Francisco Oliveira, es un peluquero de 30 años que comenzó un conmovedor proyecto con el cual le devuelve la sonrisa y fortalece la autoestima a niños que perdieron el cabello.
Oliveira tiene una barbería en el interior de Sao Paulo, en Brasil y en sus cuentas de Instagram comparte videos donde se observa la reacción de los niños al cambiar totalmente de look, y pasar a lucir modernos cortes de cabello.
El proyecto se llama Joao Taboao, en honor al primero de sus clientes, un niño al que se le quemó parte del cuerpo en un incendio cuando tenía dos años y medio. El fuego comenzó con una vela y en el accidente murieron dos hermanas de Joao, mientras que tras varios días en coma y 18 cirugías logró salir adelante. La prótesis capilar significó un gran desafío para Oliveira, pero logró sacar una sonrisa al niño. Desafortunadamente la piel de Joao no se adaptó a la prótesis y tuvo que dejar de usarla, pero esto abrió las puertas para que otros niños conocieran la barbería.
La difusión de este primer video desató cientos de consultas de otras madres con pequeños en situaciones similares, lo que motivó a Francisco a lanzar un proyecto benéfico para atender específicamente a niños que hayan sufrido accidentes, quemaduras y tengan alopecia o atraviesen situaciones que les provoquen la caída del cabello.
Hasta la fecha han ayudado a 23 niños y gracias a una campaña de crowdfunding los pequeños llegaron desde todas partes de Brasil. Julio, es uno de los niños que protagoniza sus videos y que se viralizó por la reacción de su rostro al ver cómo quedaban las prótesis.
Las prótesis capilares están hechas de un tipo de silicona extremadamente fina con cabello natural insertados en la base y luego se colocan con cinta adhesiva de doble cara para fijar la prótesis al cuero cabelludo.
Después de unos 15 días la adherencia de la cinta comienza a disminuir y el cliente debe regresar a la peluquería para limpiarla y colocar nuevo adhesivo. En caso de que vivan lejos, Francisco les enseña a los niños y a las madres a realizar el mantenimiento en sus casas.
“Servir a estos niños se ha convertido en una misión para nosotros y nos dimos cuenta de que podemos marcar una diferencia en sus vidas. Es una forma de devolverles la bendición que tuvimos en nuestra empresa. Estamos agradecidos por esta oportunidad de ayudar a otros. Hoy podemos atender a más niños y el proyecto es gratuito para ellos. Incluso los niños de otros estados pueden recibir ayuda para el pasaje aéreo y otros gastos”, contó Francisco a la BBC.
