En la clase intentan hablar del cáncer con naturalidad y recuerdan que se les diagnostica a unos 400.000 menores al año
Cuando a David le diagnosticaron leucemia hace dos años, sus amigos del colegio decidieron cortarse el pelo para apoyarle en su enfermedad. Pasó el tiempo y los tratamientos y ya no son “el grupo de los calvos” como se hacían llamar. David, de 11 años, ya se curó y volvió a clase.
“Estoy feliz, porque ya de todo lo malo salir es mucha felicidad, es fundamental el apoyo y ellos me ayudaron a afrontarlo”, dijo David. Y es que la historia de los compañeros de clase de David es una historia de amistad, y ellos mismos reconocen que “lo volverían a hacer” porque es su manera de ayudar a su amigo. “A lo mejor nosotros no podíamos curarlo, pero sí podíamos ayudar a superarlo“, aseguran.
David es un niño de 11 años que tiene cáncer. Le costaba hacerse a la idea de que se iba a quedar sin pelo con el tratamiento pero sus amigos del colegio encontraron la forma de apoyarle en esta etapa de curación.
Hablar con naturalidad del cáncer
En la clase intentan hablar el cáncer con naturalidad. Cada año, recuerda la profesora, a unos 400.000 menores de 19 años les diagnostican esta enfermedad, curable en el 80 % de los casos en los países desarrollados.
Los compañeros de David dicen de él que es un ejemplo y que con su enfermedad han aprendido a valorar lo importante. “Han sido dos años seguramente muy duros para él, pero con la ayuda de las tecnologías se ha podido”.