Uno de los empleados perdió el cabello por la quimioterapia. Sus compañeros decidieron acompañarlo para que no se sintiera solo.
Cuando el ambiente de trabajo es bueno y hay sinergia entre los trabajadores, las iniciativas surgen espontáneamente y son de puro corazón. En una fábrica de Rosario se escribe una historia de compañerismo, empatía y solidaridad. Los trabajadores de ese lugar comparten largas jornadas laborales y se convirtieron en familia. Por eso, cuando uno de ellos, el más joven de los 20, se enfermó de cáncer tuvieron un gesto que emociona. El mensaje que quisieron dejarle es que “no está solo”.
Por la quimioterapia, Rodrigo perdió el pelo. Entonces todos decidieron cortarse el pelo para quedar como él. Hernán es el dueño de esta empresa de carrocerías y remolques: “Iba a ser algo íntimo, que hicimos entre nosotros. Sin embargo, ahora que el episodio se amplificó y son muchos los emocionados con el fuerte lazo entre compañeros, deseo que otras empresas se sumen y hagan algo por el estilo. Se empezó a hacer las quimios más fuertes y no quiso venir porque le daba vergüenza”, recordó. Y agregó: “Al otro día cuando llegué, hablé con los chicos y se prendieron casi todos. Nos empezamos a pelar todos juntos, para que sepa que estamos con él en esto y en todos los sentidos”.
Lo cierto es que Rodrigo siempre supo que no estaba solo, que más allá de su familia, tenía a sus compañeros de trabajo que lo acompañaban. Y este gesto refuerza aún más la unión que hay entre ellos. Hernán dijo además que siente admiración por Rodrigo, por la lucha que le está dando a la enfermedad. Y aclaró que tiene permiso para irse del trabajo si se siente mal. Pero aclaró: “Siempre se quiere quedar. Todos lo apoyamos. Cuando está mal, cuando está bien. Este equipo de 20 personas es una familia”.
