POR SEBASTIÁN SAAVEDRA
Mariela Heller sufre hace algunos años de alopecia (caída del cabello). Hay disintas variables sobre esta enfermedad autoinmune que principalmente, y más allá de la parte estética, afecta la parte psicológica de las personas. Desde su experiencia, Mariela nos cuenta cómo enfrentó esta situación, y cómo no solamente lo hace con sumo respeto e hidalguía, sino también a través la creación del Instagram @vivirconalopecia.argentina, dónde se contacta, solidariza y da herramientas a la gente que está pasando por la misma situación.
-¿Podés explicarnos qué es la alopecia?
La alopecía es puntualmente la caída del cabello y existen diferentes tipos. En lo personal tengo areato universal, que es una enfermedad autoinmune. Dentro de las alopecias existen las cicatrizales, las que no, y las poco frecuentes. En el caso puntual de la areta perdés el cabello de todo el cuerpo, a diferncia de la fibrosante frontal donde se te ensancha la frente, pero perdés solamente el pelo de la cabeza. También existe la androgenética que es hereditaria, o por problemas hormonales. Lo más triste es que esto puede afectar a cualquier persona, y a cualquier edad.
-¿Cómo se enfrenta la gente a esta situación ?
Lo sumamente importante es desde el comienzo, más allá de los profesionales, o tratamientos médicos, tener apoyo terapeútico, y hasta psiquiátrico. Todo es muy rápido, un día comenzás a tener pequeños agujeros y se hace muy duro de enfrentar y aceptar. Produce falta de reconocimento con uno mismo y hasta no te querés bañar o peinar porque te quedás con mechones de pelo en la mano. Al ser autoinmune, el organismo reconoce al pelo como un enemigo, y lo destruye; hay tratamientos, pero no cura, y por eso es importante hablarlo.
-¿Cual es la idea de transmitir y hablar sobre el tema?
Es importante primeramente porque es una enfermedad mayormente desconocida incluso dentro de la dermatología. La sufre cualquier persona y en cada etapa de manera diferente. Hay quienes comenzaron de niños y todo esto genera mucha soledad y/o silencio. No transmitirlo puede terminar en una depresión profunda, así que se torna fundamental tener apoyo, y darse cuenta que no estás solo.
En el caso de los chicos es importante que los padres también conozcan a otros padres, porque de grande lo primero que piensa la gente de alguien totalmente pelado, y más si es mujer, es que tiene cáncer, por eso también hay que contemplar el hecho de que no es lo mismo tener una alopecía siendo mujer, que siendo hombre. En los niños, se debería hablar en el colegio, porque puede generar bullying, es una enfermedad que está a la vista de todos. Hay que hablarlo, y en ese caso los primeros ignorantes, son los padres.
-¿Cómo nació tu interés de hacer un Instagram al respecto?
A raíz de un estrés muy grande. Comencé a transitar con esto desde el 2017. Pedí ayuda profesional de todo tipo y en el 2020 me comuniqué en plena pandemia con un grupo llamado @pelindas_argentina. Comencé a contactar gente y eso me fue haciendo sentirme mejor, aunque sabía que no podía estar pasiva al respecto. Me surgió empezar a trabajar con pelindas, generar material para eso, y la realidad es que por ciertas discrepancias y falta de tiempo decidí hacerlo por otro lado, así que transformé mi cuenta personal en @vivirconalopecia.argentina. Por esa vía comencé a conectar y ayudar a otros. Esto me motivó a salir del “por qué me pasó a mí”, al “para qué me pasó a mí”, y ahí cambió la mirada de la vida: me llena el alma saber que otra persona no se sienta sola cómo me sentí al principio.
-¿Querés dejar alguna reflexión?
Vivimos en una carrera con una realidad social difícil, y estamos expuestos a que nos pasen muchas cosas, pero el tema es “¿qué hago con lo que me pasa?“. Para poder replantearnos eso, tenemos que conectar principalmente con uno mismo. Todos podemos tener situaciones, o se nos puede presentar algo que nos descoloque totalmente la vida, por eso tenemos que pensar que sentido le queremos dar a la vida, valorar los que nos pasa alrededor, tener recursos para enfrentarlo, y entender que no necesitamos que el otro nos valore. Hay que trabajar en el autoestima y no quedarnos en el dolor, generalmente a alguien le está pasando, o pasó, lo mismo que nosotros. Si me respeto y me valoro, lo que digan de mi, es un problema del otro.