El cambio de vida después de un diagnóstico de cáncer y el paso al tratamiento pone a prueba la fortaleza y la resistencia humana. Hay mujeres que, incluso después de atravesar esta situación, siguen remando. Literlamente. Ellas son los Dragones Rosas, un grupo de sobrevivientes del cáncer de mama que practican el remo en un bote dragón en La Plata y organizan actividades de concientización.
Nélida Santa María, la actual presidenta de la asociación, le contó a TN que este tipo de actividad llegó al país en 2013, pero se originó a raíz del estudio del doctor Donald Mckenzie, profesor del Departamento de Medicina deportiva especializado en Fisiología del deporte en la Universidad British Columbia. En 1995, el doctor McKenzie comenzó la investigación con 24 mujeres sobrevivientes de cáncer de mama para un programa de remo en un bote dragón.
Los resultados revelaron que remar tiene un efecto de drenaje linfático de forma natural y ayuda a evitar los linfedemas (la inflamación) en los brazos luego de la extracción de los ganglios axilares, o disminuye los linfedemas en caso de que aparezcan.
Este descubrimiento impulsó la fundación de Abreast in a Boat en Vancouver, Canadá, con las 24 integrantes del estudio. Fue gracias a Adriana Bartoli, una platense residenciada en Canadá, que la actividad desembarcó en el sur. En la actualidad, hay más de 24 grupos de remadoras en distintas provincias y más de 300 en el mundo, indicó Santa María.
Como una familia paralela
Jenny Bolatti tiene 64 años y es una de las fundadoras del primer grupo de remadoras en América Latina. “En septiembre de 2013 nos juntamos por primera vez en la Plaza Malvinas Argentinas de La Plata. Comenzó como una convocatoria en Facebook para mujeres que habíamos tenido cáncer. A partir de entonces, comenzamos a juntarnos casi todos los sábados a hablar de nuestras familias y otros temas”, recordó la médica patóloga.
De esas reuniones, y gracias a la información brindada por Adriana Bartoli, comenzaron a planificar la creación del primer grupo de remadoras en el país. En 2015, el grupo comenzó a remar en canoas en el Centro de Educación Física Nº 67 de Berisso. En 2016, la Asociación Civil Dragones Rosas La Plata obtuvo la personería y en el año siguiente, comenzaron a recaudar fondos para comprar el bote dragón, que se fabrica en China.
Mientras ahorraban, remaban en kayaks, hasta septiembre de 2019, cuando llegó el primer bote, bautizado Stella Maris en honor a la protectora de los navegantes y como homenaje a Stella Maris Núñez Ramos, una de las fundadoras que falleció. El bote dragón tiene espacio para 20 remadoras, más una integrante en el timonel y una tamborilera. Además, en 2021, compraron el bote baby dragón, para 12 remadoras, una tamborilera y una en el timón.
A Bolatti la diagnosticaron en 2011, en un control anual. “Cuando recibís el diagnóstico de cáncer, es un momento durísimo, difícil de entender. Primero, decís ‘¿por qué a mí?’; después, decís ‘¿por qué no?’. Era un sentimiento dual, sabía que no iba a morir, pero tenía miedo”, recordó.
Ella, médica, sabía que el nódulo que encontraron era cáncer, pero su mayor temor era pensar en sus hijos pequeños. Se operó en diciembre de ese mismo año, le hicieron una cuadrantectomía, que consiste en extirpar el cáncer u otro tejido mamario anormal, y un poco del tejido normal que lo rodea, pero no la mama.
En febrero de 2012, comenzó la quimioterapia y, como siempre le gustó practicar deporte, se sumó a la convocatoria que encontró en Facebook el año siguiente. “Por ser fundadora es como parte de mi vida. Cada vez que me siento mal y siento que necesito compartir algo, lo hago con ellas, porque saben lo que siento. Es como una familia paralela, hablamos de algo en común. En líneas generales, no estamos hablando de cáncer. En el mes que más hablamos de cáncer es en octubre; de resto, remamos, hablamos de cumpleaños”.
En 2019, se celebró el primer encuentro Latinoamérica en Rosa en Neuquén. Participaron el doctor Mckenzie, Adriana Bartoli y Jane Frost, una de las primeras integrantes de Abreast in a Boat (que falleció el año pasado). Durante ese evento, Bolatti participó en una carrera y se lesionó el hombro izquierdo. “Me hice una resonancia y en el informe aparecía una lesión sospechosa de metástasis, además de la lesión normal”, relató. En otro estudio, le indicaron que tenía metástasis óseas múltiples y tuvo que volver a someterse a quimioterapia. “Cuando logro estabilizarme y asimilar la noticia vi ese camino como un túnel que tenía que transitar hasta llegar a la luz del fondo. En todo el trayecto, me aboqué a mi tratamiento, decidí aceptarlo así como se presentaba, con un solo objetivo, que era recuperar mi salud”, señaló.
En todos estos años, Bolatti se ha apoyado en sus compañeras de Dragones Rosas y también se mantiene fuerte por sus hijos, Martina e Iván.
Su fortaleza se convirtió en un ejemplo no solo para las sobrevivientes que la acompañan en la asociación, sino también para el resto de la comunidad. Este año, el 8 de marzo, la Asociación Civil Empresarias de las Diagonales (ACED) la nombró Mujer destacada de la Ciudad de La Plata por su labor en Dragones Rosas, un reconocimiento que la llena de gratitud.
A pesar de tener un tratamiento de por vida por la metástasis, con los efectos secundarios que esto implica, Jenny Bolatti está dispuesta a ayudar a quienes lo necesiten: “Siempre fui una persona dada, muy de acompañar, de charlar”, destacó. Además, continúa trabajando y, en su tiempo libre, practica actividades físicas y le encanta tejer.
“El bote dragón te salva el alma”
Nélida Santa María tiene 70 años y es la presidenta de Dragones Rosas por segundo año consecutivo. Se jubiló a los 60 con un nuevo plan de vida, pero todo cambió: “Cuando dije ‘voy a disfrutar mi vida, a los 63, tuve el cáncer”, recordó. Recibió el diagnóstico en 2016, pero lo detectaron a tiempo y solo necesitó radioterapia.
A pesar de que el diagnóstico fue “muy traumático”, Santa María encontró la forma de mantenerse fuerte. “Siempre tuve empuje, siempre fui muy deportista, y por Facebook, me conecté con las chicas. Entré en enero de 2019, cuando todavía tenían canoas. A partir de ahí seguí remando”, relató.
“Los médicos te salvan la vida, pero el bote dragón te salva el alma. La retroalimentación es muy positiva y muy buena. Después de remar, nos reunimos a divertirnos”, remarcó. Las 30 mujeres que conforman el grupo de remadoras (de edades entre 30 y 70 años) se reúnen dos veces por semana para las prácticas recreativas y, junto con las demás integrantes de la asociación, organizan campañas de concientización enfocadas en la importancia del autoexamen. El cáncer de mama “no se puede prevenir, pero la detección temprana ayuda”, subrayó Santa María.
Para todo este mes, organizaron distintas actividades, desde un desfile de modas hasta una caravana el 19 de octubre, una clase de zumba, y también participarán en el quinto Encuentro Nacional Rosa en Mar del Plata, donde se encontrarán con otros grupos de remadoras.
Al mismo tiempo, recaudan fondos mediante rifas y donaciones para mantener la asociación y cubrir todos los gastos (traslado, cuota del club, la guarda de los botes) para que la actividad sea gratuita.
FUENTE TN