Con dos showrooms en Nueva York y un e-commerce en USA y Argentina, sus prendas no paran de aparecer en publicaciones internacionales. La historia de Paola Rossi y su emprendimiento.
Cada día que pasa, la mujer encuentra otra posición y mirada en la sociedad. Ha logrado llegar a una imagen mucho más empoderada y siendo artífice de muchos logros que marcaron hitos en la historia. Y Paola Rossi aportó su granito de arena para el cambio radical de la mujer en el mundo. Ella quería ser decoradora, pero su papá le dijo que tenía que estudiar una carrera importante. Se recibió de arquitecta y trabajó en Argentina, Uruguay y Estados Unidos. Pero su pasión por el diseño siguió intacta y en 2019 la volcó a la indumentaria. De esta forma, creó Rossi Tuxedo, la primera marca del mundo especializada en smokings para mujeres. “A las reuniones me gustaba ir vestida de traje. Me sentía empoderada con esa situación”, explica.
La oferta de trajes para mujeres era muy poca: las grandes marcas con precios altísimos o las de retail, todos iguales. Y así nació Rossi Tuxedo, una marca que apunta al empoderamiento de las mujeres para achicar la brecha de género y encontrar otra moda. “Me di cuenta de que había un nicho que no estaba explotado. Vi una oportunidad. No tenía por qué caer en los smokings clásicos solamente, sino que con mi formación de arquitecta podía buscar situaciones más disruptivas y explayarme con el diseño de una manera diferente”.
¿Cómo lo hizo?
Desde un inicio, sabía que quería una marca con proyección internacional: el Fashion Week de Nueva York era su meta. Durante tres años, buscó inversores, pero no avanzaba con ninguno. De esta forma, no se rindió y siguió con su objetivo. Finalmente, decidió lanzar el emprendimiento sola. Aprendió de telas, y con dos trajes y un pasaje comenzó el emprendimiento. Para presentarlo, contactó a Calu Rivero y Jimena Buttigliengo. “Les encantó el proyecto, porque tenía que ver con ellas: mujeres poderosas, super fuertes, emprendedoras, en búsqueda de nuevas aventuras”, relata Paola. Calu usó uno de sus trajes en el Fashion Week en Nueva York y otro en el de París. “Jimena era anfitriona de otro diseñador en París y en vez de usar una prenda de él, usó un traje mío. Yo no lo podía creer”, cuenta.
En noviembre de ese mismo año, se presentó al “Six O’clock Tea” de Carminne Dodero, en la Embajada de España. Tenía que presentar una colección, pero aún no tenía nada armado. Igualmente, no bajó los brazos: “Salí corriendo. Estábamos a tres días y a mí me faltaban las mangas, la ropa no estaba terminada cuando hice el fitting. Para mí eso fue una suerte de entrenamiento, porque nunca había estado en el mundo de la moda. Siempre fui medio lanzada y creo que me sirvió”, explica.
El siguiente paso fue un desfile en Punta del Este en enero de 2020 y en febrero uno en el consulado argentino en Nueva York, que fue su gran presentación en sociedad. Sus prendas comenzaron a circular en las páginas de moda internacional, junto a Gucci y Prada. Actualmente, vive en Miami y trabaja con dos showrooms en Nueva York y un e-commerce en Estados Unidos y otro para Argentina. Con la pandemia, los eventos se redujeron y, por lo tanto, las posibilidades de lucir un traje eran mínimas, pero no se dejó amedrentar. “Saqué una línea de kimonos, mucho más flexibles, para un Zoom o para salir a la calle. Algo más adecuado a la vida que estamos teniendo”, señala.