Diego Gerar, tiene 34 años y nació con una parálisis cerebral bastante severa.
Criado en General La Madrid por su abuela Edith, una señora de fortaleza inquebrantable, logró superar los obstáculos de la vida y más allá de las limitaciones propias de su discapacidad, siempre persiguió sus sueños, tomando aquellas dificultades como desafíos de la vida cotidiana. En 2016, en la pileta donde practicaba rehabilitación, conoció al instructor de buceo Bruno Pellitta, y de a poco comenzó a tomar clases con él, demostrando una resiliencia increíble.
A las clases se sumó el deseo de conocer el mar y este año el objetivo que ambos se propusieron es hacerlo realidad buceando. Aunque nunca fue a la playa, junto a su instructor entrena duro para convertirse en el primer buceador con parálisis cerebral de aguas abiertas en Argentina.
En el buceo adaptado se buscan herramientas para que cualquier persona, sin importar su condición pueda practicarlo. En el caso de Diego, además de la parálisis cuenta con un acortamiento en un miembro de su hemicuerpo derecho por lo que hubo que adaptar la parte de ingreso al agua para poder asistirlo un poco en el movimiento de la pierna más corta.
Por otra parte, Bruno explicó que los equipos de buceo están preparados para la mayoría de las personas diestras y a la hora de recuperar el regulador, Diegote no puede usar esa mano pero adaptó el movimiento para hacerlo de una manera impecable. La inmersión se realizará en las aguas de Las Grutas, más precisamente en el Golfo de San Matías, en el sur argentino y la primera será a no más de 10 metros de profundidad.
“Calculamos que no vamos a tener problemas, pero todo va a ser de acuerdo a las condiciones del mar y lo que nos deje el clima”, adelantó Pellitta. Para “Diegote”, la experiencia esconde una emoción y un desafío enorme. “Es la primera vez que voy a ir al mar”, comentó emocionado y asegura que aunque su abuela tiene un poco de miedo, “hay que decirle que este nieto tiene la edad para hacer las cosas que tiene que hacer”.
A lo que Bruno agregó: “Yo siento primero una alegría enorme en haberlo conocido. Él me cambió la vida y me enseñó a vivir con lo que podemos hacer. Me llena de cosas lindas y no veo una arista que no sea positiva en este desafío”, cerró.
¿Qué es el buceo adaptado?
Es una adaptación de la actividad a aquellas personas que quieran practicarlo sin importar su condición, pueden tener algún tipo de discapacidad motriz, cognitiva o de los sentidos. Se buscan herramientas para que las personas que quieran practicarlo lo puedan hacer de la mejor manera, porque el agua es terapéutica y la ingravidez del buceo mucho más.