La historia de lucha de la primera mujer trans en doctorarse en una universidad pública de la Argentina

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Hace 24 años, Claudia Vásquez Haro dejó su Perú natal debido a la persecución y violencia que sufría por su identidad de género. Hoy, se convirtió en una referenta del colectivo travesti trans en la Argentina. Se destaca no solo por su activismo sino también logros académicos.

En una entrevista con TN, Claudia compartió su historia de vida, su lucha y sus reflexiones sobre la situación actual de la comunidad LGBTQ+ en nuestro país. Considera que a pesar de los avances todavía “quedan por librar muchas batallas”.

El éxodo forzado y la búsqueda de libertad

Claudia se vio obligada a abandonar Perú a los 26 años como víctima del “sexilio”, un término que combina las palabras “sexo” y “exilio”, debido a la discriminación que sufría y a falta de oportunidades. “El sexilio se da en países donde no existen políticas públicas que protejan nuestras identidades”, explicó Vásquez Haro.

Llegó a la Argentina en los 2000, atraída por las historias que le contaba su hermana mayor, quien había emigrado una década antes. “Me dijo que había una travesti llamada Cris Miró, que era muy famosa y reconocida, que si ella pudo ser libre acá, yo también”, contó.

Mientras comenzaba a desatarse una de las peores crisis políticas y económicas, Claudia encontró en la Argentina un clima más abierto y una oportunidad para estudiar y vivir libremente. “En Perú, me refugiaba en los libros para canalizar mi sexualidad y mi identidad de género de manera clandestina. Acá encontré mi lugar, y pude estudiar, formarme y crecer profesionalmente”, recordó.

Claudia Vásquez Haro en sus comienzos en la carrera de Periodismo. (Foto: gentileza Prensa Otrans)
Claudia Vásquez Haro en sus comienzos en la carrera de Periodismo. (Foto: gentileza Prensa Otrans)

Claudia se inscribió en la Facultad de Periodismo de la Universidad Nacional de La Plata en 2005, donde se convirtió en la primera mujer trans en una universidad pública. Se graduó de licenciada y realizó una tesis doctoral que aborda las prácticas y políticas comunicacionales de feminidades, travestis, trans, migrantes peruanas en La Plata, “las Charapas”.

Según su testimonio, su paso por la universidad fue un antes y un después en su vida, y marcó el inicio de su militancia y activismo. “Implicó una pérdida muy dificil y traumatica, porque tuve que dejar atras mi familia y amigos, conocer otra cultura y empezar una nueva vida. Tuve que hacer propio lo ajeno. Sin embargo, fue una oportunidad para encontrar una vida más segura”.

La lucha por los derechos del colectivo y su condición de migrantes

Vásquez Haro es la presidenta de Otrans Argentina, una ONG fundada en 2012 que lucha por los derechos del colectivo. “Cuando cursaba, pasaba por la zona roja de La Plata y veía las detenciones arbitrarias de mis compañeras. Empecé a organizarme, a caminar las calles, y contarles a ellas que podíamos defendernos y generar mecanismos de resguardo”, explicó sobre los comienzos de la organización.

Hace algunos años, Otrans logró el aval legal a nivel nacional, sumando la personería jurídica, y fue clave en la aprobación de leyes como el cupo laboral travesti trans y el reconocimiento de la identidad de género.

Claudia junto a integrante de Otrans. (Foto: Radio Futura)
Claudia junto a integrante de Otrans. (Foto: Radio Futura)

En 2017, Claudia denunció las detenciones arbitrarias de personas trans en Argentina ante la sede de Ginebra de la ONU, destacando la importancia de las políticas públicas y la implementación de leyes inclusivas. Su activismo la llevó a ser convocada por el Partido Justicialista (PJ) en 2022, donde actualmente ocupa el cargo de consejera.

Claudia reflexionó sobre los avances y retrocesos en términos de derechos para el colectivo travesti trans, que no todo es color de rosas. “Sabemos que, desde el retorno de la democracia, aún sigue la persecución encubierta hacia travestis y trans, y también hacia personas de otros géneros no binarios”, sostuvo.

“Si bien hemos avanzado en términos de leyes y decisiones políticas, pero también enfrentamos muchos retrocesos. Por eso mi militancia, porque es crucial que ocupemos cargos de representación política. Así vamos a lograr generar cambios reales. Todavía nos quedan librar muchas batallas, y una de ellas creo que es la cuestión de la educación”, afirmó.

“Fue volver al túnel del tiempo”: su reencuentro con Perú 18 años después

En 2018, Claudia regresó a Perú por primera vez desde su exilio para participar en un taller sobre políticas públicas y compartir su experiencia en Argentina. “Regresar fue como volver al túnel del tiempo. La discriminación sigue igual”, comentó.

Pero, sin dudas, una de las experiencias más emotivas que vivió en los últimos años al regresar fue el reencuentro con su padre. Inicialmente, él no aceptaba su identidad de género y temía que Claudia se dedicara a la delincuencia, las drogas o la prostitución.

Sin embargo, con el tiempo, lograron reconciliarse. “Conversamos y reconoció su error. Falleció en enero, y por suerte pude reconciliarme con él y abrazarlo. Me dijo que toda su vida estuvo equivocado, pero, al final, entendió que hice una vida distinta a la que él temía”, relató.

Ese abrazo fue crucial para Claudia, ya que siempre contó con el apoyo incondicional de su madre y el resto de sus familiares a la distancia, pero le faltaba la contención de su padre. “Siempre digo que la familia es clave en estos procesos. Ellos fueron un pilar fundamental para mi crecimiento personal”, destacó.

Claudia junto a su mamá, en la actualidad. (Foto: gentileza Prensa Otrans)
Claudia junto a su mamá, en la actualidad. (Foto: gentileza Prensa Otrans)

Al reflexionar sobre su viaje y sus logros, expresó: “Si pudiera hablar con mi yo del pasado, le diría a esa Claudia que tomó la mejor decisión de su vida”. También le diría a las que viven violencia en su país de origen que no hay nada más importante que ser libre. La libertad no solo implica el viaje, sino reconfigurar el lugar donde uno se afinca, donde se construye la patria. No es solo el lugar donde uno ha nacido, sino el lugar donde uno ha soñado vivir. Muchos usan la palabra libertad como un cliché, pero ser libre significa caminar por la calle sin temor a que alguien te agreda, vivir en un país donde tener un trabajo no signifique que la prostitución sea una condena y la única opción para nosotras”.

“La libertad implica pensar no solo en términos individuales, sino en las futuras generaciones de travestis y trans. Es una cuestión de ética, de formar cuadros políticos más jóvenes para que mantengan viva nuestra memoria y para que nuestra historia se conozca y no se pierda. A otros movimientos y organizaciones les digo que somos un colectivo muy joven que ha aprendido muchísimo sobre cómo apoyarnos mutuamente y cómo luchar por vivir en sociedad”, cerró.

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