Renacer: más allá del dolor

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“El hombre que se levanta por sobre su dolor para ayudar a un hermano que sufre, trasciende como ser humano”

Viktor Frankl

El fallecimiento de un ser querido confiere una situación irreversible de la que no tenemos control. Es la máxima manifestación de la pérdida de este control donde, incluso entre todo ese dolor e incertidumbre, puede abrirse un nuevo paradigma para las personas que quedan. En este paradigma, que es único para cada uno, se pueden encontrar muchas maneras de sobrellevar el duelo, apuntando a una nueva forma de vivir sin esa persona, encontrando un impulso en las cosas buenas que esa persona nos dejó, generando nuevos significados, y hasta viendo oportunidades que tal vez antes no se contemplaban. 

Cuando se pierde a un hijo, el duelo cobra un sentido que trasciende a cualquier profesional de la salud tanto mental como física, y a cualquier otra persona que no haya pasado por lo mismo. Desde Renacer, grupo de ayuda mutua, creen que no hay mejor acompañamiento que el que viene de personas que pasaron por lo mismo que uno. La contención y el apoyo se torna colectivo, y es en esos espacios donde surgen nuevas dimensiones que invitan a madres y padres a transformar ese dolor en pos de ayudar al otro y, de esta forma, ayudarse a ellos mismos.

El primer grupo Renacer se originó en diciembre de 1988 en Río Cuarto, Córdoba. Los impulsores fueron Alicia y Gustavo Berti, papás de Nicolás, quien falleció en un accidente a sus 18 años. Su propia experiencia los empujó con fuerza a contactarse con otros padres que estaban atravesando por lo mismo que ellos, y sintieron el impulso de hacer algo transformador, tanto para sobrellevar su dolor, como para ayudar a otros. Hoy, Renacer cuenta con 70 grupos en Argentina, distribuidos en diferentes provincias, y se extendieron también a otros países de los que pronto compartirán datos.

En diálogo con Natalia, mamá de Emilia, pudimos ahondar en las cuestiones que conforman a Renacer. Con el aporte de otros miembros, nos brindaron y esclarecieron muchas cuestiones para entender mejor de qué se trata la ayuda mutua. 

– En su página web, mencionan una triple condición que permitirá la apertura de una dimensión espiritual, ¿qué se espera encontrar en esta dimensión?

+ Renacer es un grupo de ayuda mutua, es decir, trato de dar a otro padre sufriente lo mejor de mí, y así, me ayudo a mí mismo. Pero el secreto que mueve las acciones de quienes integran Renacer, es el amor, que saca lo mejor de mí hacia lo mejor del otro. Ese amor que nos dejan nuestros hijos como mensaje, que es bueno para nosotros, bueno para los demás, y bueno para la vida misma y que rescatamos en Renacer. 
De esta forma  al tratar de ayudar a otro ser sufriente, aparecen las mejores cualidades del espíritu humano que son el amor, la compasión, la paciencia, la tolerancia, el perdón, la contención, y el sentido de la responsabilidad, que nos aportan felicidad a nosotros y a los demás, y con ellas, un camino a nuestro despertar espiritual, basado en una profunda transformación interior. Al acercarnos a nuestra dimensión espiritual (que no es religiosa), encontramos entendimiento, evolución, armonía, felicidad y paz interior.  

– Entendiendo que en el grupo se rigen por el principio de semejanza con el otro padre o madre que atraviesa por el mismo dolor, ¿de qué forma consideran que ese intercambio aporta positivamente al duelo de los nuevos integrantes?

+ En Renacer somos todos padres que hemos perdido hijos, y decidimos enfrentar este dolor, aprender de esta realidad, otorgar al sufrimiento un sentido y, en este proceso, dar un nuevo significado a nuestras vidas. De esta forma y habiendo atravesado esta experiencia, es que podemos brindar ayuda a otro padre ya que, en tantos años de funcionamiento, hemos aprendido que ni la sociedad, ni los profesionales de la salud que no hayan perdido hijos pueden ayudarnos en esta situación. Es así que muchos papás llegan a Renacer por recomendación de su Psicólogo/Psiquiatra.
Entonces, a través de las vivencias y las experiencias de cada papá y en el marco de la Esencia y Fundamentos de Renacer, podemos ayudarnos entre todos. Por eso decimos que es un grupo vivencial y que nace como una alternativa al duelo (proceso individual). De esta forma, si optamos por esta alternativa, lo haremos en total libertad en función de nuestra propia intuición y alentados por los testimonios de los distintos padres. 

