Mariano Ferreyra y Cecilia Fornieles fundaron El Granero en 2019. Lo hicieron luego de conocer de primera mano lo que es tener una hija con parálisis cerebral. Los beneficios de la terapia con caballos. Cómo ayudar a este centro para que más niños accedan al tratamiento.
La vida de Cecilia Fornieles y Mariano Ferreyra cambió para siempre en el 2010. Ese año la pareja tuvo a su hija Joaquina. Durante los primeros meses de vida de la bebé, los padres notaron la falta de algunos de los movimientos normales. “Le costaba mover el brazo o seguirte con los ojos. También capaz que giraba mucho la cabeza”, recuerdan. Al poco tiempo tuvieron el diagnóstico, Joaquina tenía una parálisis cerebral.
Solidaridad contra los obstáculos
Allí se inicia todo el derrotero de la pareja por médicos, tratamientos y los distintos obstáculos que le ponía delante el sistema de salud argentino. “Nada está preparado para los chicos discapacitados. Ni tampoco para la contención de sus familias –relata Ferreyra en diálogo con Infobae-. Los espacios no tienen en cuenta a los hermanos, por ejemplo. Ni tampoco cuentan con buena ventilación o luz”.
“Muchas veces a los padres con hijos discapacitados sólo lo pueden entender otras personas en la misma situación que le cuentan sus experiencias y que comparten vivencias parecidas – sostiene Fornieles-. Los familiares y amigos capaz no llegan a comprender la problemática que enfrentamos a diario”.Joaquina, la hija de Mariano y Cecilia, en una de las jornadas de equinoterapia (@elgraneroequinoterapia)
Todo cambió cuando la familia conoció los beneficios de la equinoterapia. “Joaquina empezó a tomar clases semanales y tuvo grandes avances en su motricidad y en el manejo de su cuerpo -sostiene Fornieles-. Iba al jardín y la maestra no lo podía creer. La kinesióloga que la atendía también se sorprendió por sus avances cuando arrancó a estar en contacto con los caballos”.
Tres años después nació la segunda hija de la pareja, Damasia. “Fue el momento en el que nos propusimos tener un espacio para que Joaquina y otros chicos en situaciones parecidas puedan tener un lugar para realizar equinoterapia. Pero también para tener un tratamiento integral con el resto de las actividades necesarias que incluyan a toda la familia”.
Luego de años de trabajo y con Cecilia como motor de todo el proyecto, pudieron abrir El Granero, a partir de la solidaridad de la sociedad. “Lo financiamos 100% con aportes benéficos”, cuenta Ferreyra. Se trata de un predio en la zona de xxxx en el que cuentan con 9 caballos para poder realizar las sesiones de equinoterapia.El chico con parálisis cerebral o con algún trastorno del espectro autista logra un vínculo especial con el caballo que monta (@elgraneroequinoterapia)
Los beneficios del tratamiento
La equinoterapiava mucho más allá de un simple paseo en caballo para los chicos con parálisis cerebral o los que sufren algún trastorno del espectro autista. Por ejemplo es muy importante el vínculo que se logra entre el chico y el animal. “Generalmente llegan y dicen es mi caballo. Le dan la zanahoria. Lo cuidan y lo acarician. Se logra una gran sensación de pertenencia”, enumera Ferreyra.
Para los chicos, en este caso, no es ir a una terapia dolorosa o a un hospital que se sienten condicionados. En el caso de El Granero es van como si fuera a una plaza o un cumpleaños cada semana. “Otro beneficio de la equinoterapia es que los caballos no juzgan, ni miran diferente a los chicos. Eso lo notan. Muchas veces los padres o familiares tenemos una mirada diferente con ellos, aún con las mejores intenciones. Esto no sucede con los animales. Eso hace que se sientan muy cómodos en la terapia”, sostiene Mariano.
El chico con parálisis cerebral o con algún trastorno del espectro autista logra un vínculo especial con el caballo que monta. Se convierten en uno solo mientras dan vueltas por el campo con la instructora. Es la fuerza que ellos no tienen para trasladarse. “El andar del animal es parecido al humano -explica Ferreyra-. Entonces, el chico siente el movimiento en su pelvis como si estuviera caminando. Eso es una estimulación muy importante de su cuerpo. Además, es un muy buen ejercicio para las piernas y el tronco al tener que mantenerlo erguido o intentarlo al menos”. Eso no es todo, el lomo del caballo es más caliente que el cuerpo humano. De esa manera, esa calidez relaja los músculos de los chicos.
