Su padre cordobés vendió el auto de sus sueños, lo encontró tras 15 años y lo restauró

Historias para contar Slider costado

Ricardo Del Carlo es un cordobés que tuvo que vender su Ford Falcon, el auto de sus sueños, por cuestiones económicas15 años después, tras su muerte, su hijo, Julio, lo encontró y lo restauró para “tener un pedacito del viejo”.

CÓMO LLEGÓ EL AUTO DE LOS SUEÑOS A LAS MANOS DE RICARDO

Ricardo deseaba tener un Falcon y su situación económica no lo permitía. Pero por casualidad o el destino, llegó gracias a una rifa. “Él siempre quiso un Falcon, pero era imposible para nosotros poder comprarlo, éramos de clase media”, contextualizó Julio en diálogo con TN.

“Un día le venden una rifa a mi mamá, la última que quedaba y el premio era un auto 0 km, pero no era un Falcon. Resulta que lo termina ganando, cobraron el premio y con esa plata se pudo comprar su sueño”, dijo.

Ricardo junto al auto de sus sueños.
Ricardo junto al auto de sus sueños. Foto: Gentileza

Así, comenzó la historia de amor entre Julio y el clásico de color blanco que duró 10 años. “Lo vendió en el ‘87 por cuestiones económicas y porque estaba enfermo”, rememoró el hijo que siempre que hablaba con su padre, recordaba el Falcon.

Ricardo falleció 10 años posteriores a la venta, en 1997, y “el tema del Falcon era recurrente”. Las charlas fueron tan profundas que la semilla y el amor por los autos apareció en el corazón de Julio en 2003.

El Ford Falcon que llegó gracias a una rifa.
El Ford Falcon que llegó gracias a una rifa. Foto: Gentileza

EL RECUERDO DEL AUTO DE LOS SUEÑOS Y LA BÚSQUEDA

Yo tenía la idea de restaurar un auto como hobby porque me gustan los autos, pero es como decir ‘uy me quiero hacer un viaje alrededor del mundo’ de ahí a que lo hagas hay un abismo”, indicó. Sin embargo, la distancia se esfumó en 15 años.

Un día, a sus 27 años, charlando con unos amigos, les contó sobre la idea de restaurar un auto y así como por arte de magia el Ford Falcon de su padre apareció en su mente. “Dije, ya que iba a restaurar un auto, ¿por qué no buscar el auto que tanto amó mi papá y hacerlo en honor a él?”, pensó

Inmediatamente, comenzó la búsqueda que tenía dos posibilidades: “Podía encontrarlo bien dentro de todo o podía encontrarlo siendo un pedazo de chatarra”. Entre risas, detalló que fue la segunda opción.

El Falcon luego de 15 años.
El Falcon luego de 15 años. Foto: Gentileza

Luego de un viaje lleno de incertidumbre, encontró el auto y pensó que “se había confundido” porque “estaba destrozado, podrido, no abrían las puertas, le faltaban los adornos y había sufrido 15 años de abandono”, según sus palabras.

A pesar de que el dueño del Falcon no quería soltarlo, Julio compró por 2.300 la carrocería que estaba valuada en 2000 pesos. Volvió a su casa con “la chatarra de sus sueños” y pensó en terminarlo antes del nacimiento de su primer hijo.

“ME SIENTO EN EL AUTO Y SIENTO LA PRESENCIA DE MI PADRE”

Las cosas no salieron como lo esperaba y culminó la restauración ocho años más tarde, cuando ya habían nacido sus dos hijos. Ahora, lo trata como otro descendiente suyo, lo tiene en el garage, lo saca cuando desea “salir a pasear”.

El Ford Falcon restaurado.
El Ford Falcon restaurado. Foto: Gentile

Luego de 15 años de abandono y ocho de trabajos de restauración, Julio se sube al Ford Falcon y explicó ese momento:“Es estar sentado en ese auto y sentir la presencia de mi papá. Es muy difícil de explicar lo que se siente”.

“Es no dejar morir su legado y que mis hijos puedan conocer un poco quién fue su abuelo, que no llegaron a conocerlo en vida”, concluyó.

Fuente: Vía País

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