“Te llevo para que me lleves”, entrena y guía a corredores con discapacidad

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POR ALEXANDRA BARRETO

Ariel Scavo es un atleta cuyo sobrenombre es ‘Pájaro’, fundó ‘Ojo de Águila’ y sostiene que su frase de cabecera es la canción de Gustavo Cerati: “Te llevo para que me lleves”.

Hace 10 años, por problemas personales, no podía dormir y tenía que elegir entre tomar pastillas o el camino sanador de hacer una actividad saludable que le permitiera descansar a la noche. “Se me ocurrió salir a trotar, empecé 10 minutos, luego 30 y así ya estaba trotando hora y media”, asegura.

Posteriormente unos amigos que concurrían a carreras de calle lo invitaron a participar pero dudaba: “Creía que no podía hacerlo, pero tanta fue la insistencia, que arranqué con el atletismo y disfruté del entorno, la gente, la buena onda; soy un tipo que siempre fui por más. Empecé con 10 kilómetros, después hice 15,  21, y 42. Poco a poco fui subiendo de categoría”, confiesa.

En una de las carreras cuenta que un guía con un alumno ciego corrían más rápido que él. “En ese momento me parecía absurdo que estuviesen atados para hacerlo y que una persona ciega fuese atleta. Luego llamaban al podio al ganador de la categoría y era la misma persona que iba delante mía, no podía creerlo. Entonces pensé si la gente ciega puede, hay que mostrarlo, porque hay otros  discapacitados que no tienen con quién hacerlo; empezaron a llamarme, comencé a enseñar y entrenar a otros”.

De esta manera la vida fue marcando el camino de Ariel: decidió formar la agrupación Ojo de Águila para deportistas convencionales que ayudan (gratuitamente) a atletas con discapacidad para lograr su objetivo: entrenar, correr, caminar, andar en bicicleta.

Scavo acota que tiene dos premios a su haber: el de la Fundación Hellen Keller,  y un diploma de honor del Senado de la Nación por su trabajo solidario.

Sostiene que cada atleta tiene su objetivo: “Por ahí viene una chica me dice que quiere correr 10 kilómetros, entrenamos y lo logra. Su alegría, me motiva y llena el alma. Siento que llevándolos a ellos,  me están llevando a mí, entre los 2 nos complementamos en una energía indescriptible”.

Una de las situaciones que se presentan es que se torna complicado llegar a gente más joven. “Los atletas grandes deciden su propia vida pero ningún adolescente llega a entrenar con nosotros porque algunos padres tienen el miedo que con la discapacidad no puedan o que les pase algo malo. Para ellos está bien que se queden en casa tocando el violín o la guitarra, en una pieza entre algodones, perdemos la oportunidad de inculcar nuestros conocimientos. Está bueno que tengan una vida activa y plena en el deporte”.

‘Pájaro’ se siente orgulloso de haber logrado su meta: “La inclusión social con discapacidad a través del deporte. Explota mi pecho de orgullo porque siento bienestar, disfruto al saber que soy de gran ayuda a otras personas”.

Para comunicarte y apoyar con donaciones a Ojo de Águila:

instagram.com/ojo_de_aguila_running
instagram.com/2pajaro2

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