Basilio Stankewitsch es un veterinario de larga trayectoria en Comodoro Rivadavia, en la Patagonia argentina. Viendo televisión se enteró de lo que estaba ocurriendo al otro lado de su provincia, en Chubut: incendios forestales que arrasaban con decenas de miles de hectáreas arboladas en la cordillera, cerca de El Bolsón y Lago Puelo.
A diferencia de incendios anteriores, que afectaron sobre todo zonas rurales, esta vez el fuego atravesó el pueblo de El Hoyo y quemó cientos de casas. En medio del desastre, miles de animales de granja y domésticos quedaron a merced de las llamas que alcanzaron los corrales y viviendas de los productores rurales de la zona. Stankewitsch entonces no dudó un instante y convocó a una colecta general entre sus vecinos y clientes para reunir dinero. Necesitaba llevar comida y medicamentos de manera urgente para esas criaturas, ya que el Estado iba a encargarse de la atención de los humanos.
Manejó durante más de diez horas una camioneta cargada hasta el tope de provisiones gracias a la ancestral solidaridad patagónica. Tomó la ruta 26 y luego la 40 mientras se comunicaba con sus colegas de El Hoyo, Golondrinas y Pedregoso, los epicentros de un fuego incontrolable. En su pick up llevaba también ropas de seguridad para los brigadistas.
Al llegar, exhausto, comprobó el caos lógico, propio de un desastre casi sin antecedentes. Más de 10.000 hectáreas ardían como consecuencia de la acción intencional desatada en cinco o seis focos ígneos. “El siniestro se desarrollaba en una zona con muchas granjas y chacras. Las vacas, caballos, ovejas, gatos y perros habían huido, ya que el fuego bajaba desde las montañas de manera envolvente. Los desconcertaba casi por completo. Es una región de frutas finas como las frambuesas, moras, grosellas y frutillas. Un verdadero paraíso montañoso y arbolado que estaba siendo arrasado”, contó el veterinario.
Stankewitsch se encontró en el lugar con 25 colegas y más de un centenar de voluntarios que ya habían montado con gazebos verdaderos hospitales de campaña junto a la Ruta 40 para atender a los animales más afectados por el humo y las lenguas de fuego. “Muchos animalitos estaban perdidos. Especialmente se trataba de equinos, canes y felinos. Tenían sus patas quemadas por haberse movido sobre hojas y maderas incandescentes. Las recuperaciones serán largas” —narró Stankewitsch. “Huyeron despavoridos, no tuvieron tiempo porque todo ocurrió de manera muy veloz. Nunca estuve en una situación similar”.
“Había árboles de sesenta metros de alto, como los pinos, que se habían convertido en verdaderas antorchas. Tiraban chispas hacia todos lados y propagaban las llamas en un terreno que estaba demasiado seco. Lo que más me impactó fue la desolación y tristeza de los vecinos que perdieron todo. Estaban en silencio, limpiando sus terrenos, sacando los escombros. Trataban de comenzar desde cero”, sumó.
“Viajamos más de cien kilómetros, desde Bariloche, para ayudar. Se han perdido centenares de caballos, vacas, ovejas y ejemplares domésticos. La necesidad primordial es que los vecinos arrasados puedan rearmar sus viviendas y para ello necesitarán materiales de construcción. En pocas semanas llegará el frío y la nieve. En plena montaña es imposible resistir sin una casa sólida y calefaccionada”, dijo otra de las voluntarias, Sandra Calderero.
“Como las llamas fueron bajando desde las laderas, los animales se desorientaron por completo. Con excepción de las vacas, que suelen quedarse en el lugar, el resto huyó como pudo. En un galpón de Lago Puelo se concentró a las criaturas más lastimadas y, en los casos más severos, se las derivó hacia Bariloche”, sumó.
Alejandra Ubieta, otra rescatista que se arriesgó e ingresó en la zona caliente narró su impresión: “Hace muchos años que vivo aquí pero nunca vi nada igual. Ni siquiera parecido. Todo fue muy rápido, no dio tiempo a hacer casi nada. Esto es muy triste, la gente se quedó con lo puesto. Existe mucha solidaridad de los argentinos y por eso las víctimas están recibiendo chapas, ladrillos, clavos”.
“He visto muchos animales correr hacia el fuego, es algo muy extraño lo que sucedió. Se capturó días más tarde a decenas de mascotas que estaban vagando pérdidas y en malas condiciones. Se los atendió y devolvió a sus dueños”, cerró Ubieta.
FUENTE: INFOBAE