Pablo Perillo tiene 54 años, nació en el barrio de La Boca y también es actor. Aprendió el oficio en teatros independientes pero su increíble parecido con una figura de Hollywood lo llevó a codearse con estrellas de la industria del cine. Historia de azar, progreso y agradecimiento del hombre más parecido a Bruce Willis en todo el mundo
Son casi las siete de la mañana y todavía faltan más de cuatro horas para tomar el avión con destino a Panamá. Aunque lo recomendado es llegar tres horas antes al aeropuerto, él sabe que entre las fotos y los videos que le van a pedir no va a tener tiempo de sobra.
Ni bien baja del taxi que lo llevó a Ezeiza, varias personas sacan sus celulares y lo empiezan a filmar. Una pareja se le acerca y le pregunta en inglés si se pueden sacar una selfie, mientras otros le gritan desde lejos: “Grande Bruce”. Una señora va corriendo y le pide un saludo para su marido que es fanático de sus películas. La gente se va amontonando y todavía no pudo hacer el check in. Lo que parecía ser una tarea sencilla, ahora se convirtió en una misión digna de John McClane: subirse a horario a su vuelo de trabajo.
Podría ser una escena cualquiera de un día cualquiera de cualquier estrella de Hollywood. Pero así es la vida de Pablo Perillo, un actor que además de tener 54 años y ser argentino es idéntico a Bruce Willis: la forma de su cabeza, la pelada, la barba con canas, la contextura física, el grosor de sus músculos, la postura, la mirada, las manos, todo da la sensación de que fue moldeado a imagen y semejanza del protagonista de Sexto Sentido.
Los más escépticos dirían que por su cuerpo pasó la mano de algún cirujano pero no. Pablo remarca que su parecido es 100% natural. “La gente me decía que tenía los mismos gestos y me vestía igual cuando ni sabía quién era Bruce Willis. Nunca quise imitar a nadie, ni transformarme en otra persona”, dijo.
No le genera tedio ni molesta. Por el contrario, exprime al máximo la confusión de la gente. Al punto que su parecido físico con el célebre actor, le permitió viajar por el mundo, dormir en los mejores hoteles, rodearse de famosos y tener una extensa lista de anécdotas. “Al principio no quería saber nada, cuando empezás con tu carrera vos querés hacer la tuya y se te hace muy difícil decir que tenés que hacer de otra persona. Pero en este caso se dio una circunstancia donde me parezco a alguien sin darme cuenta”, contó el hombre oriundo de La Boca.
A principios del 2000, cuando trabajaba en funciones de teatro under al aire libre y los comentarios sobre su físico eran cada vez más recurrentes, Pablo se inscribió en un concurso organizado por TNT donde buscaba personas parecidas a estrellas de Hollywood. El premio era un viaje a Los Ángeles y la invitación a la entrega de los SAG Awards, una de los eventos más importantes de la industria del cine mundial. Entre un gran número de participantes, el argentino fue el ganador.
“Fue todo una locura, una limusina me llevó hasta la alfombra roja, entré al lugar como si fuera Bruce. Todos me gritaban y me sacaban fotos”. Aunque trató de hacerlo con extrema cautela y perfil bajo, aprovechó que el verdadero Bruce Willis no iba a estar presente en los premios y jugó a ser él por una noche. “Estaban todos, desde Denzel Washington hasta Halle Bery. Cuando vi a Sting lo abracé y le dije ‘I love you’ (te amo) y me contestó ‘i love you too’ (yo también te amo). Después me saludó Kiefer Sutherland pero con cara rara. Y la mejor de todas fue cuando me crucé a Rob Lowe en el baño. Ahí no pude contener mi argentinidad y le grité ‘¿Qué hacés Rob Lowe?’. Él se rió y nos sacamos una foto”, recordó.
Al margen de las risas y los recuerdos, esa noche fue la que terminó de abrirle las puertas para vivir de la actuación pero como doble. “Me empezaron a buscar marcas importantes para hacer comerciales, viajé, me fui muchos años a trabajar a Panamá, ahí me surgieron más posibilidades de laburo respecto a su imagen”.
Por más que en todos las grabaciones interpretaba a personas que parecían ser Bruce Willis, hasta ese momento ningún trabajo estuvo relacionado de forma directa con el actor de Armageddon. Hasta que en 2017 le llegó la gran oportunidad: “Desde su productora me contactaron y viajé a Budapest porque él es la imagen de una bebida muy importante en Hungría. En ese momento Bruce estaba con mucho trabajo y me mandaron a mí para hacer el marketing de la marca. Me presentaron como si fuese Bruce Willis y estaba hospedado en un hotel muy importante, el cual daba la casualidad que también estaba hospedado Arnold Schwarzenegger porque fue a grabar Terminator. Todo el mundo estaba en la puerta buscándolo a él y bueno a mí”.
