Cuando su mujer se curó de leucemia, Henrique Baptista hizo la promesa de ser donante para salvarle la vida a otra persona. Por esta razón, Gabriel Comes recibió el trasplante. Ambos se consideran hermanos de sangre, siguen en contacto y desean volver a encontrarse.
En 2017 Gabriel Comes fue diagnosticado con leucemia en la ciudad de Córdoba y tras un intenso tratamiento de quimioterapias, en la última sesión, el Incucai le notificó que había aparecido un donante de médula para curar su enfermedad. Del otro lado estaba la voluntad de Henrique Baptista, un venezolano radicado en Miami que por amor había prometido salvarle la vida a una persona, como alguien ya se la había salvado a su esposa.
“Para mí es como una relación de hermanos porque llevo la sangre de él y va a estar conmigo siempre, toda la vida”, explica Gabriel rodeado de sus dos hijos. A miles de kilómetros, Henrique coincide con él: “Gabriel es mi hermano. Gracias al milagro de la ciencia y de la tecnología, prácticamente somos familia”.
Cuando Henrique se casó con Alejandra, le hizo una promesa. “El día que nos casamos le dije que yo le quería devolver el favor que alguien nos hizo al darle la vida a ella”, contó a TN. Así explicó por qué decidió ser donante voluntario de médula y registrarse en una base de datos internacional con la cual se conecta el Incucai. Es que cuando tenía 19 años, su esposa, al igual que Gabriel, fue diagnosticada con leucemia y recibió un trasplante de médula a través de un cordón umbilical. “Es una de las mejores cosas que una persona puede hacer por otra y creo que se necesita”, sintetiza Quique, como pide ser llamado, desde Miami.
“Tenía el deseo de que me llamen, de por favor encontrar una médula porque los médicos me habían dicho que estaba en mi última quimioterapia debido a que mi cuerpo estaba muy cansado”, recuerda Gabriel sobre el día que recibió el llamado donde le anunciaban que había aparecido un donante. “Creo que le pasé el teléfono a mi viejo porque no podía hablar de la emoción”, recuerda.
“Henrique supo que había compatibilidad y en cuestión de horas, vuelo mediante, se llevó a cabo el trasplante en Córdoba”, explica el cordobés.
A partir de aquel día de 2018, comenzó a crecer el deseo de ambos, de verse las caras y conocerse. Ese sueño se concretó en 2021 en la ciudad de Buenos Aires. “Nos fundimos en un abrazo increíble y lloramos los dos”, recuerda “patente” Gabriel del momento en que se le apareció a Henrique disfrazado de mozo en un bar.
Lo que más impresionó a Henrique de su gesto es la capacidad de multiplicar felicidad. “Le estás donando a una persona a la que le estás dando una oportunidad de vida, pero adicionalmente le estás dando la vida a toda la familia que está alrededor de él”, indica el venezolano que aceptó el deseo de Gabriel de conocerse y modificó un viaje a Europa para volar a Buenos Aires y reunir, además, a su esposa con la familia del cordobés.
Antes de aquel encuentro, Gabriel tuvo un mes en su poder el contacto telefónico de su donante, pero no se animaba a llamarlo hasta un día en el que estaba rodeado de familiares y envió un mensaje de WhatsApp. Del otro lado, Henrique le propuso una videollamada y fue allí donde, además de conocerse, donante y trasplantado, Henrique le contó a Alejandra, su esposa, que había devuelto el favor, el de dar vida, y que Gabriel tenía ahora su sangre.
“Cuando recibí el diagnóstico se me vino el mundo abajo, pero aprendí muchísimo de todo lo que me tocó vivir”, cuenta el cordoobés. Del otro lado, el venezolano que atesora entre sus cosas una camiseta de Belgrano, el Club cordobés del cual es hincha Gabriel, recuerda lo importante que es inscribirse como donante de médula.“Uno no sabe cuándo va a poder necesitar un familiar de uno, o uno mismo y el proceso es sumamente sencillo, pero el retorno por el sacrificio, que no es mucho, es infinito. Quisiera dar una recomendación a quienes lean esta nota y es que se registren, porque esto no tiene precio”.
El Registro Nacional de Donantes de Células Progenitoras Hematopoyéticas (CPH) del INCUCAI cumple en abril veinte años. Se trata del Registro de Donantes de Médula Ósea y los responsables de contactarse con los registros de todo el mundo, para que quienes no tengan a un donante compatible en su grupo familiar, tengan posibilidades en otras personas del país o del mundo.
Sólo tres de cuatro casos son compatibles entre familiares. La inscripción como donante de médula ósea se lleva a cabo a través de la donación de sangre en alguno de los centros de donación habilitados en los Servicios de Hemoterapia de los Hospitales y Bancos de Sangre de todo el país y de la solicitud de ser añadido al registro. Luego, una pequeña muestra se enviará para analizar el código genético y asentarlo tanto en el Registro Nacional como en la Asociación Mundial de Donantes de Médula Ósea
FUENTE TN