La moda de los años 2000 está de vuelta. El tiro bajo se impuso y desplazó a las cinturas cubiertas hasta el ombligo hace ya tiempo. Semana tras semana surge un nuevo término que describe a la manera de vestir que se usa en el momento. El Coquette, Y2K, Blokecore y Boho Chic son sólo algunos de ellos.
Así, la constante búsqueda de novedades, junto con colecciones y estilos en constante cambio, resulta en una sobreproducción y obsolescencia rápida de las prendas, lo que genera un impacto considerable en el medio ambiente.
En respuesta a estos desafíos, surge la moda circular, que busca establecer un sistema donde todo lo producido permanezca en el ciclo. Promueve el intercambio y la reutilización de materiales y productos existentes, con el objetivo de reducir el impacto ambiental del segundo sector más contaminante a nivel mundial.Las ferias de ropa de segunda mano reflejan un cambio hacia la moda sostenible. Crédito: Guillermo Di Salvatore.
Una mirada local
Este tipo de industria es conocida por su elevado consumo de recursos naturales y la emisión de contaminantes químicos en cada etapa de producción, desde el cultivo de materias primas hasta el proceso de teñido y acabado de prendas. Además, el descarte masivo de prendas, genera desechos que no son biodegradables.
En este contexto, Milagros Crisol, emprendedora santafesina compartió con El Litoral su experiencia como impulsora y defensora de la moda circular, en un escenario marcado por una crisis económica.Este tipo de emprendimientos fomenta un estilo de vida más sustentable. Crédito: Guillermo Di Salvatore.
“Comprando y vendiendo en la feria, ayudamos a que no se fabriquen constantemente nuevas prendas y damos una segunda vida a la ropa”, enfatizó respecto a cómo su negocio contribuye a la economía circular
De esta manera, Crisol destacó la importancia de reutilizar prendas en lugar de contribuir al consumo desmedido. “Vemos las prendas que nos traen como una oportunidad, mientras que otros las consideran desechos. Somos el motor de la economía circular“, manifestó la emprendedora.
Bueno, bonito y barato
La ropa disponible en estas ferias proviene de cualquier persona interesada en vender, con el propósito de evitar el desperdicio.
Según explicó la emprendedora, el proceso de selección de las prendas comienza solicitando fotos. Luego se realiza una preselección y se programa una cita para revisar la indumentaria personalmente. Durante esta etapa, se verifica que esté en buen estado, sin roturas ni manchas.https://imasdk.googleapis.com/js/core/bridge3.617.1_es.html#goog_21052205810 seconds of 0 secondsVolume 0%
“El criterio nuestro de selección es bastante fino y las prendas de marca son nuestro fuerte, es como también lo que da más durabilidad tiene la prenda”, señaló Crisol. Y agregó que “lo que no va con nuestro criterio lo donamos. Es darle otra oportunidad para gente que lo puede llegar a necesitar”.
Estilo de vida
Al comenzar su emprendimiento, Crisol enfrentó varios desafíos: “La gente lo veía como algo raro, no le gustaba la idea de ‘ropa usada’, ahora lo ven como un estilo de vida”, comentó. Además, resaltó su experiencia en el rubro, “yo estoy con esto hace 13 o 14 años”.
En relación al aumento en la demanda de la moda circular, la referente local mencionó: “Más allá obviamente de la economía que nos toca vivir, creo que está de moda, con eso entonces la gente lo ve como algo más común y eso la verdad que está buenísimo”.En el último tiempo aumentó la tendencia mundial hacia la reutilización y el cuidado del medio ambiente. Crédito: Guillermo Di Salvatore.
“Nuestras clientas saben que las prendas que nosotros seleccionamos están limpias y cuidadas, son cosas que quizá en el shopping no te podés comprar por los precios”, cerró.
Las ferias de ropa de segunda mano en Santa Fe reflejan la tendencia que se despliega en el resto del mundo hacia el cuidado del medio ambiente. Forman parte de “las tres R” (reducir, reutilizar y reciclar) que colaboran a dar un respiro a nuestro planeta ante la vertiginosa industria de la moda.
El negocio de la emprendedora no se limita únicamente al rubro textil, sino que también ha incursionado en la venta de muebles y objetos de decoración del hogar, tanto nuevos como de segunda mano. Esta diversificación amplía aún más la vida útil de los productos y fomenta su reutilización.