POR SEBASTIÁN SAAVEDRA
El pasado 6 de junio se celebró el Día Mundial de los Pacientes Trasplantados, una fecha promovida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Nacional de Trasplantes (ONT).
Allá por el año 1954 comenzaba esta historia de “segunda oportunidad de vida” cuando un riñón fue el primer órgano humano en ser transplantado con éxito.
Los trasplantes de hígado, corazón y páncreas se realizaron con buen resultado a fines de la década del ’60, mientras que los procedimientos de trasplante de pulmón y órgano intestinal comenzaron en los ’80.
Daniela Romero tenía casi 3 años y tuvo un virus que le atacó directo al corazón, y estuvo más de 1 mes en coma farmacológico. Ella y su familia recibieron un regalo increíble, es que no solamente hubo lugar a la donación, sino que la mamá de Catalina, la nena que le donó su corazón le escribió una carta: “El corazoncito de nuestra hija está latiendo ahora en el de la tuya”, decía. Hoy Daniela disfruta su “segunda vida”, y charlo con nosotros.
-¿Cómo es depender de un tercero o tercera para tener una segunda oportunidad de vida?
Era muy chica cuando me tocó integrar la lista de espera de Incucai, pero siempre cuentan mis padres que esa espera fue muy angustiante. No hay fecha, hora, nada, sólo te queda esperar. Y en mi caso que necesitaba de un donante cadavérico, eran sentimientos muy encontrados, depender de la pérdida de otra persona para la salvar la mía. Con el tiempo fuimos entendiendo y aprendiendo que a cualquiera nos puede suceder algo irreversible y es ahí donde tenemos que estar preparados e informados para decidir donar vida, para quien todavía tenga la posibilidad de salvar la suya gracias a otro, pueda hacerlo.
-¿Querés contarnos tu experiencia personal?
En febrero del 2006, con 2 años y 10 meses, luego de varios días de malestares y estudios me diagnostican una miocardiopatía dilatada. Estuve con tratamiento ambulatorio y apenas a los 2 meses me descompensé, me internaron en terapia intensiva de Fundación Favaloro y quedé en coma farmacológico por 35 días. Inmediatamente entré en lista de espera de Incucai hasta el 5 de mayo que llegó un órgano compatible y pudieron transplantarme.
-La logística del transplante, ¿es complicada en Argentina?
La logística no es complicada, a veces resulta complicada por la operativa. Sí hay faltantes de procuradores en hospitales, medios de traslado de los órganos, como sabemos que más de una de vez sucedió, surgen las complicaciones incluso ya estando el donante y el órgano.
-¿En algún momento pensaste que no se iba a dar?
Tal vez era muy chica como para pensar eso, y tampoco hubiese tenido noción del tiempo por mi estado de coma inducido. Pero para la familia, por momentos cuando se hace tan larga la espera, la esperanza decae, hasta que volvían a aferrarse a la fe.
-Siendo algo tan simple de realizar, ¿por qué crees que tanta gente sigue negada a donar sus órganos?
Por suerte hoy en día hay mucha más difusión por distintos medios sobre donación de órganos, sangre y médula, pero aún así no es suficiente. La gente está muy desinformada o con información errónea y eso le genera temor. Sería buenísimo otro tipo de difusión, o ampliación de la información correcta. Los órganos nunca van al cielo, cuesta mucho y aún peor cuando hay que tomar la decisión sin tener la información necesaria, pero asesorándose, buscando información en redes se puede tomar una decisión, y si esa decisión es afirmativa están dejando un legado de vida enorme.
