Jorge Casaretto: “En esta Navidad un lindo propósito sería que las familias se junten”

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POR SEBASTIÁN SAAVEDRA

Jorge Casaretto es un sacerdote católico argentino. Fue obispo de la diócesis de Rafaela, y segundo obispo de la diócesis de San Isidro, cargo en el que se desempeñó durante 27 años. En junio de 2012 fue designado Administrador Apostólico de la Diócesis de Merlo-Moreno hasta mayo de 2013 cuando fue designado como obispo de la diócesis a Fernando Carlos Maletti. Con motivo del Día Internacional de la Solidaridad Humana, y la víspera de la Navidad, charlamos con él sobre la religiosidad y la importancia de la fraternidad.

– Hace unos días pasó el Día Internacional de la Solidaridad Humana, ¿qué opinión le merece?
La solidaridad es algo fundamental en la vida de toda persona, y mucho más en los grupos humanos y sociedades. Juan Pablo II tiene una definición que me parece oportuna y clara que dice: “El empeño firme y sostenido por el bien común, es lo que entendemos por solidaridad”. El objetivo es que el bien común crezca, que pasemos de la visión individualista a tener en cuenta los prójimos. Y no solamente los prójimos integrados a una contexto barrial, familiar, laboral, sino lo que incluye el país donde uno vive. Hay que superar los bienes individuales y a veces implica renunciar a ellos para que poder crecer humanamente como grupo. Esta definición creo que clarifica lo que se debería reflexionar en este día.

– A un día de la Noche Buena ¿qué deberíamos saber?
Cristianamente hablando es una de las dos fiestas más importantes junto con las Pascuas. En Navidad los cristianos rememoramos la encarnación del hijo de Dios, ese Jesús que nace de la Virgen María por acción del espíritu santo, es el Dios que se encarna para llegar con un mensaje a la humanidad, y que ésta pueda entender la vida del Dios divino a través de gestos humanos. Es la clave de la vida cristiana, en la cual se conmemora le muerte y resurrección de Cristo, no estamos solamente llamados a una vida en la Tierra, sino en la eternidad.

-¿Qué es puntualmente lo que recordamos, y debemos tener bien presente en esta fecha?
Tenemos que tener presente lo que Dios hizo por nosotros, que se puede explicar con un solo término que es el amor. Y en el caso de Dios se refiere al amor infinito, porque Dios es omnipotente. Quiso manifestar de modo humano el amor que tiene por nosotros, e incluso implicó dar la vida por quienes la aman. El amor que nosotros damos es siempre por los que amamos. Por eso creo que debemos vivir con más fuerza este tiempo navideño con los distintos modos de amor que tenemos. Y no solamente me refiero a los familiares, sino a los que menos tienen. Las obras de caridad tienen en este tiempo que estar presentes en nosotros, llegar de algún modo a los pobres, ya sea una acción económica, o gestos por el bien común de los que menos tienen.

-¿Cómo ve en este momento la religiosidad del país y en el resto del mundo?
En el orden de la religiosidad no podría afirmar una visión estadística. Sí tengo claro que después de la pandemia hemos tenido una vuelta a la normalidad disminuída, podría decir que está en un 60% de lo que era antes. Ojo, si bien esto es una manera de apreciarlo, no es definitivo. En America Latina hay una gran devoción a la Virgen María; son distintos tipo de devociones que manifiesta la religiosidad del pueblo sencillo. El continente americano es muy visitado y honrado por la Virgen María. María no es Dios, pero mucha gente se acerca a Dios mediante la Virgen.

-¿Cómo podemos darle religiosidad a la Navidad, un encuentro que en nuestros días está tan vinculado al negocio y el comercio?
La Navidad y las fiestas están muy unidas a lo comercial, al orden del consumo, y eso uno de los aspectos que nunca vamos a eliminar porque está en el orden humano la celebración. De hecho, Jesús antes de terminar su vida tuvo la cena pascual, y en esa cena se vivía un acontecimiento fundamental para el pueblo judio. Nunca vamos a terminar de disociar la dimensión afectiva del encuentro y la vida religiosa. De hecho, es un elemento el cual podemos aprovechar darle un contenido religioso espiritual, pero nunca ver con malos ojos que la gente celebre unida a la familia. Es bueno que la familia siempre se junte.

-¿Algo que quiera agregar?
Agradezco la posibilidad de unirme a todos por este encuentro. Me gustaría que consideren todos los lectores el hecho de dialogar, lo cual nos encontrará más cerca de cerrar grietas. Las grietas tienen dos soluciones: una es la solución efectiva del encuentro, el diálogo, y el acuerdo. La otra situación es la violenta, de la cual tenemos que huir. Sería un lindo propósito que las familias se encuentren con la búsqueda de romper esas grietas. Que Dios los bendiga.

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