Gabriel Figueroa es estudiante de la UNC del profesorado de música, y desde hace unos 10 años violinista. Casi todos los días de la semana, por la mañana, se lo puede escuchar en la peatonal de la Ciudad de Córdoba, tocando canciones de folclore, rock y cuarteto, en las esquinas de Dean Funes y Rivera Indarte.
Viene de familia de músicos, y contó a Diversidad que desde que su papá le regaló un violín jamás lo abandonó. Si bien su formación fue más autodidacta al principio, hoy toma clases particulares para perfeccionar la técnica y mejorar su interpretación.
Gabriel es oriundo de Santiago Temple y desde hace cinco años está instalado en la ciudad, en parte por su educación y también para realizar rehabilitación. Es usuario de silla de ruedas porque en 2015 tuvo un accidente en moto y como consecuencia de ello se fracturó la columna.
Irónicamente había comenzado a tocar el violín un tiempo antes de ese acontecimiento y fue este instrumento el que lo acompañó en toda su recuperación y el tiempo que estuvo internado.
“Estuve un año acostado y lo único que podía hacer era mover las manos, así que fue ése, el tiempo que más practiqué y le dediqué”, reveló.
La música para él es un arte, su cable a tierra, su terapia, su trabajo y también la manera en que conecta con la gente.
Gabriel Figueroa toca en la esquina de Rivera Indarte y Deán Funes (Foto: Canqui Smith)
¿Por qué tocar en la peatonal? Para Gabriel el escenario callejero combina un combo perfecto para su rutina actual.
“Se adapta a mis horarios y contactas mucho con la gente, es muy lindo y todos los días recibo mensajes de apoyo y de aliento, de bendiciones, y me sale más trabajo”, valora.
Además asegura que en la peatonal, “nadie juzga”. “Es libre y nadie se va a fijar si te equivocaste”, agregó.
Todos los días se encuentra con gente que en su vorágine diaria se frena para escucharlo, les ofrece calma y algunos se ponen a bailar. Todos disfrutan de la música que les regala, poniendo una pausa a sus rutinas, acercando un poquito de su arte.
Fuente: Diversidad
