Alejandro, un hombre apasionado por la electrónica, conquistó el universo de TikTok a través de una serie de invenciones ingeniosas. Su última creación, la cual se volvió viral, es una alarma que avisa con rapidez si alguien se cae a la pileta.
Padre de dos hijos pequeños, e instalado junto a su familia en Cañuelas, el hombre montó en su casa un taller en el que le da vida a estas creaciones.
“Esto es un invento prototipo que en realidad lo hice en una hora. Que se me ocurrió hacerlo y lo subí a mi cuenta en TikTok (@3d.impresiones), no fue algo preparado con antelación”, explicó Alejandro a TN.
La viralización de varios de sus inventos lo llevó a pensar en este producto que aún no puso en venta y tampoco piensa patentar: Alejandro quiere que cada persona pueda construirlo en su casa y así evitar comprarlo a valores que, según él, ascienden a los $300.000 o $400.000.
La semana pasada subí un video de un ionizador de pileta que creé. Los iones de cobre tienen barras que permiten la electrolisis. Esto hace que haya sulfato de cobre en el agua y que las algas no prosperen. Permite que se gasten menos productos químicos y se coloquen más cosas naturales.
El ionizador, al que llamó “Solarín”, Alejandro logró venderlo mediante sus redes en dos tamaños: uno a $49.000 y otro a $69.000.
El último invento no tiene nombre, pero su creador no ve con malos ojos definirlo como una “alarma anti-ahogamiento para piscinas”, la cual nació como respuesta a un episodio con una tortuga que pudo haber terminado en tragedia.
Alejandro tenía al animal, el cual fue heredado de su familia, suelto en su casa, cerca de la pileta. Y si bien la misma tenía un cerco de madera que imposibilitaba que sus hijos o la tortuga cayeran al agua, la protección debió ser retirada luego de deteriorarse tras muchos años de exposición al sol.
“Un día me acosté a dormir la siesta y cuando me desperté vi que la tortuga estaba en el fondo de la pileta. Una tortuga de tierra, dada vuelta. Me tiré para sacarla. Cuando la vi parecía muerta, entonces le empecé a pegar para ver si reaccionaba. La dejé toda estirada bajo el sol y entré a mi casa para buscar una pala y enterrarla”, dijo Alejandro.
Al regresar, notó que la tortuga respiraba: “No había mucha información, pero la dejé tapada y a la hora abrió los ojos, muy despacito. Al rato estaba bien y hoy todavía la tengo conmigo”, agregó.
Aquel episodio sembró la idea de la alarma en su cabeza, la cual detecta movimiento en la piscina. En un video casual y sin preparación, Alejandro mostró cómo funciona, destacando la simplicidad y accesibilidad de la tecnología. A su vez precisó: “El plano para hacer el circuito lo regalo, no lo pienso vender”.
“Agarré unos cañitos de cobre, hice un sistema de péndulo, coloqué una alarmita que tenía tirada y un botón de encendido. Una luz roja permita saber cuando está encendida. Luego agregué una batería y un twistor. Lo colocás en el agua cuando esté calma y un splash genera las ondas que van a hacer que suene la alarma”, relató.
“Ya lo tenía en mente, pero la tortuga fue un recordatorio de lo importante que es cuidar de nuestras mascotas y niños. No quería que nadie más tuviera que pasar por una situación así”, explicó Alejandro.
Alejandro también es conocido por su emprendimiento en el mundo de la energía solar. Desde hace 17 años promueve el uso de dicho recurso con la venta de paneles. Recientemente, ideó un termo solar de bajo costo que promete revolucionar la forma en que aprovechamos la energía del sol.
Sobre el propósito de sus creaciones, Alejandro manifestó: “El mundo lo hacemos las personas para que los demás lo vivan. A veces, nos olvidamos de disfrutarlo nosotros mismos”.
Con su mente inquieta y su taller lleno de proyectos por concretar, Alejandro mira hacia el futuro con la esperanza de seguir contribuyendo con ideas que marquen la diferencia en la vida de las personas. Su mensaje es claro: la tecnología puede ser simple, accesible y, sobre todo, salvar vidas.