“En el caso de los chicos con algún trastorno del espectro autista obtienen una mejor conexión con la instructora y con las personas de su entorno a partir de la equinoterapia”, cuenta Mariano.Luego de mucho trabajo, en 2019 Cecilia y Mariano lograron concretar el proyecto de su centro de equinoterapia en Pilar (@elgraneroequinoterapia)
El arranque del Granero
Luego de mucho trabajo, en 2019 Cecilia y Mariano lograron concretar el proyecto de su centro de equinoterapia en Pilar. “Tratamos de ir un poco más allá de sólo la terapia con caballos -explica Fornieles-. Le ofrecemos a los chicos un tratamiento integral que incluye kinesiología, fonoaudiología, terapia ocupacional, psicología, psicopedagogía, osteopatía y musicoterapia”.
En este campo de Pilar el objetivo es darle contención a toda la familia, no sólo a los chicos que andan a caballo. Era el sueño de la pareja cuando se le presentaban decenas de obstáculos en los primeros atenciones que recibió su hija Joaquina, que había nacido con hipotonía neuromuscular. Entonces, el lugar cuenta con un ambiente natural, una zona para que las familias puedan descansar y esperar a sus hijos y, también, una plaza para los hermanos de los pacientes.
“En El Granero hacemos un abordaje integral de la problemática del chico discapacitado. Atendemos también a sus familias. Tenemos desde terapias, hasta bolsa de trabajo. Lo que sucede siempre es que el entorno familiar es complejo y puede tener impacto negativo en la vida y los tratamientos de los chicos con parálisis cerebral”, sostiene Fornieles.La familia completa, Mariano y Cecilia, junto a sus hijas Joaquina y Damasia (@elgraneroequinoterapia)
Becas a caballo
El Granero tiene muchas historias de chicos que llegaron hasta el campo de Pilar en busca de recuperación. Es el caso de Kiara. Su mamá lo cuenta en un video que Infobae publica en esta nota. “Kiara llegó a mi casa cuando tenía un año en muy mal estado -sostiene la mujer con la vista fija en el horizonte-. En ese momento era trabajar u ocuparme de ella. No lo dudé. Mi deseo es verla correr y andar como otras nenas”.
Kiara tiene parálisis cerebral y con la equinoterapia va mejorando la reacción de sus músculos. “Hay una energía muy grande en los caballos y en las personas que trabajan en El Granero. Le cambiaron la vida a mi hija. Ahora habla hasta por los codos”, resalta. La nena se calza el casco y sube a su animal. Va acompañada por una instructora y aplaude apenas se empieza a mover. Siente como si ella misma se estuviera movilizando.
La abuela de la nena también la acompaña en las terapias en El Granero. “Nosotros no salvamos a Kiara. Ella nos salvó a nosotros por el amor que nos da – resalta Nahir, sin titubear. Mientras sus hijos pasan por las terapias y los hermanos juegan en la plaza, los familiares se reúnen en ronda al costado de la pista de los caballos. Allí, intercambian sensaciones, algún dato y se cuentan los sentimientos que a veces no se animan a expresar ni frente a otro familiar.“Los caballos miran sin prejuicios a los chicos discapacitados”, sostiene Mariano Ferreyra (@elgraneroequinoterapia)
Parte del plan de este centro de equinoterapia es poder atender a familias en situación de vulnerabilidad que no podrían pagar el tratamiento. Para eso lo que hacen es generar un sistema de becas que vincula a empresas o personas con los chicos discapacitados que necesitan la equinoterapia para mejorar su calidad de vida. en estos momentos, atienden a unas 27 familias con este plan, pero la demanda es muy superior. “Recibimos decenas de llamados todo el tiempo para los tratamientos -explica Ferreyra-. Por eso necesitamos más ayuda de la sociedad civil”.
Los fundadores del Granero saben de apoyo ya que todo lo construido fue por el apoyo de la solidaridad de empresas y personas. En ese mismo sentido, vuelven a convocar a todos los que puedan aportar para que se multipliquen los chicos como Kiara y se replique su felicidad cuando el caballo avanza por la pista y los dos cuerpos se mueven como uno al ritmo del trote.
Cómo ayudar a El Granero
En el momento de pedir ayuda, Ferreyra sostiene que cualquier aporte mínimo le puede dar la chance a otro chico a subirse al caballo y participar también del resto de las terapias del predio de Pilar. A continuación los datos de El Granero para colaborar:
– https://www.instagram.com/elgraneroequinoterapia
– https://sumate.elgranero.org/
– Whatsapp: 1176079263
Fuente: Infobae