POR ALEXANDRA BARRETO
Desde muy joven tuvo un espíritude preocupación por las necesidades de los demás y un día se motivó a estar en las filas del club. El abogado Edgardo Murúa ingresó en 1994 al que por ese entonces era el Rotary Club de San Telmo. “Normalmente uno entra porque lo presenta otro socio, y así fui participando, ocupé varios cargos, yen 1995 se fusionó con el de Constitución, formando Rotary San Telmo- Constitución”, relata.
La misión era promover la integridad, fomentar la comprensión, buena voluntad y la paz entre las naciones a través de las actividades de líderes empresariales, profesionales y cívicos. “Las obras que hacen y el accionar de la gente lo veía como un ideal, se decía que el Rotary era muy reservado, el secreto mejor guardado, pero esto cambió y desde unos años atrás estamos trabajando en la difusión, darlo a conocer y que se sepa lo que se hace”.
La pandemia trajo consigo muchas situaciones inesperadas. Por primera vez realizaron el cambio de autoridades de manera virtual: “Ha quebrado fronteras, Internet nos acercó, tenemos reuniones con cualquier parte del mundo, aunque con complicaciones de horario pero es maravilloso la interacción con los otros clubes, armar proyectos con otros países y sabemos que son oportunidades que rendirán frutos importantes en los próximos años”.
El Rotary Club de Buenos Aires data del 8 de noviembre de 1919, y desde ese momento no han parado de trabajar. El primer presidente fue Jorge Mitre, ex director del diario La Nación y es el segundo club que se creó en Latinoamérica y uno de los más importantes, acota Edgardo.
Esta pasión se extendió por toda la Argentina y a partir de la década del ‘50, se crearon más sedes: La Boca, Belgrano, y Liniers. Posteriormente nacieron muchas más.
En 1966 se creó la Asociación deDamas del RCBA (Adarba), cuya actividad independiente multiplica las tareas de carácter social de la entidad, tal como lo hacen el Interac y el Rotarac, creado en 1960 para que los más jóvenes pudieran sumar sus voluntades al desarrollo del bien común.
El fundador del Rotary Club Internacional es Paul Harris, abogado nacido en Wisconsin (Estados Unidos) el 23 de febrero de 1905, quien se juntó con otros vecinos y comenzaron a hacer obras para ayudar a los de su comunidad. Actualmente tienen más de 1,2 millones de socios en el mundo.
“Para poder afiliarse los aspirantes ingresan a los clubes por invitación”, explica Murúa. “A fin de encontrar el idóneo hacemos preguntas sobre intereses personales y además deben tener un alto grado de ética y un espíritu de servicio”, recalcó.
Es importante destacar que cada uno asume la responsabilidad de tomar acción, a fin de abordar los problemas más urgentes que afectan a la sociedad.
Las misiones más relevantes del Rotary con “fomentar la paz, la prevención de enfermedades, suministrar agua potable, hacer foco en la salud materno infantil, promover educación y desarrollar las economías locales”.
“A partir de julio del 2020, asumimos la protección del medio ambiente. Sobre éstas áreas se enfoca el desarrollo de nuestro trabajo y además lo haremos de la mano de las Naciones Unidas”, explicó.
La pasión de los rotarios es lo que los lleva a la excelencia. La perseverancia hace un cambio permanente. Murúa, comenta que la actividad le conlleva más de 14 horas diarias de lunes a lunes pero que lo hace con mucha entrega. “Me ayuda mucho que mi hijo que también es abogado y se hace cargo en ese momento de mi actividad laboral para que yo pueda dedicarme ciento por ciento a ser rotario”.
En el 2000, el RCBA fue sede de la 91º Convención del Rotary Club Internacional, recibió a 20.000 hombres y mujeres de diversos sectores del mundo, un evento que trascendió en importancia internacional.
El árbol es el símbolo de la paz del Rotary y cuando Paul Harris (creador) visitó Buenos Aires en 1936, plantó un jacarandá (árbol de la amistad) junto con el presidente local de ese momento, David Spinetto.
La marca de la institución está en todas partes con ejecución de obras. A través de donaciones a hospitales, como respiradores y medicamentos al Hospital Durand y al Garraham. Otro de los aportes fue promover la iluminación en la cancha de fútbol y sus alrededores del Barrio Rodrigo Bueno de Buenos Aires; también la refacción del salón de actos de la Facultad de Derecho de la UBA, junto a la Fundación Konex. Las actividades de esta agrupación están solventadas por aportes de los socios.
¿Qué significa ser un rotario?
“Es una manera de devolverle a la sociedad lo que recibí en un momento y dar testimonio de un modelo de vida adecuado”, concluye Murúa.
Para ser parte del Rotary, comunícate a la dirección; contacto@conocerotary.org o visita la página www.rotary.org
Solo un apasionado puede resumir en tan pocas líneas 116 años de servicio en beneficio de las comunidades, haciendo realidad el Lema “Dar de Sí sin pensar en Sí”. Felicitaciones a la redacción periodística y al rotario Edgardo por traslucir los valores rotarios con tanta claridad.