En tiempos como los actuales en los que observamos con preocupación el deterioro continuo en la calidad educativa y se hace urgente invertir en una verdadera y consolidada educación en valores, tener un día en el calendario escolar consagrado a fomentar el Encuentro en la Diversidad Cultural es de muchísima importancia que merece la máxima atención por parte de la comunidad docente.
Debe saberse que este Día del Encuentro en la Diversidad Cultural es una resolución del Consejo Federal de Educación adoptada en el año 2000 (la número 126), con la unanimidad de todos los ministros provinciales de educación. Una acción conjunta alejada de toda grieta inútil y ruinosa como la que nos atraviesa desde hace mucho tiempo que se instituye en recuerdo del Levantamiento del Gueto de Varsovia del 19 de abril de 1943 y en homenaje a las víctimas del Holocausto durante la Segunda Guerra Mundial.
Debe saberse también que la iniciativa provino desde el Museo del Holocausto de la Argentinaen cumplimiento de su misión educativa y formadora de excelencia que pone de manifiesto la importancia que tiene la articulación entre sociedad civil y el Estado para implementar políticas públicas. Articulación que requiere y exige de un ejercicio fuerte y decidido tanto de escucha activa y empatía de los funcionarios como de apertura y visión de futuro de las organizaciones de la sociedad. Una asociación virtuosa qué anteponga el bien común por sobre cualquier otra especulación.
Tener un dia así en el calendario escolar representa un claro ejemplo de aumir las lecciones del pasado más trágico de la contemporaneidad como lo es el Holocausto como obligación en la educación oficial para nuestros niños y jóvenes.
Es una decisión fundamental que no puede ser abandonada.
Es una inversión permanente en el desarrollo de una sociedad plural e inclusiva que conviva sin prejuicios y apegada a los valores y derechos humanos.
Sin dudas, el nazismo fue la más trágica construcción política y de poder que el ser humano ha concebido y permitido en nuestro tiempo.
Por ello es una responsabilidad indelegable e impostergable del sistema educativo describirlo con absoluta claridad, sin ambigüedades, explicando a las nuevas generaciones que fueron millones de personas, hombres y mujeres, ancianos, jóvenes y niños los discriminados, perseguidos y asesinados por el régimen nazi solo por su identidad étnica, religiosa, sexual, política e incluso por discapacidad.
Educar sobre que eso está mal, repudiarlo, puesto que representa el mal absoluto y que no hay posibilidad alguna de aceptarlo nos garantizará un futuro mejor sin dudas alguna.
No por repetida la advertencia de Theodor Adorno deja de ser vigente: “La exigencia de que Auschwitz no se repita es la primera de todas en la educación” .
Por el contrario, se torna imprescindible volver a decirla una y otra vez. Y por que no viralizarla.
Por Claudio Avruj
Director de Optimism