Perdió la visión a la corta edad de cuatro años y desde ese momento encontró la resiliencia en el deporte. Es el primer argentino en participar en un mundial de surf adaptado
Cuando hay pasión los límites se desdibujan. Argentina es cuna de grandes deportistas paralímpicos que logran grandiosos resultados y marcan historia. En el caso del surf, su versión adaptada crece hace ya varios años en nuestro país y ya tiene un representante. Se trata de Pablo Martínez, un joven marplatense que abrió el camino para otros argentinos en el terreno del surf adaptado.
“Si alguna vez pensé que surfear era imposible, lo dejé de lado”, contó en diálogo con La Nación +. “Fue construir un camino y en la construcción de caminos no existen los imposibles. Existen las dificultades, los límites, pero también existen las posibilidades de superarlos”, acotó.
La historia de Pablo Martínez
Pablo perdió la visión en cuestión de días, poco tiempo antes de cumplir los cinco años. “Comencé un domingo con pérdidas visuales transitorias y para el otro domingo ya estaba ciego totalmente. En esa semana no tuve la conciencia de lo que realmente estaba pasando. Me desperté y quise mirar a mi mamá que estaba en la habitación conmigo: ‘vieja, no te veo la cara’, le dije”, recordó.
“De chico me la pasaba jugando al fútbol o al básquet. El deporte me ayudó de chico a rehabilitarme. No fue un proceso fácil, pero pude utilizar varias herramientas del período en el que había visto. Los primeros años fui a una escuela convencional a la mañana y a un jardín integral a la tarde”, acotó.
Su historia de amor con el surf comenzó en abril de 2016, cuando tenía 25 años, en una clínica de surf adaptado en Miramar. En esta explicaban cómo ayudar a personas con discapacidad en el mar. Allí conoció a Matías, su primer entrenador, quien le enseñó los pasos básicos y cómo pararse sobre la tabla. “Lo hice tan natural que nos sorprendimos los dos. Matías me dijo: ‘A mí el surf me cambió la vida y a vos te puede hacer lo mismo’. Ahí me empecé a entusiasmar”, recordó Martínez.
El deporte, específicamente el surf, marcó un antes y un después en su vida. “La primera vez que surfeé me enamoré del deporte. Cada vez que me meto en el mar aprendo algo nuevo y eso hace que ame más lo que hago. El surf adaptado me dio la oportunidad de conocerme a mí mismo dentro del mar. Me sacó de la comodidad. Fue como empezar a rehabilitarme otra vez, incorporar conocimientos desde cero. Desde que me metí a surfear por primera vez en abril de 2016, percibo que me oriento mejor afuera del agua”, contó.
Participación en mundiales
En el 2016, se convirtió en la primera persona ciega en representar a Argentina en un un mundial de Surf adaptado y posteriormente se consagró como bicampeón sudamericano en esta disciplina. Pablo disputó cinco Campeonatos Mundiales ISA (International Surf Association) siendo integrante de la Selección Argentina de Surf Adaptado.
En el año 2018, gracias a una propuesta que desarrolló junto a su entrenador, se llevó a cabo el primer Campeonato Sudamericano de Surf Adaptado en el país en el que terminó en primer lugar. Dicha competencia tuvo lugar en Playa Grande, Mar del Plata.
“Fueron experiencias en las que personalmente tuve que trabajar mucho, previamente había participado en los suramericanos de dos mundiales y tenía ganas de que hubiera una competencia internacional en mi ciudad, así que escribimos el proyecto con mi entrenador y fuimos viendo que era viable. A partir de ahí lo propusimos, hubo gente de distintas entidades gubernamentales que le gustó la idea y fueron posibilitando que el torneo tuviera lugar”, contó Pablo. Entre sus últimos logros deportivos, el marplatense obtuvo el quinto puesto en el Mundial ISA de Parasurf, el cual tuvo lugar en California en diciembre del 2022.
FUENTE: BILLIKEN