Una gran iniciativa amigable con el medio ambiente. Conocé de qué se trata.
Los sorbetes prohibidos forman parte de los plásticos denominados “de un solo uso” porque, después de apenas segundos o minutos de utilización, se tiran al cesto y así comienzan a engrosar la masa de casi dos toneladas de desperdicio por mes. Si no se reciclan, pueden tardar entre 150 y 400 años en descomponerse. Además, los sorbetes de plástico son el cuarto contaminante más común que afecta las costas y el agua. Al desintegrarse, se generan partículas conocidas como microplásticos, que son ingeridas por la fauna acuática, que bioacumulan y magnifican estos materiales en la cadena alimentaria. Por último, los sorbetes de plástico han sido un elemento de conveniencia por miles de años, ocasionando un gran problema para el medio ambiente por su poca vida útil.
Ante este preocupante escenario y como respuesta a las demandas ecosustentables de usuarios que buscan políticas y acciones en pos del medio ambiente, nació Sorbos, la compañía que presentó en la Argentina sus sorbetes biodegradables y comestibles. Vienen en varios sabores y aportan el granito de arena necesario para vivir en un mundo libre de plásticos.
Objetivo e información
- Con el objetivo de vivir en un planeta libre de contaminación por este tipo de material no biodegradable, esta empresa pensó en crear sorbetes comestibles: son biodegradables y vienen saborizados en seis gustos diferentes: neutro, limón, lima, chocolate, frutilla y jengibre.
- Los diseñó una empresa española, con sede en Barcelona, a base de ingredientes naturales, sin alérgenos y libres de gluten. ¿Lo mejor? A diferencia de los clásicos sorbetes de papel que se ablandan rápidamente sin permitir disfrutar la bebida a gusto, esta alternativa garantiza la rigidez de sus sorbetes, una vez introducidos en el líquido, por al menos 40 minutos. De esa forma, se puede disfrutar de un trago con sorbete, haciendo de este hábito una actividad ecológica y tan placentera como saborear una golosina.
- Con gusto similar a las clásicas pastillas comidas por todos en la infancia, además de agregarle un valor agregado a las bebidas sin invadir el sabor ni color, se destaca por ser un producto saludable: es apto para celíacos y, para los que se cuidan, cada pajilla tiene sólo 27 calorías.