Conocé esta fantástica historia de amor entre Roberto y su club.
El fútbol de ascenso está lleno de historias interesantes para contar y una de ellas es la de Roberto Sciolini, quien a sus 75 años no se cansa de poner el hombro en su querido Ituzaingó, el club del barrio de su infancia al que sigue a todos lados desde que tiene 10 años y en el que actualmente trabaja ad-honorem haciendo arreglos en el estadio.
Quién es Roberto
Roberto está jubilado y todo lo que hace en el club lo hace por amor, sin cobrar un solo peso. Ha participado en muchas obras: la construcción del paredón que rodea la cancha, la remodelación de la platea y también se encarga de que los baños del estadio estén en perfecto estado. “Me tocó hacer, con una agujereadora manual, unos cinco mil agujeros para que luego se puedan colocar las butacas de la nueva platea. Para mí, la cancha de Ituzaingó es la más linda del mundo“, cuenta orgulloso Sciolini.
Roberto es hincha del León por herencia familiar y la primera vez que fue a la cancha tenía unos 10 años: “Mi papá era de Devoto, pero sufría de los pulmones y en ese momento Ituzaingó era un barrio que se destacaba por su calidad de aire y al que le decían la Córdoba Chica, así que se fue a vivir ahí y se hizo hincha del club. Me acuerdo que cuando yo era chico me llevaba de la mano a la cancha“, explica.
Durante toda su infancia, adolescencia y juventud Roberto fue hincha del club y cuando estaba cerca de cumplir los 30 años empezó a involucrarse en su vida social e institucional. “Un día vi que las tribunas estaban sucias y me puse a limpiarlas, porque no me gustaba que estén así“, recuerda. Ese fue el punto de partida y jamás paró de colaborar con el club.
En los años ´90 Sciolini se separó de su mujer y se fue a vivir al barrio de La Boca y hay una anécdota que pinta de cuerpo y alma su amor por el club: el estadio de Boca Juniors se estaba remodelando y él se enteró que estaban tirando los fierros viejos, así que se hizo amigo del portero y le pidió que se los guarde, aunque había un solo tema: Roberto no tenía auto para llevarlos hasta Ituzaingó. “En su momento hablé con la dirigencia para ver si me conseguían algún medio de transporte pero no me dieron bola, así que los empecé a juntar yo a mano y a llevarlos al estadio de Ituzaingó. Primero caminaba de la cancha de Boca hasta la casa de Gobierno, luego me tomaba el subte hasta Primera Junta y hacía dos cuadras hasta la estación de Caballito. Ahí me tomaba el tren y me bajaba en Ituzaingó y caminaba seis cuadras para el estadio“.
Actualmente, Roberto vive en Morón y hay una anécdota suya muy recordada: Ituzaingó necesitaba levantar las paredes de la cancha y mientras él viajaba desde Morón hasta el estadio del León en bicicleta iba levantando los ladrillos que veía tirados por el suelo. “Fue algo que me surgió, no es que lo haya planeado. Todo sea por ayudar siempre al club“, destaca.
Roberto siempre es titular en Ituzaingó
Sciolini siempre ayudó a Ituzaingó, pero hubo un momento de su vida en el que precisó que el club lo ayude a él: “Tenía 64 años, me faltaba un año para jubilarme y me echaron del trabajo. Fue un momento muy feo y triste, pero apareció el señor Carlos Sacaan, como buen persona que es, y me ofreció un trabajo remunerado en el club para que pueda jubilarme. Nunca me voy a olvidar de ese gesto“.
Cada vez que juega Ituzaingó, Roberto suele acompañar al equipo y una de las últimas canchas que visitó hace unas semanas fue la de Excursionistas, a la que no encontró en buenas condiciones, según detalla: “Las colchonetas que cubren el muro perimetral estaban todas sucias. Yo no dejo que pase eso en Ituzaingó: compro 30 litros de cloro, agarro la virulana y las limpio para que estén siempre blancas“.
Para finalizar, el trabajador incansable de Ituzaingó revela cuál es la fórmula para que el club esté en las buenas condiciones que se lo ve: “Todos ponemos el hombro, el otro día fui a la cancha y el presidente Nando Politano estaba regando la cancha. Eso para mí es increíble. Él y el vice Chipi Corigliano están haciendo un gran trabajo en Ituzaingó, me gustaría que no se vayan nunca del club“.
FUENTE: CLARÍN
