POR SEBASTIÁN SAAVEDRA
El Día Internacional del Orgullo, también conocido como Día Internacional del Orgullo LGBT y otras variantes de la sigla, es un día que se celebra mundialmente cada 28 de junio en conmemoración de los disturbios de Stonewall de 1969, para reafirmar el sentimiento de orgullo sobre las orientaciones sexuales e identidades de género tradicionalmente marginadas y reprimidas, y para visibilizar su presencia en la sociedad y sus reclamos.
En este día especial, hablamos con Fernanda “Teté” Urquiza, coordinadora de Diversidad de la Dirección de Diversidad y Género de Mendoza.
-¿Querés contarnos un poco de tu historia?
No ha sido fácil la vida de ninguna persona del colectivo. Vengo de un pueblo pequeño en La Dormida, Santa Rosa, donde empecé a sentirme mujer, y la verdad que por solamente sentirme mujer en un cuerpo equivocado sufrí todo tipo de violencias: física, verbal, sexual, psicológica, y todo tipo de violencia que se puedan llegar a imaginar. Jamás bajé los brazos. Terminé la secundaria, hice el bolsito, y me fui a vivir a Rivadavia, donde lamentablemente tuve que ejercer la prostitución porque no tenía otra opción. En el 2010 comenzó a cambiar mi vida cuando trabajé, hasta el 2012, en una radio. Ese año me llamaron del Municipio de Rivadavia donde me ofrecieron un trabajo para formar parte del programa de diversidad. Al fin comencé a trabajar de modo formal, y ya con el cambio registral hecho cuando accedí a ese derecho adquirido y plasmado en un DNI que coincide con lo que sentía.
Allí empecé a trabajar con mucho esfuerzo, éxito y ganas de progresar. Eso dio sus frutos cuando en 2015 ganó las elecciones Alfredo Cornejo y me llamaron para conformar el Gabinete de la coordinación de Diversidad Sexual, un desafío grande que hasta la actualidad lo llevo con muchos derechos garantizados para poder ejercerlo en total plenitud.
-¿Cuál es el valor de tener un día donde poder hacer base en todo lo que le se avanzó en este tiempo?
Es importante que recordemos este día como un día para reflexionar, visibilizar, pero por sobre todo para seguir dando lucha a los derechos que el Estado nos ha quitado durante tantos años. Mendoza tuvo un antes y un después en materia de diversidad sexual por el hecho de que nunca en la historia de los gobiernos de la provincia una persona trans había estado a cargo en el tema de diversidad. Es clave garantizar los derechos vulnerados en cualquiera de sus magnitudes, y poder tener a alguien que los represente. Todo esto no se puede hacer sin la voluntad o reflexión política de quienes elegimos para que nos gobiernen.
-¿Qué obligaciones y satisfacciones tiene ser la coordinadora de Diversidad de la Dirección de Diversidad y Género de Mendoza ?
Tengo el desafío día a día de poder visibilizar dentro del mismo Estado lo que hemos vivido o lo que hemos hecho, para que las generaciones venideras no tengan que pasar por lo mismo; y me refiero a discriminación tanto del Estado como de la sociedad en general. Esa es mi obligación.
Las satisfacciones se dan cuando veo que seguimos avanzando en hechos concretos, acciones y ejecuciones, que van saliendo en educación, protocolos de seguridad, programas económicos y educacionales. Son herramientas que brindamos a personas del colectivo del cual formo parte para que puedan estar dentro del sistema como cualquier otra persona.
-Al día de hoy, ¿sigue existiendo la discriminación para con vos a pesar del rol que tenés?
Existe y seguirá existiendo. Me gustaría que no fuera por mucho tiempo más, pero parece imposible pedirle peras al olmo. Es verdad que la sociedad argentina maduró mucho al respecto, pero no se deja de discriminar o levantar el dedo cuando tienen la posibilidad de hacerlo. Lamentablemente, así nos han criado, y por eso creo que este es un momento bisagra al respecto por la generación venidera con nuevas ideas, y lo que ya tenemos instalado de nuestra formación.
-¿Qué nos falta aprender como sociedad?
Nos falta aprender a ser más tolerantes, y cuando aprendamos eso no nos va a importar realmente lo que hace el de al lado. La tolerancia acompañada del respeto hace que seamos un poquito mejores personas. No me interesa saber con quién o quiénes te acostás, sino que interesa muchísimo más que clase de personas sos, y de qué modo podés colabrar con la sociedad.
-¿Cuál es el próximo paso a dar?
El próximo paso a dar tiene que ver con la parte laboral de las personas trans. La ley de cupo es un paliativo, pero no soluciona el problema: no me sirve un cupo cuando no tengo las herramientas necesarias para poder acceder. La base está en apuntar de lleno a la educación y garantizar una formación de calidad para todos y todas. Ahí nos vamos a poder incluir en cualquier trabajo sin distinción de sexo o género.
-¿Querés dejarnos alguna reflexión?
La reflexión que quiero dejar es que podemos estar de acuerdo o no en un montón de cosas, pero lo que no podemos es invisibilizar los marcos formativos vigentes a los cuales todos y todas debemos respetar y cumplir. Entiendo que la sociedad está cada vez más avanzada, y a veces a pasos agigantados, y también entiendo que para cierta parte de la población es difícil poder asimilarlo. Pero tenemos que ser respetuosos, tolerantes, y amigables, y sumarnos a la lucha, porque no se sabe el día de mañana a quién podamos necesitar para que nos de una mano.