Polo Quinteros: “Hoy estoy del lado del que puede dar ayudar, y nunca dudé hacerlo”

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POR SEBASTIÁN SAAVEDRA

En los años 90 ningún equipo del fútbol quería enfrentarse al que jugara Jorge “Polo” Quinteros. Es que este delantero se cansó de hacer goles en los torneos de Argentina y Chile, rendimientos que lo catapultaron a las ligas de Italia y España. Hoy, lejos de los flashes de aquella década (aunque no tanto), Jorge pasa sus días entre su comedor “Catalina”, y tours de pesca.

-¿Cómo son los primeros días de un ex futbolista?
No es fácil. Ni los primeros días, ni los del medio, ni ninguno. Pero esto yo lo vengo planeando desde que tenía 29 o 30 años, y me retiré a los 32, siendo goleador de la Copa Libertadores en la Universidad Católica (Chile). El jugador no se puede encontrar sin hacer nada cuando se retira, y realmente los últimos dos años tenés que ser egoista. Pensá que cuando vas a dejar de jugar, no vas a tener más nada. Es duro, hay que saber asimilarlo.

-¿Extrañas la etapa de ser tapa de diario, firmar autógrafos, esa parte de la fama de ser jugador de fútbol?
Tengo que reconocer que todavía la gente me pide fotos, y eso que no jugué ni en Boca, ni en River, ni salí campeón del mundo, ¡y me retiré hace 15 años! También por redes recibo mucho cariño, más que nada de la gente de Argentinos Juniors y Universidad Católica. Así y todo, esto es algo que nunca me volvió loco, era muy perfil bajo. De hecho tenía compañeros que le daban vuelta a la cámara para que le hagan una pregunta… ¡y yo los cargaba!

-¿Cómo surge la idea de crear tu comedor “Catalina”?
La idea de ayudar la tengo desde chico cuando iba a jugar a las infantiles de Chacarita, y decía “ojalá Dios me de una mano a mí y poder ayudar a los demás”. A mí me tocó en la niñez ser el que necesitaba ayudar, hoy estoy desde el lado del que puedo dar ayuda, y nunca dudé hacerlo. Puntualmente, con mi señora veníamos de Mallorca y tomando mate nos pusimos el objetivo de dar una mano de la forma que se pueda. Y se enganchó toda la familia, mis viejos, y así montamos el comedor Catalina que en mayo cumple 21 años.

El comedor se inauguró en mayo de 2001 y se instaló en Virreyes, en Miguel Cané 4655, a pocas cuadras de donde se crió el Polo. El nombre de Catalina es en honor a su hija y al barrio Santa Catalina.

-Esa actividad te permite estar cerca de los niños. Viéndolos a ellos, ¿cómo pensás el futuro ?
Claro que los veo a los chicos, y así cómo veo el progreso, a veces veo que algunos no progresan. Tenemos la comida cubierta con donaciones de la gente, pero a mí me gustaría dar el segundo paso, que es el tema del apoyo escolar. Pero necesitaría un subsidio del Gobierno, aunque nunca pedí nada, pero veo que los chiquitos si vos les das armas con el tiempo las utilizan. Hay chicos del comedor en la facultad, algunos hacen deporte, y hasta uno de ellos es cocinero del comedor. Yo puedo ayudar con “Catalina”, y trato de hacerlo desde ahí.

– Otras de las cosas que sabemos es que hacés son tours de pesca, ¿es de joven ese gusto o es algo que adquiriste de grande?
La pesca viene de la mano con el fútbol. Mi viejo nos llevaba a mí y a mi hermana a pescar con él. Seguí pescando toda mi vida, eso me fue prensentando muchos amigos y me puse a armar viajes. Ahora realizo tours de pesca para el lugar que sea. Tenemos viajes programados a Salta, Santa Cruz, Corrientes. Así conocí mi lugar favorito para pescar que es Lago Strobel Jurassic Lake. Se los recomiendo.

Para conocer más del comedor o colaborar lo pueden hacer a través de Instagran en @comedorcatalina

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