Estos sorbetes biodegradables y comestibles vienen en varios sabores y aportan el granito de arena necesario para vivir en un mundo libre de plásticos.
Una gran acción favorable al medio ambiente se llevó a cabo: con el objetivo de vivir en un planeta libre de plásticos, Sorbos presenta sorbetes comestibles. Son biodegradables y vienen saborizados en seis gustos diferentes: neutro, limón, lima, chocolate, frutilla y jengibre. Aunque se esperan más sabores en un futuro próximo.
Los diseñó una empresa española, con sede en Barcelona, a base de ingredientes naturales, sin alérgenos y libres de gluten. ¿Lo mejor? A diferencia de los clásicos sorbetes de papel que se ablandan rápidamente sin permitir disfrutar la bebida a gusto, Sorbos garantiza la rigidez de sus sorbetes, una vez introducidos en el líquido, por al menos 40 minutos. De esa forma, se puede disfrutar de un trago con sorbete, haciendo de este hábito una actividad ecológica y tan placentera como saborear una golosina.
Sorbos, además de agregarle un valor agregado a las bebidas sin invadir el sabor ni color, se destaca por ser un producto saludable: es apto celíacos y, para los que se cuidan, ¡cada Sorbos tiene sólo 27 calorías!
Un problema que debemos resolver de inmediato
- A partir de noviembre de 2019, el Ministerio de Ambiente y Espacio Público, a través de la Agencia de Protección Ambiental, prohibió la entrega, uso y expendio de sorbetes plásticos de un solo uso en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires. Los sorbetes prohibidos forman parte de los plásticos denominados «de un solo uso» porque, después de apenas segundos o minutos de utilización, se tiran al cesto y así comienzan a engrosar la masa de casi dos toneladas de desperdicio por mes. Si no se reciclan, pueden tardar entre 150 y 400 años en descomponerse.
- Además, los sorbetes de plástico son el cuarto contaminante más común que afecta las costas y el agua. Al desintegrarse, se generan partículas conocidas como microplásticos, que son ingeridas por la fauna acuática, que bioacumulan y magnifican estos materiales en la cadena alimentaria. Por último, los sorbetes de plástico han sido un elemento de conveniencia por miles de años, ocasionando un gran problema para el medio ambiente por su poca vida útil. Un sorbete tarda 1 minuto en ser fabricado, 20 minutos de uso para que luego demore 200 años en descomponerse y que eso provoque la muerte de 1000 especies marinas.