Cuando le preguntan si alguna vez saltó de un edificio a otro o si grabó alguna escena prendido fuego, Pablo aclara directamente que su trabajo no es de riesgo. Él se define como un doble personal, donde su función es confundir por su parecido físico. Aunque la similitud de los rasgos asombra, cabe destacar que el argentino es trece años menor que el actor nacido en Alemania y esa diferencia se nota en la cara. “Yo tengo la imagen del Bruce que todos quieren recordar, cuando era un poco más joven”, afirmó.
En junio del año pasado, cuando todo estaba encaminado para participar en cinco películas (una de ella iba a ser Paradise City, donde también actúa John Travolta) e iba a conocer al verdadero Bruce en persona (finalmente solo tuvieron reuniones por zoom), la dificultad de acceder a una vacuna autorizada para ingresar a los Estados Unidos truncaron su sueño. A eso se le sumó que a los meses siguientes, la estrella de 12 Monos anunció que se retiraba de la actuación por padecer afasia, una enfermedad cognitiva que, entre otras cosas, supone un trastorno del lenguaje y de la capacidad comunicativa hablada o escrita.
Minutos después de que se haga pública la noticia, el celular de Pablo estalló de mensajes y llamadas. Todos querían saber cómo se lo había tomado y si esta situación lo iba a complicar para seguir trabajando. “La verdad no creo que me afecte, hace cinco años soy la imagen de una aseguradora en Chile, tengo muchas propuestas de otras marcas, pero todo es muy reciente, yo sigo estando en la productora y nunca se sabe. Bruce como cualquier persona se puede mejorar. Tengo conversaciones permanentes con su entorno, hace quince días hablé con su hermana para saber cómo estaba. Me pone muy contento haber hecho cosas para él pero estoy un poco triste por todo lo que le está pasando”, aclaró.
Pablo no solo utilizó su parecido para forjar una carrera de más de 20 años como actor, sino que también encontró en las redes sociales un universo de posibilidades que estaba listo para explorar. Bajo el nombre de @dobledebruce, acumula más de 600 mil seguidores en Instagram y casi 4 millones en Tik Tok, donde suele hacerse viral por subir videos recreando situaciones al estilo John McClain por distintos puntos de Buenos Aires o armar un sketch usando filtros y canciones de la aplicación.
Se podría decir que el argentino es el único Bruce Willis que circula en las redes, ya que el original no tiene cuentas. Esa situación le posibilitó tener la repercusión que goza hoy en día: “La gente ve en mí lo que no puede ver en Bruce porque no tiene cuenta. Muchos me siguen porque piensan que soy él, ya que tengo los dos perfiles verificados. Me va muy bien y trabajo bastante con eso”.
Quienes hayan visto alguna vez sus videos habrán pensado que se trataba de la cuenta oficial de la estrella de Hollywood, incluso también sus conocidos: otras celebridades internacionales. Cuando se conoció la noticia del retiro, Matthew Perry, amigo de Bruce, escribió un breve mensaje en sus historias de Instagram y etiquetó a Pablo Perillo. Además, de vez en cuando intercambia likes y reacciones a comentarios con Demi Moore y Sylvester Stallone.
Pero el protagonista de Friends no fue el único en caer públicamente en la confusión. Una vez, la cantante Dua Lipa contó en el programa de Jimmy Kimmel que se había puesto muy contenta cuando vio un Tik Tok de Bruce Willis bailando su canción Don’t Start Now, pero después se enteró de que en realidad se trataba de un doble. También varios medios del exterior suelen usar fotos suyas como portadas a noticias relacionadas con el actor.
Cuando la gente lo para en la calle, Pablo dice que aprendió a seguirles el juego: antes se ponía más nervioso e incómodo y ahora trata de divertirse. “Muchos no me creen y yo les hablo en español y siguen sin creerme. Una vez en Panamá, estuve 45 minutos convenciendo a una mujer de que yo no era Bruce Willis y ella me decía que era mentira. Hasta que le firmé un autógrafo y se fue contenta. Está todo bien con Pablo, pero la gente quiere la foto con Bruce y eso yo lo entiendo”.