Cada vez son más los consumidores que no se conforman con la información de los componentes en una etiqueta, sino que exigen que las empresas en las que deciden gastar su dinero estén comprometidas. Se trata de un compromiso con el cuidado de la salud de las personas, del planeta y de todos quienes trabajan en sus cadenas de suministro.
El interés de las marcas de belleza por un mayor compromiso con la sostenibilidad es evidente. Así, es el ejemplo de la reconocida marca de cosméticos Marie Claire, que como algunas otras, se manifiestan desde sus productos.
Una propuesta desde Argentina es RUH, comprometidos con el ambiente, ofrecen productos con ingredientes naturales y libres de crueldad animal. Otra marca es María Magdalena que ofrece productos de aceites vegetales y esenciales de alta calidad y cuentan con una certificación natural OIA, otorgada por la Organización Internacional Agropecuaria que es una certificadora argentina.
Las propuestas que llaman la atención son aquellas que ofrecen cosmética natural sin químicos. Podemos asegurar que es una contradicción, porque simplemente al tomar un elemento de la naturaleza y mezclarlo con otro se produce un proceso químico. Muchas veces, se recomienda el uso de extractos o aceites naturales puros, pero tienen un efecto superficial sobre la piel. Para obtener los mejores resultados es necesario conocer cuál es la dosis efectiva de cada componente que logra el efecto deseado.
Fuente: Marie Claire