Con un proyecto de tres grandes murales sobre medianeras de edificios en el conurbano bonaerense, dos entre 2020 y 2021 y el último para el año próximo, el muralista Martín Ron cierra la trilogía de niños y globos en forma de corazón, y explica, en diálogo con Télam, que volver “después de un año era reconectar otra vez con dominar no solo la escala sino también el miedo a las alturas”.
Si bien con este proyecto Ron, considerado entre los diez mejores representantes del street art en el mundo, vuelve a los grandes murales, en el inicio de la pandemia puso en marcha, junto a un grupo de artistas y curadores, el “Primer concurso independiente de puertas intervenidas durante la cuarentena”, iniciativa que a lo largo de casi dos semanas convocó a más de 320 colegas que se animaron a intervenir creativamente sus espacios.
El autor de más de 300 obras callejeras trabajó en este caso con un primer mural que fue terminado en marzo de 2020 en Banfield, días antes de que se declarara la cuarentena; mientras que el segundo, ubicado a pocos metros de distancia fue terminado hace apenas unos días. El tiempo transcurrido entre uno y otro es exactamente un año y el tema elegido por el artista son niños jugando: un niño de perfil con un globo sobre una pared de 50 metros, y en el otro, una niña de espaldas que juega con pequeños ladrillos y construye una pared sobre una medianera de 65 metros de altura. Ambos murales están conectados por un globo en forma de corazón.
“Me gusta escalar y perpetuar esas gestualidades tan espontáneas que a veces tienen los niños, que son efímeras. Captar un momento con el celular de algo chiquito y llevarlo a algo grande y conservarlo por el tiempo, me llama la atención y como ese tamaño en gigante resignifica esa escena”, expresa.
Fuente: Télam