Fue el primer artista con discapacidad que se subió al escenario del Frank Romero Day. Su historia.
La Fiesta de la Vendimia en Mendoza cuenta con orgullo la historia de uno de sus artistas, Germán José Quintana Avalis, el primer bailarín con discapacidad que se subió al escenario del Frank Romero Day.
En 2003, con 20 años, realizó su primer casting para formar parte de la Fiesta Nacional de la Vendimia. El jurado ponderó su destreza en las danzas folclóricas y fue así que se integró a la puesta en escena de Hileras del corazón. Germán tiene síndrome de Down y este año celebra dos décadas actuando en uno de los eventos más importantes de Mendoza
“Soy un artista, mendocino y cuyano. Me gusta bailar, pintar cuadros, soy músico, toco la flauta y el piano”, señala en un artículo publicado por el gobierno mendocino.
En esta temporada además de ser parte de los festejos en la ciudad de Las Heras, también actuará en Juglares de Vendimia, un canto a la naturaleza, bajo la dirección general de Franco Agüero, los días 4, 5 y 6 de marzo.
Desde hace dos décadas integra numerosos cuerpos de baile en distintos ballets provinciales como “Huellas Gauchas”, el “Ballet Folclórico de la Ciudad de Mendoza” y el “Ballet Aluminé”, entre otros.
Participa en danzas como el gato, la cueca, la chacarera o el malambo, conquistando con sus pasos numerosos escenarios.
“Cuando nace una persona con discapacidad, en este caso con síndrome de Down, a los padres se nos presenta un desafío y, en mi caso, desde el momento en que nació me propuse darle las mejores posibilidades de desarrollarse. Entonces, cuando surgió la oportunidad para que empezara a bailar, lo acompañamos y viéndolo, sin saber yo de folclore, noté algo particular que sobresalía de él. Cómo se integraba al grupo y su habilidad para seguir las pautas coreográficas, tanto en ballets de personas con o sin discapacidad, y su interés por absorber las distintas enseñanzas que le imparten y la felicidad que le produce”, explicó su papá Guillermo.
El 2003 cambió muchas cosas tanto para Germán, como para su familia y todo el festival. Ese año fue su primera Vendimia y desenvolverse con tanta soltura sobre el escenario llamó la atención y abrió la cabeza de todos los presentes.
“Significó para nosotros una felicidad enorme y ver que socialmente tu hijo es aceptado y tiene la oportunidad que él mismo se ganó. Su mamá y yo solo hemos sido herramientas, pero lo que vale es su determinación. Esto es un orgullo muy grande porque trasciende lo que uno pudo enseñarle día a día”, reflexionó su papá.
En 2008 recibió el premio David Blanco por la Asociación Argentina de Actores, como personalidad destacada por su trayectoria en las fiestas vendimiales.
FUENTE: DIVERSIDAD