Enrique González y Sara Beatriz Romero encontraron en el dolor la motivación para colaborar con los demás. Cómo ayudarlos.
Enrique González y Sara Beatriz Romero son una pareja de cordobeses que en el dolor encontraron la motivación para colaborar con los demás. Es que, hace 14 años, perdieron a su hija y en su memoria ayudan a quienes más lo necesitan en el norte de Córdoba.
La pareja de 71 y 70 años perdió a una hija que fue médica durante un largo tiempo porque deseaba ayudar a los demás. Daniela luchó contra una esclerosis múltiple durante casi 10 años pero lamentablemente falleció en el 2009.
“Estuvo en silla de ruedas y hubo momentos feos, pero dejó un nieto hermoso y un gran corazón”, contó conmovida la pareja. Ahora, forman parte de un proyecto que ayuda al prójimo porque tienen la certeza de que “así lo hubiera querido Daniela”.
“Nos juntamos con mis hijos, el primo de mi marido, amigos nuestros y comenzamos con las cenas solidarias”, dijo la integrante de la comunidad de Facebook Cenas Solidarias. En 2013, la idea era llevar un plato de comida caliente todos los lunes a la reconocida plaza San Martín.
Luego, también hicieron un ropero comunitario y con el correr de los meses uno de sus hijos consiguió el permiso correspondiente para poder ir a los lugares públicos sin problemas. Poco a poco, crecieron y se animaron a viajar a distintos parajes provinciales y el primero fue San Antonio.
Sorprendidos por cómo se vive en el norte provincial, decidieron llevar comida, ropa y juguetes para los más chicos. En ese contexto, emprendieron una segunda excursión para celebrar el Día del Niño. Pero en marzo del 2020, se decretó la pandemia y todo se cerró.
EL CORONAVIRUS, EL INICIO DE UNA NUEVA OPORTUNIDAD
Sin embargo, ellos buscaron la manera de seguir aportando su granito de arena y empezaron a enviar distintos insumos a parajes de la provincia de Córdoba. “Con todas las precauciones, entre varios, recolectamos ropa y alimentos para poder hacer algo”, recordó el hombre que este 15 de junio cumplirá 72.
EL ÚLTIMO VIAJE A SANTA CLARA Y TULUMBA
“Dios quiso”, como ellos dicen y la pareja acompañada por otras 18 personas en cinco autos visitaron hace dos fines de semana el pasaje Santa Clara y un geriátrico en Tulumba. “Fuimos con muchísimas ganas de ayudar a quienes más lo necesitan”, indicaron.
Allí, fueron recibidos con mucho amor, sonrisas, abrazos, empanadas, pastelitos y pan casero para enfrentar el frío. Los emprendedores solidarios aseguraron que la gente del interior es muy sencilla y viven una realidad distinta a la capital.
QUE DONACIONES RECIBEN Y LA REFLEXIÓN SOBRE POR QUÉ NO ACEPTAN DINERO
Pañales, toallas de mano, lápiz labial, juguetes, ropa, mercadería, alimentos no perecederos y distintas cositas para mimar. “Por suerte, la gente ayuda mucho con las donaciones”, expresaron desde el grupo.
En paralelo, remarcaron que no piden dinero porque “la plata es tentadora ante los ojos de todos”. “Lo mejor es comida y ropa para los niños y niñas”, focalizaron.
Ranchos de madera y cartón y techos que no son techos construidos con cualquier material son algunas de las tantas realidades encontradas por la pareja en el norte cordobés. Por eso, con la premisa de “no dejar de ver lo que nos pasa alrededor” invitan a la sociedad a colaborar.
LOS SIGUIENTES PROYECTOS DE CENAS SOLIDARIAS
Por otro lado, Enrique y Sara quieren retomar las cenas de las 20 en la plaza, pero están “con miedo porque el ambiente no es el mismo de antes: la inseguridad y la violencia son terribles”. Mientras tanto, “hacemos lo que podemos en los parajes”.
QUÉ SIENTEN AL VER GENTE DURMIENDO EN LA CALLE SIN UN PLATO DE COMIDA
“Nos sentimos cada vez peor porque queremos ayudar a solucionar esto”, respondió la pareja ante la desoladora postal con alguien durmiendo en la intemperie cordobesa. “Ya que el Gobierno no lo soluciona, vemos qué podemos hacer nosotros”, expresaron sin ánimos de iniciar un conflicto político.
Por último, Enrique agradeció a todas aquellas personas que los acompañaron a lo largo de los años y lo siguen haciendo e invitó a que la gente se acerque y done algo: “Sería algo muy lindo”, anheló.
Por su parte, Sara analizó que la pandemia deshumanizo a las personas y siente que el panorama ya no es el mismo de antes. “El ser egoísta y no pensar en los demás lo veo mucho”, expresó la médica que brinda amor al prójimo porque así lo quería su hija fallecida, que también fue trabajadora de la salud.
“Somos jubilados, pero gente que sigue trabajando. No tenemos mucho, pero esperamos que esto que empezó en Córdoba se expanda a todo el mundo”, concluyó emocionada la mujer.
FUENTE VIA PAIS