Sandra Doratto es una mamá platense que, en el contexto de la pandemia, diseñó un triciclo para pasear con su hija, quien tiene una discapacidad compleja. Lleva consigo una frase: “Las únicas cadenas que te darán libertad… son las de tu bici”.
“Llegó el 2020 y con él la pandemia que nos atravesó a todos. Algunos corrimos con desventaja, porque cuando te dicen que el mundo se volvió una amenaza y que no podés salir a la calle con tu hija con discapacidad, encerradas 24 horas, sin escuelas, sin terapias… o nos disfrazábamos de algo o todos los esfuerzos de años de terapias corrían riesgo de caer en picada. Yo salí en bici…”.
Así comienza el relato conmovedor en Instagram de Sandra Doratto, la mamá de Maia. Allí cuenta lo que fueron estos dos años, en los que tuvo que sobrellevar los momentos de incertidumbre que nos dejó la Covid-19. Pero ante esa inseguridad ella optó por buscar opciones para que su hija de 13 años, con parálisis cerebral a modo de cuadriparesia atáxica y autismo, pudiera salir de su casa.
¿Qué es trike tándem?
“Es el nombre que le asignamos al triciclo que diseñé y que luego hice construir para poder pedalear juntas con mi hija. Trike por sus tres ruedas, que, en el caso de nuestro triciclo, es doble rueda en el eje delantero y una rueda trasera. Tándem porque tiene doble sistema de pedalier para que pedaleen dos personas”, cuenta.
“La idea arrancó cuando un hijo viene en camino uno suele pensar en cómo serán muchas cosas con esa nueva personita en casa. Me veía pedaleando con ella en su bici y yo en la mía. Cuando Mai nació las cosas fueron tomando otro rumbo, luego fueron apareciendo las secuelas de aquellos eventos que sufrió al nacer, y al año y medio aparecieron las conductas del autismo. La única habilidad motriz de Mai es deambular y con ciertas limitaciones. Después de varios intentos de que Mai pedalee, en sus primeros años de vida, me di cuenta de que le resultaba de difícil a imposible, además de frustrante. La acción de pedalear, que vemos como algo simple, involucra una serie de movimientos coordinados para lograr su fin. Así que esa idea se fue desintegrando“.
El año 2020 y la pandemia nos pusieron en prueba extrema… quedarte encerrada en casa con una nena con discapacidad que se encuentra, de la noche a la mañana, sin sus terapias y sin escuela no es nada sencillo. Ellos, los niños con TEA, se aferran mucho a sus rutinas y les cuesta entender las modificaciones. Además, necesitan de un nivel de actividad diario para llegar cansados a la noche y poder dormir. Necesitaba darle una solución inmediata a esto o mi hija corría riesgo de involucionar.
¿Cómo logró construir el triciclo para que puedan ir las dos?
Lo miraba a Juan de la ONG “Empujando límites” y a Santi, que es su hijo con autismo. Pero ese tándem que ellos utilizan, el que podíamos llegar a conseguir en el mercado, no me servía para pedalear con mi hija. Entonces empecé a dibujar la bici como yo la imaginaba para que sí funcionara y para que Mai fuera cómoda, segura, pero que no solo paseara sino que también pedaleara. Luego empecé a buscar a alguien que se animara a armarla. Después de consultar por varios lados terminé dando con Alejandro, un chico de Corrientes que construye bicicletas recumbentes. Asumió que era un desafío y algo muy diferente a lo que acostumbraba trabajar pero se copó con el proyecto y en dos meses armó el trike tándem.
Debemos tener presente que la mayoría de los límites están en nuestra cabeza. Si logramos romper esa idea de que algo es inalcanzable, de todos los “no podrá” que nos implantan en la cabeza respecto de nuestros hijos y sus diagnósticos, podremos lograr cosas increíbles. Esto es así para cualquier persona y para cualquier situación en la vida.