POR ALEXANDRA BARRETO
Desde hace 7 años Noelia González tiene mal de Parkinson, pero ello no ha sido un impedimento para trabajar como diseñadora de indumentaria.
Escuchar la voz de nuestra protagonista, sin duda, es oír a una
motivadora. La vida hizo que se convirtiera en la coach de su propio
destino. Desde pequeña veía a su madre coser en su vieja máquina
Singer y desde ese momento se visualizaba como una gran creadora.
“A los 13, empecé a coser y a los 16 hacía mis vestidos para ir al
boliche”, revela emocionada.
La vida le jugó una mala pasada, problemas de estrés y situaciones no
resueltas de la infancia, la llevaron a padecer de una enfermedad que
produce un trastorno del movimiento. Los síntomas se caracterizan por
sentir temblor en las manos, rigidez en los brazos y lentitud en los
movimientos. No obstante, Noelia, nacida en Granadero Baigorria (a 10 kilómetros al norte de la ciudad de Rosario), confiesa que no
puede permanecer quieta.
Se define como una mujer emprendedora y que gracias al amor de su
esposo, Jorge Martínez, y de su hijo Juan Ignacio, ha podido
seguir adelante. “No dejé de ejercer mi rol de madre y esposa, pero
ellos ayudan en las cosas de la casa”.
¿Cuándo empezó la aventura de crear? “El año pasado durante la primavera, veía que me salían bien las cosas, lo que hacía, gustaba a la gente”.
Fascinada, empezó de cero cuando creyó en sí misma. “El tema de
crear me trasladó a todo el mundo. Soy una mujer feliz, tuve fe y es
muy fuerte lo que digo pero sé que puedo sanarme con esto”, asevera
convencida.
La creadora rosarina cuenta que el mar del Parkinson le provoca
malestar físico: “Al cuerpo lo tengo que dominar, le hablo y puedo
controlarlo”.
Su médico, Mauricio Chamorro, está muy contento con lo que le pasa
y en más de una ocasión reafirma que Noelia es lo que es porque es
una mujer que tiene una voluntad envidiable.
La enfermedad suele quitarle el sueño, pero su pasión no le permite
quejarse. “No puedo dormir y genero ideas, dibujo, surge la creación
en total soledad, si tengo tela empiezo a cortar y nace un vestido”.
Por si fuera poco, la mayor de 7 hermanos tiene un local llamado
Bohemia (inaugurado en 2019), donde vende sus diseños, lencería,
calzado y accesorios femeninos. Su marca está ubicada en Fray Luis
Beltrán, pequeña localidad del departamento de San Lorenzo, a 27 minutos
de Rosario.
Nunca estudió diseño pero admira el arte en todas sus formas. “Es la
manera de expresar mi libertad”, dice emocionada y admite que
su trabajo es como un antídoto para los temblores que siente
periódicamente en el brazo derecho.
Segura de la importancia de la inclusión en el ámbito de la moda, se puso en contacto con Jésica Roa, quien tiene una triple amputación (piernas y brazo derecho) para que fuese la imagen de sus diseños.
Fue a partir de la ayuda pública de Graciela Borges para que la joven consiguiera las baterías para la silla de ruedas a motor.
Noelia se destaca por crear colecciones intervenidas, poniendo énfasis en la técnica patchwork. Pinta a mano, realiza apliques, incorpora grafitis y ejecuta intervenciones que brindan una idea de personalización más urbana. “Soy fan de la moda europea; me enamora el estilo boho chic, que se caracteriza por mezclar objetos étnicos o procedentes de otras culturas”.
Le encanta su relación con las clientas, que le tiren ideas de cómo
quieren los vestidos.
“Creo y estoy convencida que nada es casual en esta vida y que todo lo que nos sucede tiene causa y propósito”, nos cuenta. Y justamente, el propósito
inmediato es de armar un desfile con todas sus creaciones. Estamos seguros que esa voluntad, tan férrea, la llevará a las grandes pasarelas.
