ambiente”.
“Me gustaría adquirir mucha más experiencia y ser parte activa de esto que apunto desde mi proyecto. Ese es mi deseo”, finaliza.
FUENTE: INFOBAE