El arquero del Tatengue se juntó con el guardameta de la Selección Argentina de Amputados y lo entrenó de cara al Mundial.
Santiago Mele, el portero de Unión, reconocido por su costado solidario, compartió u encuentro con Miguel Lemos, el cuidacoches que jugará su quinto Mundial junto a la selección de Amputados el mes que viene. El uruguayo lo entrenó de cara a la Copa que se disputará en Turquía.
Además de su buen rendimiento en el arco de Unión, que le valió una convocatoria a la Selección de Uruguay para los próximos partidos amistosos previos a Qatar, Santiago Mele también se ganó el reconocimiento por su otra faceta, la solidaria.
El portero charrúa ya fue noticia semanas atrás cuando se conoció que en sus contratos obliga a incorporar una cláusula social. En su vínculo con el equipo tatengue, por ejemplo, cada vez que acumula cinco vallas invictas el club tiene que donar una suma de dinero (o su equivalente en equipamiento) para algún fin benéfico. Así fue que Los Búhos, la Selección Santafesina de fútbol para ciegos, recibieron una decena de pelotas profesionales para utilizar en las prácticas.
Pero ayer por la tarde, Mele volvió a ser protagonista de un hecho que lo pinta de cuerpo entero. El golero sorprendió a Miguel Lemos, arquero de la Selección Argentina de fútbol para amputados, y lo visitó para entrenarlo de cara al Mundial de la especialidad que se disputará en Turquía el mes que viene.
Ambos goleros ya se conocían de nombre, porque asisten a la Iglesia Evangélica “Brazos Abiertos” de Santa Fe. “Le habían hablado de mí y le mostraron videos de lo que yo hacía. Así se empezó a armar la idea de vernos”, explicó Lemos.
La chance de verse se hizo esperar y parecía que ayer volvía a postergarse. “Yo entreno de tarde en el Parque Sur y a esa hora jugaba Colón con San Lorenzo (nota de referencia: el Parque Sur queda a pocas cuadras del estadio sabalero y es el lugar donde los hinchas hacen la previa del partido). Quería evitar cualquier inconveniente y le dije que lo suspendíamos para otra oportunidad”, contó el portero que tiene amputado su brazo derecho. Sin embargo, Mele hizo caso omiso a la recomendación y le cayó de sorpresa.
“No lo esperaba. Vino con su mochila y me dijo déjame que te ayude. Yo no podía ni hablar de la emoción. Es un genio, me hizo muy feliz hablar con él de varios temas y que me haga sugerencias”, relató. Su colega tatengue le prometió además tener otra sesión de entrenamiento junto a Rodrigo Llinás, el entrenador de arqueros del club Unión.
Lemos, nació en Santa Margarita, un pequeño pueblito del norte santafesino, cercano al límite con Chaco. Su papá trabajaba para una empresa ferroviaria y su familia vivía literalmente entre vagones.
Cuando tenía sólo 5 años, sufrió un accidente que le cambiaría la vida para siempre. “Con mi hermanito estábamos jugando debajo de un tren que justo se puso en marcha. A él lo mató y yo perdí el brazo por intentar rescatarlo”, detalló. De ahí en adelante, según sus propias palabras, el fútbol fue la herramienta que utilizó para sentirse integrado al resto de la sociedad.
Hoy, con 51 años, se gana la vida como trapito, cuidando y lavando autos en las calles de la capital santafesina. “No digo que me va bien, pero sobrevivo”, dijo el arquero que está a punto de jugar su quinto Mundial.
FUENTE: DIVERSIDAD