POR SEBASTIÁN SAAVEDRA
Eduardo Rodríguez es secretario de la YMCA (Asociación Cristiana de Jóvenes). La misma viene de hacer el prestigioso Congreso sobre Valores, pensamiento crítico, y tejido social. Hablamos con él sobre lo que dejó el evento, y de lo que los une detrás de la YMCA que es una idea poderosa: “Unidos por un Mundo Justo”.
-¿Cómo fue tu camino hasta ser el secretario de YMCA?
Comencé a trabajar desde muy joven en la YMCA en tareas administrativas, luego estudié en el Instituto YMCA la carrera de director profesional, y pasé a desempeñar diferentes posiciones ejecutivas, director de los Centros Turísticos, director de Administración, Finanzas y Recursos Humanos, secretario general adjunto y finalmente en febrero 2020, debido al fallecimiento del secretario general Norberto Rodríguez, el directorio me nombró secretario general.
-¿Qué es lo que hace la Asociación Cristiana de Jóvenes?
La Asociación Cristiana de Jóvenes (YMCA es la sigla de Young Men’s Christian Association) es una organización de la sociedad civil creada en Inglaterra a mediados del siglo XIX que reúne más de 65 millones de miembros en 120 países. Se estableció en la Argentina en 1902 donde concentra más de 15.000 personas entre líderes, integrantes del voluntariado, de la membresía, estudiantes de todos los niveles educativos, participantes en actividades y equipo de trabajo.
Es una entidad laica ecuménica, interreligiosa, abierta, plural y plenamente autónoma. No depende política ni económicamente del Estado ni de organizaciones, empresas o particulares. Articula con gran cantidad de organizaciones públicas e instituciones y organizaciones privadas.
En el marco de su misión mantiene un rol activo en su calidad de actora social, trata de incidir en las políticas públicas y lleva adelante su trabajo cotidiano de modo que sea testimonio de sus ideales. En el contexto de uno de sus compromisos más importantes: la formación de líderes, una de sus preocupaciones centrales es contribuir a la construcción de ciudadanía (ciudadanos autónomos, independientes, comprometidos con la realidad y con pensamiento crítico).
El carácter internacional de la YMCA hace que sus miembros lo sean a la vez de la familia global de la institución.
– ¿Qué sensaciones te quedaron del Congreso que desarrollaron?
El Congreso Internacional sobre Valores, Pensamiento Crítico y Tejido Social es una actividad que la YMCA viene llevando a cabo en forma continua desde hace 21 años. Este año el tema central fue “Trabajo, Educación y Mercado: convergencias y divergencias frente a la empleabilidad y la inclusión”. Estamos muy satisfechos con el desarrollo del mismo que tuvo como objetivo promover un ámbito de reflexión, intercambio de ideas y generación de pautas de acción que favorezcan la construcción de un paradigma para la Argentina y los otros países participantes, cuyo centro se afiance en el valor de la paz como fruto de la justicia y la solidaridad.
El desempleo y la precariedad laboral signan el mundo del trabajo el siglo XXI, esa realidad se agrava, si cabe, en el plano simbólico frente al ideario de los sectores medios y populares que consideran al trabajo como único factor para su inclusión social legítima. En ese contexto, el trabajo de calidad es, para la mayoría de la población, la forma correcta de progreso material y simbólico de la sociedad sostén de sus identidades, cosmovisiones y aspiraciones. Ese marco pareciera querer resignificar el sentido de la educación, entendida como el proceso mediante el cual las personas alcanzan el desarrollo pleno de sus facultades intelectuales, físicas y morales. El espacio para la construcción de personas libres con capacidades de comprender el mundo, con valores solidarios y capacidad de desenvolverse en él con espíritu positivo.
Esto se vio reflejado en las ponencias de los diversos expositores que participaron tanto a nivel nacional como internacional, incluyendo personas de México, España, Portugal, Estados Unidos, Suiza y de YMCA Europa que aportaron diferentes visiones de una misma problemática que afecta a muchos países.
-¿Cómo se trabaja para captar jóvenes?
En nuestro caso trabajamos en diversos frentes y siguiendo los lineamientos estratégicos que recomienda la Alianza Mundial de YMCA centrados en los pilares de la Visión 2030, uno de los cuales es bienestar y comunidad en el cual ofrecemos un servicio de bienestar integral, que al mismo tiempo que actúa como testimonio de los principios de la YMCA. En ese campo nos permite abogar por la creación de nuevos programas, públicos y/o privados, que permitan el acceso de toda la comunidad a servicios orientados a su desarrollo en cuerpo, mente y espíritu. En otros aspectos buscamos empoderar a los y las jóvenes a fin de animar procesos orientados a desarrollar sociedades organizas en torno a los valores esenciales de la vida y de afirmación de los derechos humanos, para que se conviertan en constructores de paz y activistas transformadores, líderes y defensores de la diversidad, la equidad, la inclusión y el cambio social.
-¿Te gustaría agregar alguna reflexión?
La YMCA cree en el poder de los jóvenes y las comunidades. Reafirmamos los derechos de todas las personas, especialmente los niños y jóvenes, a vivir en condiciones de dignidad, paz y seguridad, asegurando la esperanza en el futuro y fomentando el desarrollo del potencial humano. Nadie es libre hasta todos seamos libres. Estas palabras fueron hechas famosas por el gran activista comunitario Martín Luther King Junior y son tan ciertas hoy como el día en que fueron pronunciadas por primera vez. La libertad de una persona está incompleta sin la libertad de su hermana. Nos une detrás de la YMCA una idea poderosa: Unidos por un Mundo Justo. Nos desafía a alzar la voz contra la injusticia, incluso en situaciones en las que hablar es difícil.