POR SEBASTIÁN SAAVEDRA
Pedro Roulet es un trabajador incansable por la juventud argentina. En hace algunos días se celebró el Día Mundial de la Juventud, y por eso conversamos con él y nos contó el panorama de la actualidad de la juventud argentina y de los jóvenes en el mundo.
– ¿Qué significa para vos el Día Mundial de la Juventud?
Sirve para resaltar la importancia de los jóvenes como agentes de cambio en la sociedad y para invitar a la participación en todos los aspectos de la vida política, social y económica. Lo que nos une como jóvenes es algo temporal, pero no se limita sólo a compartir la misma edad; también está vinculado a la innovación, al uso innato de la tecnología, a un aporte creativo y a ser participantes activos en la educación, como receptores necesarios de nuevas ideas para enfrentar los nuevos desafíos.
Lamentablemente, en la actualidad, esta base está fracturada, ya que más de la mitad de los jóvenes entre 18 y 24 años se encuentran fuera del sistema educativo, y 1 de cada 4 ni estudia ni trabaja. Además, el 45% se encuentra por debajo de la línea de la pobreza y el 70% considera emigrar del país debido a la falta de perspectivas de futuro, la situación económica, la inseguridad y la escasez de buenas oportunidades laborales.
Este día debe servir para brindar respuestas a las angustias del presente. Lo que afecta a cada uno de los argentinos tiene un impacto aún mayor en los jóvenes, quienes están forjando el presente que determinará el futuro de la sociedad.
– ¿Cual es el rol de los jóvenes en la sociedad y en la política?
El rol de los jóvenes es tan diverso como la propia sociedad. Sin embargo, lo que debe ser uniforme es el espacio que se les brinda, tanto en la sociedad como en la política, que debe ser el de la participación activa, donde su voz tenga influencia y capacidad de tomar decisiones. A 40 años de la democracia, los desafíos actuales impactan directamente en la falta de confianza en las instituciones y en la representación. Para que estas instituciones puedan representar efectivamente, se requiere una renovación, y qué mejor representante de esta renovación que la juventud. Su aporte de ideas innovadoras, acompañado por la experiencia, es esencial para encontrar soluciones.
Otro aspecto importante es el ámbito privado. Son necesarias reformas que permitan a los jóvenes integrarse al sistema con una desburocratización esencial y una educación que esté alineada con las necesidades del mundo laboral. Argentina posee un inmenso potencial en el ámbito del conocimiento que trasciende fronteras y puede ser un gran aporte para el mundo.
– ¿Cuáles son los principales desafíos?
El gran desafío es crear las circunstancias que permitan a los jóvenes desarrollarnos en un entorno de libertad, donde el esfuerzo tenga valor y sea sinónimo de progreso. Un entorno en el cual la educación sea una herramienta esencial para acercarnos a un mundo laboral en constante innovación y a un futuro que vea a la Argentina con todo su potencial, incluyendo alimentos, energía, minerales y conocimiento.
– El compromiso, la apatía, ¿son un problema de la juventud actual?
Esta generación está marcada por la empatía y se involucra en los asuntos de los demás, aunque ya no de manera activa debido al desencanto que ha traído consigo la situación en la que vivimos. Soy uno de los que constantemente predica que para cambiar esto es necesario comprometerse y se hace desde adentro, ya sea en clubes, ONGs, en la universidad o en la escuela. Pero sobre todo, animarse a participar en la política, que es la actividad con mayor capacidad de transformación.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que no todos van a involucrarse de la misma manera. Pueden optar por contribuir desde otros ámbitos. Lo fundamental es que aquellos que se animen a hacerlo, luego tengan el espacio necesario para elevar su voz y poder representar.
– ¿Cómo ves la participación política de las nuevas generaciones?
Si bien somos menos en cantidad, nuestro compromiso es más sólido. Aquellos que se involucran lo hacen sabiendo que están forjando su propio futuro y nos sentimos protagonistas. Somos muchos los jóvenes que no queremos irnos de Argentina y también somos conscientes que hay muchos jóvenes que ni siquiera pueden considerar la posibilidad de irse. Salen de sus casas y ven cuestiones básicas como que la educación está lejos, que el agua potable no llega, que el pavimento no está presente y de cloacas ni hablar. Es por estos jóvenes, y por Argentina, que en aquellos que se atreven a actuar se refleja un compromiso inquebrantable.
– ¿Algo que quieras agregar?
Invitarlos a que se involucren desde el lugar que más se identifiquen con sus ideas y que puedan. El aporte de cada uno es fundamental, así como el aporte de Argentina hacia el mundo. Tenemos todo lo que se necesita: acá hay un futuro que debemos construir en el presente.