“Mi experiencia fue única y desgarradora”, expresó Fernándo López, quien retornó a la provincia hace una semana.
Hace tres meses, Fernándo López tomó una decisión trascendental: viajó a Ucrania, para asistir en la guerra contra Rusia. Su profesión de enfermero le permitió socorrer a decena de heridos y vivir situaciones que lo dejaron al borde de la muerte. En su regreso a Alta Gracia, contó su experiencia.
Con sus 39 años, el altagraciense viajó al país de Europa oriental y brindó asistencia sanitaria durante tres meses, en diferentes pueblos de la zona. “Mi experiencia fue única y desgarradora”, expresó Fernando a los medios altagracienses.
La llegada a Ucrania
Según contó al medio AG Noticias, había recibido una propuesta laboral de Irlanda que no cumplía con sus expectativas. Pero, un conocido en Argentina -que tenía a su hermano en la guerra- le ofreció ir a Ucrania a ayudar a la población.
Para llegar, debieron cruzar toda Europa, hasta que por fin arribaron a Ucrania. Cuando arribaron, los soldados los trasladaron a su “puesto de trabajo” no sin antes pedir que se apague el GPS del celular y vendarles los ojos.
“Cuando pude activar el localizador del celular, vi que estaba a seis kilómetros de la frontera con Rusia”, contó a FM 88.9. Las adversas situaciones del país le impedían tener una comunicación fluída con su familia, con la que sólo se contactaba cada cinco días.
Fernando se encargaba principalmente de asistir a soldados ucranianos y a civiles que huían de la zona. Él y otros voluntarios eran quienes los ayudaban a salir del país e irse a Polonia. “Me tocó estar ahí asistiendo a la población y a parte del ejercito ucraniano. Luego trabajé con una ONG que estuvimos ayudando y evacuando a los civiles de todos los pueblos”, contó.
Su trabajo y el contexto lo puso cerca de la muerte en varias oportunidades. Según relató a Resumen, uno de ellos fue el más trágico: “Nos habíamos ocultado en un sótano junto a otros soldados y el sitio fue alcanzado por una bomba que destruyó parte del techo. Pensé que se acercarían soldados rusos, tirarían una granada y matarían a todos”.
Sin embargo, el cordobés y sus compañeros pudieron sobrevivir y, días después, volver a su país. “Ahora me resulta rara esta tranquilidad. Hace poco que logré recuperar mejor el sueño y extrañaba la comodidad que tiene uno en su casa”, expresó.