Sergio Heredia, más conocido por sus amigos como “Jaque” por su afición al ajedrez tiene hoy, 63 años y es cordobés.
A los 26 años, cuando se encontraba trabajando como conductor de trenes en el ferrocarril Mitre, en Buenos Aires, en una reunión con amigos, festejando su cumpleaños, en un balneario de la zona sufrió un episodio que cambió su vida por completo: él estaba jugando al ajedrez con unos amigos, y otros al fútbol, cuando termina su partida, ve que la pelota se va al agua y por intentar recuperarla antes que otro de sus compañeros, se tira al agua rápidamente y ahí se golpeó la cabeza. El balneario tenía poca agua y el golpe le causó lesiones de por vida.
El accidente lo dejó cuadriparésico, es decir casi cuadripléjico: tiene movimiento de brazos, pero no de manos ni de dedos. Para su recuperación regresó a Córdoba en avión sanitario y desde entonces se quedó en su tierra natal.
Sergio es diseñador gráfico, así que una vez recuperado comenzó a trabajar para algunas imprentas y llegó a hacer hasta una revista barrial en la zona de barrio Sarmiento.
La venta de libros: una oportunidad y una pasión
Sergio siempre fue un arduo lector y un día, en el que justamente iba a comprar libros, se encontró con unos compañeros con otras discapacidades que estaban en la peatonal ofreciendo las cosas que hacían en la cooperativa o instituciones de las que participaban. Vendían dulces, artesanías, costuras, y ahí lo invitaron a participar. Fue entonces cuando a “Jaque” se le ocurrió vender algunos libros usados y otros que tenía repetidos, fruto de su trabajo como diseñador. Durante 20 años vendió libros en la esquina de Obispo Trejo y Caseros.
Con el tiempo, surgió la fundación Letras Especiales, para que personas con discapacidad “los rengos” como los llama él, vendieran libros en distintos puntos de la ciudad: plazas, parques, puertas de supermercados, hospitales, etc.
Con esta iniciativa comenzaron a viajar y llevar libros al interior de Córdoba y a otras provincias. Por ejemplo, en la fiesta del Zapallo en Santa Fe, contactaron con la organización Alas y les ofrecieron dejar todo un “kiosco” armado con libros para alguien con discapacidad que pudiera venderlos y encargarse de ese espacio.
Las actividades de la Fundación se diversificaron y organizaron también talleres de lectura, escritura y demás, pero la pandemia opacó todo eso y los integrantes siguieron diferentes rumbos. Sin embargo, la venta de libros continuó a través de grupos de Whatsapp y otros medios, generando un excedente.
El dinero recaudado los inspiró a generar nuevas oportunidades y así surgió la idea de editar y publicar libros gratis, para autores desconocidos de zonas vulnerables o con discapacidad. Ese es el proyecto al que se dedican hoy.
Además tienen un puesto en el Paseo de las Pulgas, de barrio Güemes que funciona los fines de semana, y que a su vez oficia de centro de recepción donde les llevan donaciones de libros. “Vendemos libros nuevos, usados y otros que nos donan”, contó.
En la próxima Feria del Libro de Córdoba están invitados a participar, brindando información para que puedan conocer el trabajo que realizan.
¿Por qué editar libros gratis?
“No sé responder por qué” asegura Sergio. Pero dice que una de sus excusas es que de joven quiso publicar escritos suyos. “No pude y ahora que puedo soy muy exigente conmigo mismo y todavía tampoco lo hice”, confiesa entre risas.
La Fundación Letras Especiales tiene su sede en Goethe 2365, en barrio Sarmiento, Córdoba, Argentina, pero pueden contactarla a través de sus redes sociales y encontrar el puesto de venta en el Paseo de las Pulgas.
