El 28 de abril de 2013, la vida de Maxi Tosco cambió para siempre. Mientras calentaba para jugar un partido por la liga regional, el joven de Río Tercero sufrió un ACV.
Desde ese momento, en el que todos pensaban que era “una resaca”, comenzó una historia de lucha que conmueve. El pronóstico médico, tras semanas de internación, era pésimo: el joven que en aquel momento tenía 22 años quedó cuadriplejico y los médicos expresaron que debían esperar un milagro. Y el milagro, acompañado de un esfuerzo de su novia, sus amigos, seres queridos y profesionales de la salud, sucedió: el propio Maxi pudo contar su historia.
“Llevábamos dos años de novios cuando sufrió el ACV. Siempre lo acompañé, en todo el proceso. Nos habían dicho que prácticamente no había nada para hacer, que esperaban un milagro“, recordó Gabriela Pereyra, su novia y sostén. Día a día, con una paciencia eterna, los pequeños pero fundamentales avances comenzaron a aparecer. “Yo particularmente me aferré mucho a la parte espiritual, iba mucho a la Iglesia a rezar. Agradecía lo poquito que él me demostraba. Si bien estaba en estado cuadripléjico, algunos pensaban que ya en estado vegetativo, yo sentía que me apretaba la mano o me quería dar un beso. Los médicos me decían que era una ilusión pero yo lo sentía“, continuó relatando.
Esa fe y ese deseo finalmente tuvo su confirmación médica: hace un año, siete después del ACV, Maxi comenzó a hablar nuevamente, inclusive pese a tener las cuerdas vocales paralizadas: “Las primeras veces fue muy increíble porque hablaba dormido y me dijeron que era imposible. Hasta que le tocó vivirlo a uno de sus amigos y kinesiólogo, que lo despertó de una siesta y también le habló“. A la par de la novia, los amigos siempre dijeron presente para acompañar a Maxi. “Muchos no pueden estar acá por trabajo, pero siempre tratamos de hacerle el aguante y compartir momentos”, contó Santiago. En ese contexto, la madre de Maxi, Estrella, marcó el apoyo del entorno como la clave fundamental para soñar con la recuperación. “Yo no tenía ni idea lo que era un ACV. Cuando nos dijeron, casi nos morimos, pero acá estamos. Tenía poco pronóstico de vida“.