El diseñador y productor también trabajó con el look de Sebastián Yatra y Maluma
POR ALEXANDRA BARRETO
Martín Ceballos es un rosarino que creció en un mundo lleno de arte. Hijo único, su padre es director de teatro, su madre es maquilladora y cosmetóloga. Desde los 5 hasta los 12 años, acompañó a su papá a los ensayos de las obras que dirigía.
“Ese ambiente fue mi ecosistema, fui descubriendo que mi rama venía de la parte creativa; terminé el secundario, luego estudié tres años arquitectura, pero me di cuenta que el diseño iba por otro lado. Posteriormente cursé moda en la Cámara Indumentaria de Rosario”, cuenta de sus inicios.
Se graduó hace nueve años y de inmediato su vida laboral empezó a crecer vertiginosamente. Lanzó la marca de ropa ‘Hombre Galo’, y abrió un local en Buenos Aires (Palermo Soho). “Me di cuenta que para los hombres todo es básico, clásico, decidí hacer indumentaria masculina con otro pensamiento y llamó la atención positivamente. Apenas hice mi primera colección empezaron a llamar artistas y Abel Pintos me contactó”.
Cuenta que con el tiempo no podía con tantas actividades y tuvo que dejar la marca. Él se define como un asesor que cuida la parte integral de las personas. “Soy un profesional que se preocupa desde la ropa, zapatos, el pelo, accesorios; además soy productor en comunicación visual y con Abel, también trabajé en las tapas de sus discos, producciones fotográficas”.
Confiesa que su labor comienza desde la consideración de la imagen como una parte fundamental en cualquier proyecto para solidificar el producto.
También trabajó con Soda Stereo para Sép7imo Día de Cirque du Soleil, Benjamín Amadeo, Emmanuel Horvilleur, Grego Rosello, Mike Amigorena, Los Ángeles Azules, entre otros.
¿Cómo te sentiste cuando Abel Pintos te llamó?
En ese momento no lo pude procesar tanto porque era mi necesidad de cumplir en tiempo y forma con las necesidades del otro. Salvando algunas diferencias, para mí cualquier cliente requiere la misma importancia, era algo que tomaba magnitud cuando se lo contaba a personas cercanas y decían: “Recién empiezas y mirá lo que te está pasando”. Con el tiempo empecé a caer lo importante que era e incrementé más mi creatividad.
Le diste un giro a su imagen porque se alejó del folclore, ¿cómo se da esta mutación?
Fue un proceso de transición, Abel tiene un público nuevo constantemente que lo quiere mucho; fuimos viendo qué le pasaba a la gente, todo se dio con mucha aceptación. Empezaron a generar expectativas, mucha curiosidad de lo que se iba a poner en el show, comentarios en redes sociales, se crearon grupos para debatir el look. Lo empezaron a ver como un artista más completo y no sólo como un cantante.
¿Le costó el cambio?
Pudimos generar una relación de mucha confianza lo cual le permitió entregarse rápidamente, vio que la respuesta fue buena, todo fluyó. Es una persona que me da su confianza para cualquier tipo de proyecto.
En sus recientes recitales se lo vio con sombreros de colores y hasta se puso sneakers (zapatillas urbanas).
Nosotros cuando generamos una propuesta para el show pensamos en todo, me rijo con varios puntos: lo que se ponga que tenga mi identidad; que el artista no pierda su ADN visual; que sea confortable; y que haya tendencia de la temporada. Que todo sea un hilo conductual.
Sebastián Yatra y Maluma también contrataron tus servicios
A raíz de mi trabajo con Abel se fueron dando otras personalidades. Con Sebastián un agente en común me contactó, nos reunimos en Buenos Aires con su mánager. Se probó las prendas y quedó impactado, trabajamos un poco más de dos años. Después por pandemia, esto de no poder viajar y otros factores, se fue dando un stand by pero tenemos la mejor de las relaciones. Con Maluma fueron dos oportunidades en sus colecciones de cápsulas de algunos de sus shows.
Lo que vives en tu carrera, ¿es un golpe de suerte o saliste a buscar tu estrella?
Siempre fui muy emprendedor, inquieto, con ganas de crecer. Lo que fui construyendo en mi carrera fue para formar el camino que quise seguir, la suerte juega pero me hice cargo de mi destino, es el resultado de lo que voy sembrando todo el tiempo.
¿Costó dejar Rosario? ¿Te adaptaste fácil a vivir a Buenos Aires?
El desarraigo no lo viví, soy bastante nómade. Las dos ciudades están muy cerca en auto y en un vuelo son 40 minutos, voy y vengo todo el tiempo, siento que no voy a dejar de ver a ciertos afectos, nunca me terminé de ir de un lugar. Aparte todos mis trabajos fueron en Buenos Aires, son pocos los proyectos que tengo en Rosario.
¿Cómo vive tu familia y amigos lo qué te pasa?
Tengo todo el apoyo de mi círculo, están orgullosos, recibo la alegría cuando ven mis logros, no me generan un peso, siempre su energía es fundamental.
¿En qué te basas para asesorar la imagen del vestuario?
Tiene que ver con eso, a mí siempre lo que me inspira es la persona, sea un cliente, artista, actor, sentir para qué quiere cambiar, es ahí donde empiezo a crear y materializar todo.
¿Cómo transitaste el comienzo de la cuarentena?
Lo viví con calma, sin desesperación, empecé a agarrar incertidumbre a la hora de ver que ciertas actividades se iban activando; lo del espectáculo no tenía fechas, de los recitales no se sabía nada, no aprobaban protocolos. Encontré en la comunicación una aliada, a través de las redes empecé a interactuar, a dar a dar tips de imagen para hombres, cuánto gastar, compras inteligentes, hablar de la moda argentina. La respuesta de la gente fue amorosa, se acercaron marcas importantes.
Te encargas de hacer producciones fotográficas y elaborar el look de los videos.
Sí, nunca trabajo mis proyectos de forma individual, me empapo de todo de lo que hace el director, hago una propuesta. Para mí la imagen es un lenguaje, no es algo que se pueda tratar por separado. Siempre estoy en las filmaciones porque la relación artista-asesor es estrecha, va más allá de la imagen. En lo emocional tiene peso porque puedo prever cuando está sucediendo algo o sugerir una nueva propuesta.
¿Cómo te sientes del camino que estás construyendo?
Muy bien, tengo ganas de crecer todo el tiempo, no soy sedentario, indago cosas nuevas. Estoy muy conforme, no es fácil en este país trabajar de lo que uno ama, que me elijan para proyectos enormes.
¿Diseñar para mujeres?
Me han acercado proyectos importantes, como Pabllo Vittar (Drag Queen) o Gloria Stefan, pero mi área está en el hombre. Otros trabajos que he hecho fueron asesorando a jóvenes como las chicas de Ha-Ash, Tini Stoessel, el dúo MyA y Duki.
Y a la hora de elegir tu vestuario, ¿eres prolijo?
Soy bastante emocional, depende como me levante, me gusta divertirme con estilos, no tengo uno lineal, me pongo combinaciones que me hagan sentir y ver bien.
¿Tu sueño por cumplir?
Apunto a seguir creciendo todo el tiempo. Mi carrera es como un hijo, la alimento, la cuido, mi sueño es que las cosas avancen, aprender cada vez más.
Hola Martín espectacular la ropa, crecí con la música de Abel y lo sigo donde valla, quería Saber si puedo conseguir una camisa a lunares de Abel con la que hizo un recital en mardel, desde ya agradecido osvaldo de salta