Teatro desde una vidriera: la alternativa para hacer arte en pandemia

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La actividad teatral en Argentina, afectada por las medidas de distanciamiento social dispuestas ante la pandemia del nuevo coronavirus, se reinventa en la ciudad de Buenos Aires con una obra realizada íntegramente en la vidriera de una sala. La novedosa propuesta está a cargo del dramaturgo Jorge Diez, autor y director de la obra “Shöñe”, un unipersonal en el que brilla la actriz Ana Padilla, quien se apropia cada domingo por la noche del escaparate del teatro Tadrón, ubicado en el barrio de Palermo, en la zona norte de la capital argentina.

Diez y Padilla dialogaron sobre la propuesta y los desafíos que supone la obra teatral, que debe recurrir a parlantes colocados estratégicamente para impedir que automóviles y autobuses que circulan por la zona tapen el sonido a los espectadores, ubicados sobre la acera. “Esta obra es un aprendizaje importantísimo, porque es muy distinto a todo lo que yo hice. Tengo ya varios años de teatro y nunca había actuado en una vidriera. Es muy loco, porque hay un vidrio que separa y que filtra la recepción del público“, dijo Padilla.

La obra es un unipersonal de 25 minutos sobre una mujer que habla y se pelea consigo misma. “Entre los barbijos (tapabocas), que si se ríen no se les ve la cara, y que no escucho, no sé qué está pasando. Tengo que confiar en lo que estoy haciendo, seguir adelante, y confiar en que está bien y en que la gente la está pasando bien“, dijo la mujer, que tiene una amplia carrera en teatro, cine y televisión, y que ya protagonizó otros dos unipersonales, Córnea (2013) y Nina (2018).

La actriz explicó que su labor actoral requiere “mucha concentración y mucha abstracción” en virtud de los “muchos estímulos externos” que la pueden distraer. “La calle es muy fuerte, y si no estoy concentrada y de verdad metida en lo que estoy haciendo, me voy a cualquier lado“, admitió. Padilla valoró la posibilidad de actuar luego de varios meses sin actividad teatral en virtud de las restricciones derivadas de la pandemia, por lo que, expresó, “recibir el aplauso después de tantos meses sin trabajar fue la frutilla de la torta (pastel) de la recuperación de la alegría“.

Estábamos muy tristes con la falta de trabajo, tenía un año muy bueno por delante a nivel trabajo actoral, con giras, y de golpe, de un día para el otro, quedó nulo“, dijo la actriz al recordar el año 2020. La artista señaló que volver a la actuación “fue el regreso a la alegría, a la felicidad, al trabajo, al contacto con el público, con un texto. Es inigualable, a pesar del vidrio, de la vidriera. Lo mágico es que el hecho teatral sucede. Entonces es maravilloso“.

Diez, por su parte, explicó que el 2020 “fue un año muy complicado para los artistas independientes, porque nos limitó muchísimo nuestro trabajo“.

Tratamos de inventarnos formas nuevas para ver si podíamos hacer algo de lo que estábamos acostumbrados a hacer. No quise trabajar tanto por el lado del streaming, que me lo propusieron varias veces“, dijo el autor al comentar los pasos previos a la propuesta. El dramaturgo remarcó que “en cualquier lugar uno puede encontrar la forma de ubicar el hecho teatral. En este caso fue muy atractivo porque estaba la vidriera y empezamos a jugar con cómo podría ser“.

Tras ensayos y pruebas que se realizaron a través de la plataforma Zoom, la obra se puso en marcha luego de superar los desafíos para poder ofrecer un sonido de calidad para el público, que se ubica con distanciamiento social y disfruta al aire libre a pesar del ruido de los vehículos que pasan por la zona.

FUENTE: XINHUA

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