Lucas Pedró, un misionero de la paz

El Secretario de Culto de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), comparte su testimonio de vida.

POR ALEXANDRA BARRETO

Lucas Pedró hizo un cambio en su vida, tras trabajar en una empresa de seguros por seis años tuvo un llamado interno que lo llevó a cuestionarse muchas cosas. En su mundo faltaba pasión.

“Estudié administración de empresas, de alguna manera tuve un trabajo normal, pero me di cuenta que estaba en una empresa por trabajar y nada más, sin dar un servicio a la comunidad, sólo por ganar plata o comprar cosas. Eso me llevó a replantearme la necesidad de tener algo que me llenara espiritualmente pero no por el camino del sacerdocio, sino como un misionero laico”, le contó a Optimism.

Su agenda y la que lidera en el movimiento de economía popular al cual pertenece está basada en el trabajo. Están distribuidos en 40 comunidades en todo el país. Trabaja de la mano de Perla Chávez, articulando la unión de las comunidades, para que las mismas no estén separadas.

Pedró se educó en el colegio San Francisco de Sales del barrio de Almagro en Buenos Aires, proviene de una familia religiosa ya que su madre es catequista.

Su historia familiar tuvo un duro golpe ya que su hermana falleció hace 20 años. “Ella me ayudó a tener una vocación transformadora, a descubrir que sólo con nuestras acciones pasamos por la vida. De todo lo material no va a quedar nada. Eso me llevó a tener un cambio que fui procesando con el tiempo”.

Lo que lo motiva desde hace 10 años es ser docente de la cátedra de economía en tres colegios secundarios para adultos y también en instituciones parroquiales.

Los comienzos en la vida de servicio del joven misionero se dieron a raíz de que su madre, quien era rectora de un colegio en el barrio de Pompeya: “Empecé a participar en un comedor en la Villa Zabaleta donde los chicos tomaban la merienda y hacían la tarea”.

Un sacerdote amigo se acercó y le aconsejó que tenía que poner en práctica lo que había estudiado y fue cuando se dedicó a enseñarle a los chicos. “Me hizo ver que en el barrio faltaban emprendimientos, cooperativas que generaran trabajo. Fui conociendo la economía popular porque los desocupados la crearon para trabajar”.

Aclara que conocía del tema pero recién lo descubrió en el barrio. Asegura que con la crisis del 2001 aumentó el desempleo y eso provocó un accionar. “Muchos trabajadores empezaron a organizarse, reinventaron su trabajo, generaron sus propios ingresos con venta ambulante, ferias, reciclado, cooperativas. A través de los años tuvimos apoyo de los diferentes gobiernos y otras organizaciones pero con la presencia del Papa Francisco, cuando era Jorge Bergoglio, cobró más fuerza porque él visitaba las villas y barrios populares. Como Papa Francisco, en su primer discurso que dio en Roma en 2014, catalogó a los que trabajamos en esta misión como poetas sociales”.

Pedró es secretario de culto de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) a partir de su trabajo de misionero del Papa Francisco. “Nuestra visión es acompañar, a partir de nuestro trabajo pastoral en barrios populares a todas las expresiones de diversas religiones, de los trabajadores de economía popular, pueden ser católicos, evangelistas, musulmanes, de otros credos”.

Recalca que su labor de tanto tiempo, no es un logro  personal. “Me siento contento, con muchos desafíos, tenemos que seguir trabajando con mucha fuerza, nos falta más. Nos encantaría que cada trabajador informal pueda acceder a tener alimentación, un trabajo, ollas populares, todos los derechos”.

SU CARA A CARA CON EL PAPA

En el marco del Encuentro Mundial de San Egidio Pueblos Hermanos y Tierra Futura, realizado en Roma en octubre pasado, Lucas se reunió con el Papa Francisco y conoció a la embajadora argentina ante la Santa Seda, María Fernanda Silva.

“Fue muy lindo, fue una exposición de cada religión, no eran ideas personales ni propias, fueron exposiciones fruto de los debates y reflexiones de los movimientos populares”.  

En cuanto al diálogo que tuvo con el Sumo Pontífice contó que habló sobre la cooperativa que realizan las imágenes del Negro Manuel, legendario cuidador de la Virgen de Luján, patrona de la Argentina y la beata Mamá Antula, primera mujer en tomar hábitos y practicante de los ejercicios espirituales de los Jesuitas.

“Hablamos de las ollas populares y de todos los que trabajan en la cooperativa”, comenta. Agrega que vio a Francisco, “muy bien, alegre, con mucha energía”.

“No le pregunté sobre cuándo vendría al país, nos dio la bendición y agradeció por los regalos. Fue una experiencia increíble, estuve nervioso y emocionado porque para nosotros es importante, con sus discursos, muchos jóvenes recibimos bocanada de oxígeno”, culminó.