 – En el apartado en el que describen las especificidades en la partida de un hijo, ¿Cuáles reacciones o emociones creen que son las que trascienden esto e “igualan” a los padres y madres? ¿Consideran que es en esos puntos donde se dan los intercambios más favorables para fomentar la ayuda mutua? 

+ En Renacer, trabajamos con lo que nos es común, que es el sufrimiento, que es universal independientemente de la edad y de la forma en la que partieron nuestros hijos. Si nos agrupáramos por el tipo de muerte, ya sea accidentes, suicidios, perinatal, homicidios etc., correríamos el riesgo de convertirnos en víctimas. La característica existencial de la víctima es transferir la responsabilidad por su vida al victimario, y la responsabilidad por su malestar al victimario, transformando así a nuestros hijos, en victimarios.
De esta forma, somos todos iguales, no hacemos diferencias, respetando uno de los pilares fundamentales de Renacer: la paridad.
Tampoco trabajamos con las emociones que en cada individuo son distintas e impermanentes, sino que trabajamos con lo que es universal a todos, que es el sufrimiento. Y es aquí que para la resolución del sufrimiento, el camino es el servicio, el “brindarse al otro”, a ese “otro” que también sufre. Donde “yo salgo de mí para ayudar a ese otro que sufre” comienza un proceso de cambio y transformación al poder ser más solidario y compasivo con el sufrimiento de los demás. 

– ¿Cuáles dirían que son los pilares fundamentales de esta ayuda mutua?

+ En cuanto a los pilares básicos y fundamentales de Renacer, reconocemos la paridad que ya mencionamos, la moralidad (dar al otro más de lo que espero recibir de él), la libertad de elegir el camino a seguir sin imposición de valores y la responsabilidad de asumir dicha elección, la universalidad (aceptar a todo ser sufriente afectado por la  pérdida: hermanos, tíos, abuelos, novios, amigos sin distinción de credos, clases sociales o políticas), y la solidaridad, que comienza dando todo lo mejor de lo nuestro al padre y/o madre que recién llega, y luego trasladarlo a la vida misma, a la sociedad, en actos plenos de amor en homenaje a nuestros hijos que partieron.

 – Mencionan un punto muy interesante sobre que la muerte de un hijo implica la mayor crisis existencial para una persona. De las herramientas que se generan colectivamente, ¿cuáles creen que ayudan a transformar esa crisis en oportunidades?

+ La muerte de hijos implica la mayor crisis existencial por la que puede atravesar el ser humano. Esto genera una gran necesidad de entendimiento, de comprender lo incomprensible, una búsqueda intensa que nos lleva a entender las cosas de otra manera. Si estamos dispuestos a hacer el esfuerzo de mirar más allá del dolor y tratamos de entrar en lo excepcional, en la verdad, que es el hallazgo de sentido en la pérdida, se nos abre un mundo distinto, desconocido para nosotros, lleno de oportunidades, de la mano de nuestros hijos.

– Por último, retomando el tema de las oportunidades, hay un papá que menciona que, tras la muerte de su hijo, comenzó a entender que existe una nueva vida sin él. ¿Qué se espera generar en esta nueva vida que ayude a sobrellevar el duelo? Por ejemplo, transformar el dolor en ayuda para otros padres que pasan por lo mismo.

+ Viktor Frankl, creador de la tercera escuela psicoanalítica de Viena, que es la Logoterapia, expresó: “El hombre que se levanta por sobre su dolor para ayudar a un  hermano que sufre, trasciende como ser humano”. 
Trascender es ir más allá de nuestro dolor para ayudar a ese otro que también sufre. Y en ese trascender, está el cambio de actitud frente a la vida, elegir transformarnos en mejores personas independientemente de cómo éramos antes. Ser seres más compasivos con el sufrimiento de los demás, aprendiendo lo que es la ayuda mutua en Renacer, pero extendiendo la posibilidad de ayuda fuera del grupo, así aspirar a ayudar a construir un mundo mejor. 

En síntesis, este es el mensaje de Renacer basado en los valores espirituales más humanos del hombre: “que de una experiencia dolorosa, pueden surgir seres más fuertes, más solidarios, más compasivos, capaces de vivir una vida plena de sentido”.

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